Ministro de Hacienda, Nicolás Grau: "Nuestro gobierno va a ser el de menor aumento de deuda pública desde Bachelet I"
El ministro Nicolás Grau (FA) pasó de ser el titular de Economía al líder de la billetera nacional luego de la salida de Mario Marcel de la cartera de Hacienda, lo que convirtió al militante del Frente Amplio en el primer jefe de las arcas fiscales del partido político del presidente Gabriel Boric.
En esa línea y a tres meses de finalizar el período, el secretario de Estado conversó con El Desconcierto sobre la aprobación de la ley de Presupuesto para 2026, la gestión fiscal de la administración progresista, el balance económico del gobierno y los desafíos pendientes.
Asimismo, la autoridad ministerial defendió la responsabilidad fiscal de La Moneda y advirtió sobre las consecuencias de recortes drásticos al gasto público. "Reducir 6 mil millones de dólares probablemente implique hacer una reducción muy importante de algún derecho social", aseguró Grau.
Aprobación del presupuesto 2026
-El presupuesto para 2026 se aprobó no sin complicaciones, aunque finalmente quedó la estructura central de la propuesta. Al comienzo la oposición se negó a aprobar el proyecto. ¿Le preocupó no lograr un acuerdo? ¿Cómo vivió este proceso después de la gestión del exministro Mario Marcel?
El resultado de la ley de presupuestos es positivo en dos dimensiones. La primera es que se logró un presupuesto con un apoyo bastante amplio, con todo el oficialismo muy firme y ordenado, defendiendo principalmente puntos de carácter social: salud, educación, agenda de trabajo, cuidados, temas ambientales.
Todos esos puntos los defendieron con mucha fuerza y permitieron además que el presupuesto mejorara y se hiciera aún más pro agenda social, también con una parte relevante de la oposición. La última votación que tuvimos en el Senado fue 27 a 1, fue bien contundente.
Lo segundo es que el resultado es positivo en el sentido del texto mismo aprobado. Todo lo que se hizo fue fortalecer la agenda social: aumentó el gasto en salud, aumentó el gasto en educación, pasamos de 25.000 a 40.000 subsidios en vivienda, también aumentamos el gasto en la lucha contra el crimen.
En términos generales fue un presupuesto que el resultado es bueno y es incluso mejor que la ley que nosotros ingresamos. Eso es una buena noticia, que los parlamentarios están haciendo bien su labor.
Este es un proceso que en realidad es mucho más largo de lo que uno cree. Los ministerios empiezan a trabajar con la Dirección de Presupuestos desde abril, mayo. A mí la primera parte me tocó hacerla como ministro de Economía, trabajando en el presupuesto de Economía, y tomé la conducción del Ministerio de Hacienda en un momento en que estábamos a algunas semanas de ingresar el proyecto de ley.
La parte más compleja, que es la discusión en el Parlamento, fue con un equipo amplio del gobierno. Aquí estaba la directora de Presupuestos, Javiera Martínez, la ministra secretaria general de la Presidencia, Macarena Lobos, la subsecretaria Heidi Berner, el subsecretario de Segpres, Nicolás Facuse, un equipo grande, además de todo el equipo de DIPRES, trabajando por aprobar esta ley, que es la más importante del país.
-¿Le preocupó en algún momento no llegar a un acuerdo?
La institucionalidad de cómo funciona la ley de presupuesto ayuda a que los acuerdos se generen, porque en última instancia esto tiene que ser aprobado por el Congreso, pero el Congreso tiene una posibilidad limitada de hacer cambios a la ley.
Eso implica que se esfuerza a que exista un acuerdo, porque además existe una fecha límite, que es finales de noviembre. Si no se aprueba un presupuesto a final del periodo, rige el presupuesto que propuso inicialmente el gobierno. Eso genera incentivos en nuestra institucionalidad para que se llegue a un acuerdo.
Me preocupó mucho la postura que tuvo la oposición al inicio, que era una postura muy dura, de criticarlo todo, de rechazar todo. Eso me pareció preocupante, pero el resultado fue positivo y poco a poco la oposición estuvo disponible a tener un diálogo más específico y de esa manera abrir el espacio a un nuevo acuerdo.
Reasignación de recursos y prioridades
-Se habla de aumento en seguridad, vivienda, salud, entre otras cosas. ¿Cómo se reasignaron esos recursos?
Cuando uno está en un presupuesto, tiene la preocupación de la responsabilidad social, que es muy importante para nosotros, pero también la responsabilidad fiscal. Lo que debe tratar es que si aumenta por un lado, eso se disminuye por otro, de forma tal que el gasto total que se está proponiendo sea el mismo que se ingresó inicialmente. Y eso nosotros lo mantuvimos. Cuando aumentamos gastos en algunos lugares, significa que redujimos de otros.
