La ofensiva forestal y el avance de la militarización en la costa de Valdivia

La ofensiva forestal y el avance de la militarización en la costa de Valdivia

Por: Sergio Jara Román | 10.08.2019
Un contingente de Fuerzas Especiales de Carabineros que mantiene ocupado el sector Peche en Los Pellines acusó haber sido atacado el viernes 19 de julio, resultando un vehículo policial con daños. El piquete respondió con tiros, sin que haya heridos ni detenidos. La fiscalía inició una investigación mientras el Ministerio del Interior evalúa querellarse. La agudización de este conflicto territorial es, como en todo el Wallmapu, parte de una larga historia de despojo.

Ainil es el nombre ancestral de la turística capital de Los Ríos, ilustre por sus cervezas, lobos marinos y humedales. Tras el paisaje blanqueado por la colonización alemana y la modernización neoliberal, en la costa de Valdivia se ha intensificado la lucha por la recuperación territorial y cultural de las comunidades mapuche-lafkenche, en resistencia al avance de la industria forestal.

El miércoles 12 de junio, a 32 kilómetros de Valdivia, el Lof Ñanco Barrientos Paillalef fue desalojado por numerosos agentes del GOPE y Fuerzas Especiales de Carabineros, destruyendo la ruka en la que realizaban ceremonias diversas comunidades lafkenche, y donde la ñaña Rosa Barrientos Paillalef cocinaba tortillas que vendía durante el verano. Desde ese día, el terreno se encuentra bajo resguardo de Carabineros premunidos de armas largas, los que instalaron un punto fijo de vigilancia frente a la ruta T-340 que une Torobayo y Curiñanco.

“Llegaron a las 7 de la mañana. Había como 100 carabineros. Yo no había visto tantos del tiempo del golpe de Estado como vi ese día pa' echarme pa' fuera. Más encima, desafiando a los mapuche. Yo no sé qué le dan a los carabineros, porque llegan a espumar la boca cuando se bajan de esas micros, como drogados, porque ellos llegan y disparan y no les importa que hayan niños”, recuerda la ñaña Rosa, desde su casa que queda a poca distancia de Peche. Allí vive con su esposo, Críspulo Ñanco (76), a quien cuida en su delicado estado de salud.

El abuelo de don Críspulo, Antonio Ñanco Márquez, compró en 1923 a su primo José Dolores las tierras desalojadas, tal como consta en el título de merced que Rosa Barrientos Paillalef tiene en su poder. Además, existe la posesión efectiva de Felipe Ñanco fechada en 1965, donde aparece Peche. Los documentos de la familia Ñanco Barrientos Paillalef están vigentes ante el Conservador de Bienes Raíces. Sin embargo, otra persona se presenta como titular legal de estas tierras.

María Pía Montaner Lewin (63), obstetra con domicilio electoral en Las Condes, adquirió 41 hectáreas de terrenos indígenas en un remate en Santiago en los años 80. Pero ha extendido ampliamente sus posesiones en el sector de Los Pellines, en directo beneficio de la explotación forestal.

“Esta señora toma los deslindes generales y empieza a avanzar, sobrepasa las 41 hectáreas que le corresponden y pasa por sobre los predios de los Ávila, de los Ñanco, de los Antillanca y llega hasta los Alba. Si la familia Alba no hubiera tenido las posesiones efectivas, esta mujer habría arrasado hasta el Parque Oncol. Sacó el bosque nativo del sector de Peche, lo quemó todo. Sembró pinos y se los vendió en ese entonces a la forestal Valdivia”, relata Fernanda Catalán, abogada de la ñaña Rosa, en el programa Abuelo Barbaverde de Radio UACh.

Rosa Barrientos Paillalef cree que Montaner actúa como testaferro de la forestal, pues no se explica que una persona particular tenga tanto poder como para movilizar ese contingente policial: “Ella es un palo blanco de la forestal. Ella nunca se ha aparecido por acá. Aquí nadie la conoce, pero ha mandado gente presa. Mi marido estuvo preso por andar en sus tierras adentro. Ella dijo que le andaba robando sus árboles, que le estaba robando la madera. Estuvo un año detenido y después tuvo que pagar fianza pa' salir”.

Como en toda la conflictividad entre Estado chileno y pueblo-nación mapuche, la cárcel y la persecución son herramientas de lo que es calificado como terrorismo estatal para el aseguramiento de los intereses forestales ante las recuperaciones territoriales. En el año 2014, la PDI y Carabineros comenzaron el hostigamiento a don Críspulo Ñanco hasta el punto de esperarlo afuera de la iglesia. “Y eso a él, de tanto pesar, le dio dos infartos, y por eso está como está”, asegura con serenidad la ñaña Rosa, ante el lecho de su marido.

En diciembre de 2018, hubo una amenaza de desalojo de Peche, que fue detenida por las comunidades lafkenche. Mediante un corte de ruta, exigieron la presencia del intendente de Los Ríos, César Asenjo, quien se comprometió a que no los desalojarían, pese a que había una orden de desalojo en curso, emitida tras un revés jurídico bastante irregular. La abogada Fernanda Catalán dice que en el Juzgado de Garantía de Valdivia no se pudo trasladar la causa al Juzgado Civil y el magistrado falló en contra de la señora Rosa después de 4 años de juicio, porque el poder judicial no le avisó la fecha para el alegato.

