Ley de Arbolado Urbano para Chile: Una larga espera
La relación Naturaleza y Ciudad es un tema recurrente cuando se habla de Desarrollo Sostenible. Recurrir a Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) para afrontar diversas problemáticas medioambientales que se vive en ciudades, aparecen en diferentes propuestas políticas y documentos de investigación, pero nunca tan plasmados en la realidad. Es así como vemos a la mayoría de las personas asociar el Medio Ambiente como un concepto ajeno, como un lugar afuera de las urbes.
El ecosistema urbano sigue siendo limitado y degradado en su biodiversidad. No es un sistema integrado que fluya dentro de la ciudad, sino más bien una fragmentación de espacios de diferentes calidades, tanto a lo largo del país como inclusive dentro de una misma ciudad o comuna. Estas diferencias en la calidad del paisaje urbano -de nuestro entorno inmediato para quienes vivimos en ciudades- están muchas veces marcadas por los ingresos económicos de cada sector; y así es como tenemos espacios públicos más verdes y agradables en barrios ricos, versus la precariedad o ausencia de naturaleza en aquellos lugares donde vive la gente más necesitada. Es lo que llamamos la “Desigualdad del verde urbano”.
En este contexto de desigualdad, los Árboles son agentes claves para el cambio, tomando en cuenta todos los beneficios ambientales, sociales y de salud pública que éstos aportan en las ciudades, siendo la ciencia la que ha ratificado en estudios recientes que los árboles aportan a la sostenibilidad urbana mucho más de los pensábamos.
Sin embargo, en Chile, nuestra realidad local se ha quedado en el pasado. La gestión del arbolado urbano se ha caracterizado por intervenciones brutales, donde podemos ver árboles transformados en un tronco sin ramas que tratan de sobrevivir a las sistemáticas podas mutilantes que año tras año los deterioran, siendo prácticas que parecen invisibles a las autoridades y ciudadanos. Es más, hemos caído en el absurdo de gastar grandes sumas de dinero para arborizar nuestras las ciudades, para luego destrozarlos con este drástico manejo que merma su calidad estética y funcional, estado sanitario, y nos priva a su vez de los múltiples beneficios que nos aportan los árboles, más aún en aquellas ciudades con tantos problemas de contaminación y salud.
En resumen, el arbolado público aún no es considerado en nuestro país como un real agente mitigador, ni tampoco forma parte de políticas urbanas o de salud pública en este sentido. La cultura de poca valoración de los árboles se ha arraigado a tal punto que, para ciertos vecinos, el árbol se ha convertido en una molestia, o porque da mucha sombra o porque bota sus hojas.
Es por estas razones que hace ya dos años, como Red Árbol Urbano solicitamos y propusimos al Gobierno de Chile una “Ley de Arbolado Urbano”, con el objetivo de cambiar la actual forma ineficiente de gestionar los árboles públicos.
La propuesta de Ley fue entregada al Ministro de Agricultura, Antonio Walker, quien se comprometió a desarrollar en el más breve plazo un Proyecto de Ley (“Ley Arbolito”) de cara a la ciudadanía. Sin embargo, ya han pasado casi dos años y nada se sabe de esta iniciativa. En noviembre del año 2018, el propio Ministro Walker señaló públicamente que esperaba “que su trámite parlamentario (de la Ley de Arbolado Urbano) sea rápido, para tener lo antes posible, una ley que beneficie a toda la población urbana de Chile”, pero en los hechos, el texto aún no ha sido ingresado al Congreso ni se ha presentado a la ciudadanía un borrador de este proyecto.
Mientras tanto, el panorama ha seguido igual. No ha habido un cambio de trato por parte de los municipios hacia los árboles, y la lista de fallas en la gestión y planificación del arbolado sigue siendo extensa y en varios frentes: una escasa normativa, falta de protocolos técnicos, poco conocimiento de los árboles urbanos por parte de los profesionales del sector público, y una ciudadanía que sigue viendo a los árboles como adornos de sus barrios.
Esperamos que con la actual crisis sanitaria que vivimos, logremos entender la necesidad que existe de renaturalizar nuestras ciudades y que la Infraestructura Verde (áreas verdes, árboles, arbustos, humedales, etc.) es realmente importante para crear ciudades más sanas y sostenibles. No podemos seguir esperando, no podemos seguir ajenos a lo que ocurre en nuestro medioambiente inmediato, no podemos seguir creyendo que el medio ambiente está en otro lado, sino también en donde vivimos. Esperamos que el Gobierno y que el Ministro Antonio Walker, logren entender que la “Ley de Arbolado Urbano” es una ley más que necesaria.