Por ejemplo, una reducción importante que hicimos, de en torno a ocho mil millones de pesos, es que hay un ítem presupuestario que es las funciones críticas, que es la posibilidad de aumentar sueldos, sobre todo sueldos de mayor responsabilidad, a través de esto que se llama funciones críticas.
Nosotros redujimos generalmente en un 20% las funciones críticas. Estamos de esa manera reduciendo, en cierto sentido, los salarios más altos del Estado y en particular del Ejecutivo.
Esos ocho mil millones de pesos nos dieron espacio para una serie de avances de distintas dimensiones. Hicimos un esfuerzo muy fuerte en las prioridades sociales, que son la seguridad pública, la seguridad social y la seguridad económica, pero manteniendo el marco presupuestario.
Responsabilidad fiscal del gobierno progresista
-Se habló mucho en algún momento de que este gobierno podía tener "irresponsabilidad fiscal". ¿Le parece que se pudieron derribar esos mitos en esta gestión?
Absolutamente. Lo primero que diría es que no solo en Chile, sino que en el mundo, en general los gobiernos progresistas tienen más responsabilidad fiscal que los gobiernos de derecha o conservadores. Y por una razón muy simple: nosotros sabemos lo importante que es el Estado.
Tenemos que cuidarlo, la función pública. Sabemos que si no cuidamos la responsabilidad fiscal, eso a futuro puede significar que no podamos responder a las urgencias sociales de las generaciones que vienen.
Quienes creemos en la función del Estado en la sociedad, quienes creemos que el Estado cumple un rol fundamental en poder distribuir mejor los recursos, hacerse cargo de la seguridad de las personas en sus distintas dimensiones y de esa manera permitirles que vivan bien, tenemos que ser los principales responsables a la hora de ver los temas fiscales. Y eso nosotros lo hicimos carne durante toda esta administración.
Nuestro gobierno va a ser el gobierno con el menor aumento de la deuda pública desde el primer gobierno de la presidenta Bachelet, desde lo que ocurrió entre el 2006 y el 2010. El aumento del gasto que ocurrió durante nuestra administración, el gasto público, ha aumentado a un ritmo que es más o menos la mitad de lo que estaba aumentando antes.
Chile sigue teniendo una situación de estrechez fiscal. La administración que venga va a tener que seguir haciendo esfuerzos como los que nosotros hemos hecho. Pero lo que es nítido es que la situación fiscal hoy es mucho mejor de la situación fiscal que teníamos al inicio del gobierno.
Y eso no solo es cierto en materia fiscal, sino que es cierto también en materia de capacidad estructural de crecimiento, en inflación, en salarios reales. Subimos el salario mínimo, las personas han aumentado su salario y también se han disminuido sus horas de trabajo, lo que va a ser un proceso gradual que va a continuar por algunos años más.
Crítica a propuesta de reducción de 6 mil millones de dólares
-Usted tiene una nueva experiencia siendo el jefe de las arcas fiscales. ¿Usted cree posible disminuir el gasto público en 6 mil millones de dólares, como lo plantean algunos candidatos?
Lo que he dicho en distintas entrevistas, y que para ser justo lo han dicho exministros de Hacienda en todos los sectores políticos, incluyendo un exdirector del presupuesto del presidente (Sebastián) Piñera: disminuir 6 mil millones de dólares probablemente implique hacer una reducción muy importante de algún derecho social.
¿Por qué? Porque los gastos de ese monto, de 6 mil millones de dólares, en general son gastos sociales. Tienen que ver o bien con la previsión, que es la PGU, o los gastos que se hacen en educación, gastos en temas asociados a la salud pública.
Cuando algunos dicen "vamos a despedir a la gente que nombró este gobierno y de esa manera vamos a reducir 6 mil millones de dólares", lo primero que no reconoce eso es que durante nuestro gobierno el aumento del empleo público ha sido el más bajo en bastante tiempo.
Pero además, aunque sacaras a toda la gente del sector público, cuestión que probablemente no es una buena política pública y de hecho denigra el trabajo de la función pública, que es algo muy importante, aunque sacaras a toda esa gente, no te acercas ni a un décimo de esos 6 mil millones de dólares.
En la discusión de política pública y en las elecciones, por supuesto que es legítimo hacer distintas propuestas. Reducir 6 mil millones de dólares es algo que en términos fácticos es posible, tú lo puedes hacer, pero lo que tienes que explicar es de adónde vas a sacar eso.
Porque lo más probable es que si haces una reducción de esa magnitud lo que vas a hacer es reducir los derechos sociales de las personas. O le vas a empeorar la atención que tiene en salud, o vas a reducir sus pensiones, o vas a reducir los recursos que están en los colegios.
