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Síndrome del Grinch: por qué sentimos malestar previo a Navidad y Año Nuevo y la clave para darle un nuevo sentido

Síndrome del Grinch: por qué sentimos malestar previo a Navidad y Año Nuevo y la clave para darle un nuevo sentido

Por: Nicole Donoso | 24.12.2025
El término de año no solo es celebración, sino también cierres laborales y académicos, despidos y reencuentros, lo que puede aumentar la carga emocional de las personas.

Mientras para muchos diciembre es sinónimo de celebraciones y encuentros por Navidad y Año Nuevo, para otras personas este mes se convierte en una etapa compleja, cargada de estrés emocional, exigencias económicas y presiones sociales.

Este malestar ha sido popularmente denominado “Síndrome del Grinch” y, lejos de ser una simple aversión a las celebraciones, responde a múltiples factores personales y sociales.

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Así lo explica Rubén Morgado, académico de la Facultad de Psicología de la Universidad UNIACC: “Hasta cierto punto todos tenemos algo de Grinch", asegura.

El especialista señala que la figura del Grinch funciona como una imagen que permite comprender un fenómeno más profundo.

“Puede servir de metáfora para entender un malestar real y profundo frente a factores interseccionales: sociales, de género y de edad bastante profundos”, indicó.

¿Por qué ocurre el síndrome del Grinch?

En países del Cono Sur, diciembre coincide con el cierre del año escolar y laboral, evaluaciones de desempeño, balances económicos y reuniones familiares que no siempre son gratas.

Frente a este escenario, Morgado sugiere ajustar las expectativas. “Lo primero es salir de la ilusión de la perfección, porque por el hecho de vivir en cualquier cultura vamos a tener una cuota de malestar”.

El académico subraya que este rechazo no puede explicarse únicamente desde lo individual. “Chile es una sociedad que tiene como imperativo el de la felicidad; y, donde la felicidad está asociada al consumo. Puede ser —en caso de no tener las condiciones materiales para satisfacerlo— un factor estresante y patógeno”.

A esto se suma un impacto diferenciado por género y edad. “El impacto es mayor en los hombres —muchas veces centrados en la lógica de producir— y particularmente cuando son mayores, donde la represión de emociones como la tristeza o la incapacidad es todavía más marcada”, añadió.

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¿Cómo resignificar las fiestas de fin de año?

“Tal vez no es luchar contra la celebración en sí misma, sino preguntarse: ¿qué estamos celebrando?", se cuestiona el psicólogo.

Añade, que "la auténtica celebración no está en seguir un guion social, sino en reencontrar el sentido, incluir lo doloroso y fortalecer los vínculos comunitarios".

Como ejemplo, destaca "tal vez una cena sin complicación con regalos simples puede ser más interesante que una opulenta cena con todos peleados”.

¿Quiénes son más propensos a presentar malestar emocional?

El académico hace un llamado a poner especial atención en quienes podrían estar más expuestos al malestar emocional durante diciembre.

“Poner atención a los viejos, que tal vez no están ya en lo más alto de la performatividad, tomarse el tiempo con ellos”.

También invita a considerar a quienes pasarán las fiestas sin compañía: “Al menos preguntarse si la persona está sola porque quiere o no puede hacer otra cosa”.

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