“Cuando aparece la orden de desalojo, se presenta un recurso de nulidad. La primera vez que queda en tabla, yo lo suspendo porque estaba en Aysén, y la segunda vez lisa y llanamente no me notificaron la tabla. Por no concurrir al alegato se tiene por desistido y se ejecuta la sentencia. No me avisaron”, relata la abogada.

Ese mismo mes, interpusieron una demanda civil de nulidad de derecho público, para dejar sin efecto tanto el remate como las inscripciones posteriores de estos terrenos lafkenche.

No obstante, detrás de la expresión particular del conflicto jurídico con María Pía Montaner, está el problema de la venta de tierras mapuche. La Consulta Indígena impulsada por el gobierno y rechazada categóricamente por las comunidades mapuche y de otros pueblos originarios, busca, entre otras cosas, permitir la venta y arriendo de tierras indígenas a personas no indígenas. Mientras, en la costa valdiviana, el negocio inmobiliario se extiende hasta Pilolcura sobre tierras de propiedad ancestral mapuche. Pero, como a lo largo y ancho del Wallmapu, el gran interés es de la industria forestal.

Recuerda la ñaña Rosa que, desde que comenzaron las plantaciones en el sector hace aproximadamente 20 años, han comenzado a escasear de agua, lo que es una alteración impresionante en medio de la selva valdiviana, caracterizada por su humedad.

-Con el pino y el eucalipto empezaron a secarse las napas y ya no hay el agua que había antes. Y más encima los esteros los tienen todos tomados las forestales.

-¿Y eso es la forestal Arauco?

-La forestal Arauco. Era Valdivia antes, pero en el fondo son las mismas. Y ahora esta señora [Montaner] lo que quiere hacer es condominios adentro. Ya tienen todo. Yo tenía al lado de mi ruka unos árboles de canelo que cuidábamos, y lo echaron todo abajo. CONAF no se hace presente, porque son empresas grandes. Pero si nosotros botamos un árbol pa' calentarnos, nos sacan multa. Igual que Saesa, botan árboles dentro del terreno de uno y ahí están botados, ellos pasan no más. A nosotros como mapuche siempre nos han discriminado por eso. Las leyes se hicieron pa' los grandes, no pa' nosotros los mapuche.

Actualmente, existen diversos procesos de recuperación de tierras ancestrales mapuche-lafkenche en la costa de Valdivia, además del Lof Ñanco Barrientos Paillalef. Alrededor de Peche, hay otras tres reivindicaciones territoriales: la del Lof Narciso Ñanco, los Ávila Millahual y los Antillanca Imihuala. En el sector de Calfuco, donde hay un cementerio indígena, la familia Aqueveque se encuentra ejerciendo control territorial. Conjuntamente, las comunidades del borde costero han conseguido paralizar proyectos de salmonicultura y otras inversiones extractivistas.

Una de las reivindicaciones históricas de la costa de Valdivia es el Lof Michillanca, en Los Molinos. El año pasado también enfrentaron un desalojo jurídicamente irregular, en el que llegó la policía y destruyeron una ruka con maquinaria pesada, tal como en Peche. Gabriel Troncoso Michillanca, afirma que las diversas reivindicaciones en la zona implican no sólo la recuperación territorial, sino también cultural.

“Estamos reivindicando algo que nos pertenece. Pero no es un tema solamente de recuperar la tierra. Se trata de recuperar la cultura, la espiritualidad, la forma sociopolítica del territorio, nuestro mapuche kimun, mapuche mogen. En términos espirituales tenemos que reestructurar el nguillatun, esas normas en base al az mapu, el az mogen, y eso se reivindica también, en conjunto con la tierra. Más en un territorio que ha sido demasiado evangelizado y la cultura mapuche aniquilada prácticamente”, señala Gabriel en entrevista con Radio UACh.

La defensa de Peche es asumida por todas las comunidades en recuperación, puesto que se trata de un sitio sagrado, de alta relevancia espiritual para los mapuche-lafkenche. Sin embargo, las Fuerzas Especiales siguen apostadas en el territorio desalojado, siendo la primera ocupación policial permanente en la costa de Valdivia. La ñaña Rosa denuncia que la policía le quitó hasta sus máquinas de cocina, la loza y vajilla con que preparaba tortillas para el sustento. Incluso esos cuidadores y carabineros de punto fijo están viviendo a costa de la luz y agua que están a nombre de la señora Rosa en Saesa y en el Comité de Agua de Las Minas.

En cuanto a la versión policial que afirma que el punto fijo en Peche fue atacado el viernes 19 de julio, no se ha hecho pública ninguna evidencia, ni siquiera de los supuestos daños en su vehículo. Sin embargo, un video subido por el medio independiente Negra Colorá registra el momento en que Carabineros dispara tiros de escopeta y armas semiautomáticas en el terreno desalojado.

Mientras detrás de su ventana cae la noche sobre el mar de Los Pellines, la ñaña Rosa finaliza: “Que el gobierno piense bien lo que está haciendo, porque Carabineros está resguardando a un particular y no resguarda a esas mujeres que claman a gritos que vaya un carabinero y las proteja cuando las va a matar el marido. Cómo pueden estar las 24 horas del día cuidando un particular, pagados con la plata de todos los chilenos. Que se vayan las forestales y se vayan ellos, porque si ella [Montaner] empieza a vender terreno, las comunidades no la van a dejar en paz. Ella está adentro de territorio mapuche y le quitó a la gente antigua de acá. Hay sitio ceremonial allí dentro. Y por eso la gente en Santiago tiene que saber lo que está sucediendo”.