Si eso no fuese cierto, quienes proponen esto lo que deberían hacer es mostrar con lujo de detalle. La discusión presupuestaria que acabamos de tener era una gran oportunidad para eso. Cuando uno discute el presupuesto, va ministerio por ministerio, ítem por ítem, especificando todos los gastos. Si alguien pensaba que realmente en cada uno de esos ítems se podían reducir los 6 mil millones de dólares, esa era su oportunidad para mostrar.
Creo que es importante que nuestra democracia funcione bien y parte del buen funcionamiento de la democracia se basa en que exista por parte de los votantes la posibilidad de tomar su decisión de manera informada. Estas cosas gruesas, tan importantes, que pueden terminar afectando los derechos sociales, creo que es relevante que se explique mejor.
-Ellos dijeron que no iban a decir esa fórmula porque pensaban que esta administración podía limitar esa reducción para el próximo gobierno...
Eso es incorrecto. Aunque quisiéramos hacer una cosa de ese tipo, no lo podríamos hacer. Cuando haces la ley del presupuesto, en el fondo lo que haces es que pones un límite de gasto para cada uno de los ministerios en cada una de sus distintas áreas.
Un límite de gasto del ministerio X en salarios, un límite de gasto del ministerio Y en los autos que puede comprar, el capital que va a invertir. Pero pones un límite, un límite máximo, no pones un mínimo. Si alguien quiere gastar menos, tiene la posibilidad de gastar menos. No es una obligación de gasto.
Las únicas obligaciones de gasto son las que están especificadas en otras leyes. Por ejemplo, hay un derecho social que ya está en la ley que dice que tienes que dar un beneficio a la persona en cierta circunstancia, estás obligado a hacer ese gasto.
Pero todos los gastos que se definen en el presupuesto, más allá de estas obligaciones legales, son gastos máximos en cada uno de los ministerios. Por lo tanto, en la discusión de presupuesto no hay cómo limitar si alguien después quiere gastar menos.
Cuando se dice eso, sobre todo lo ha dicho un candidato que fue 16 años diputado y probablemente sabe esto, es una forma de no responder esta pregunta diciendo algo que no es correcto.
Reformas tributarias y cambios logrados
-Ha costado mucho sacar adelante una reforma tributaria. En este gobierno tampoco se pudo. ¿Qué es lo que falta para que se llegue a un acuerdo nacional de esa magnitud?
Lo primero es que a pesar de que las reformas tributarias fueron más acotadas de lo que el gobierno tenía en su propuesta inicial, sí se hicieron cambios tributarios durante este gobierno. Se hicieron dos en particular.
Uno fue el royalty a la minería, que ha implicado durante este año un aumento de la recaudación de cerca de 2.000 millones de dólares. Eso viene de las grandes mineras de cobre y ha implicado una recaudación muy importante que además se ha podido distribuir a las regiones y a municipios de todo el país, los municipios mineros y además los municipios más pobres.
Y lo segundo es que se aprobó la ley de cumplimiento tributario, que lo que hace a grueso modo es limitar de manera muy importante la erosión y la evasión. Donde tanto la erosión como la evasión vienen principalmente de ingresos más altos.
Es una reforma tributaria que tiene un carácter muy progresivo, porque muchas personas, por ejemplo las que ganan un salario, que después compran un producto, eventualmente dependiendo de su salario pueden pagar impuestos a la renta y además pagar el IVA. Esas personas pagan sus impuestos.
Pero hay muchas personas de más altos ingresos que tienen distintos mecanismos para no pagar los impuestos que debieran pagar de acuerdo a la ley. Y eso, ese no pago de impuestos se categoriza con elusión o evasión dependiendo de su naturaleza. Esta ley de cumplimiento tributario ya está teniendo y va a tener a futuro un impacto en reducir esa evasión.
Cuando uno toma los informes financieros de estas dos reformas, estamos hablando de un aumento de los tributos de en torno a los dos puntos del PIB. Eso es cuando uno combina estas dos cosas.
Si a futuro distintos gobiernos se plantean hacer nuevas reformas tributarias, lo primero que allí tiene que ocurrir es concitar apoyos amplios. Hacer reformas tributarias es complejo. Estas dos que nosotros tuvimos que hacer tuvieron negociaciones muy difíciles. Finalmente concitaron acuerdos amplios pero con mucho trabajo. Hay que generar esas condiciones.
Todas las reformas complejas que ha pasado este gobierno —estas dos que acabo de comentar, la reforma previsional, los salarios mínimos, 40 horas, la reforma de permisos sectoriales, la ley de pesca— todos ellos han requerido mucho trabajo y estar abierto a, en pos de lograr el objetivo, hacer ciertos cambios al diseño inicial.
Balance económico del gobierno
-Ya estamos llegando al final del gobierno. ¿Cuál es la evaluación que hace en materia económica y también fiscal en general?
Cuando nosotros llegamos al gobierno había, en materia económica, dos desafíos principales. Uno era que existían un conjunto de desequilibrios macroeconómicos. La forma más simple de ilustrar cuál es el impacto de los desequilibrios macroeconómicos en la vida cotidiana de las personas es la situación de la inflación.
Durante el 2022, en su primer semestre, se llegó a estar en un 14% de inflación. Las familias de Chile vivieron lo difícil que es planificarse cuando uno tiene una inflación más alta.
Esos desequilibrios macroeconómicos que tenían distintas expresiones —déficit fiscal, el déficit fiscal que llegó en 2021 fue en torno al 10%, estábamos necesitando mucho ahorro del mundo porque estábamos consumiendo entre productos y servicios mucho más de lo que nosotros producíamos—, teníamos muchos problemas de ese tipo. Primero, ordenar la macroeconomía. Y ese orden de la macroeconomía ha dado resultados.
Tenemos una política fiscal mucho más ordenada. Vamos a tener el menor crecimiento de la deuda desde el primer gobierno de la presidenta Bachelet. La inflación hoy está a 12 meses en 3,4% y se espera que en el primer trimestre llegue al 3%, que es la meta del Banco Central. Las cuentas externas están ordenadas. Estamos exportando mucho más de lo que exportábamos antes.
Se hizo, además, todo este ordenamiento macroeconómico, este ajuste macroeconómico, sin afectar a las personas de más bajos ingresos. El mismo año que hicimos el grueso de este ajuste, que fue en 2022, al final de ese año se midió la pobreza y estamos en el nivel más bajo de pobreza en nuestra historia.
Lo hicimos también al mismo tiempo que aumentamos el salario mínimo y que empujamos conjuntos de derechos sociales como la PGU, el aumento de la PGU, también el copago cero, entre otros.
El primer objetivo importante fue lograr ordenar la casa macroeconómicamente sin que el proceso de ordenar la casa lo pagaran las personas de más bajos ingresos. Porque nosotros somos gobiernos progresistas y los gobiernos progresistas tienen que cuidar la macroeconomía, pero no cuidarlo a costa de las personas de más bajos ingresos. Ese es el primer objetivo grande que a mi juicio se cumplió.
Un segundo ámbito relevante era hacer reformas que nos permitieran crecer más a futuro. La reforma que se hizo en permisos sectoriales, que reduce los tiempos de proyectos de inversión tanto chicos como grandes, públicos y privados, pero lo reduce sin bajar el estándar, que era muy importante. Eso nos va a permitir crecer más.
También nos va a permitir crecer más la reforma de pensiones, porque la reforma de pensiones aumenta el ahorro nacional. Cuando aumentas el ahorro, le das mayor estabilidad y también aumentas tu inversión, lo que también quiere dar más crecimiento.
CODELCO, durante nuestro gobierno, va a pasar a ser no solo lo que es hoy, que es la empresa líder mundial en materia de cobre, sino que además va a ser una líder mundial en materia de litio. La estrategia nacional del litio nos va a permitir más que duplicar la producción de litio, sin por ello tener un impacto más negativo en el medio ambiente, porque estamos empujando a tecnologías que son más limpias también en este proceso.
Este segundo objetivo, que es generar condiciones estructurales para crecer más, también, a mi juicio, se ha cumplido. En eso queda harto camino por recorrer.
Hay que seguir haciendo reformas que permitan que nuestra economía crezca más y además crezca en una orientación que tenga muy presente las crisis ambientales que existen en Chile y en el mundo: la crisis de biodiversidad, la crisis de residuos, y la crisis climática. Es importante crecer más, pero crecer más en una orientación hacia una economía verde.
El futuro del Frente Amplio
-Se habla que quizás en los próximos cuatro años haya un escenario complejo para el progresismo. ¿Cómo proyecta usted el rol de la centroizquierda en todo esto? Pero, en particular, el del Frente Amplio.
Creo que hacer esa proyección cuando todavía no sabemos el resultado de la segunda vuelta, creo que es prematuro. Hay que esperar ese resultado, y a partir de él pensar cuál es el rol que las distintas organizaciones deban tener.
Lo que sí puedo decir, más desde una perspectiva de ser parte de un partido político, que es el Frente Amplio, es que creo que ese mundo ha tenido un proceso de construcción política muy acelerado, después de ver su representación parlamentaria, la que tienen hoy, y la que además van a tener en el próximo parlamento, que es muy sustantiva.
Eso ya implica una responsabilidad y una mirada de hacerse cargo del anhelo de transformaciones en pos de la igualdad, el aumento de la democracia, las libertades de las personas, que todas son agendas muy importantes para el progresismo y los partidos de izquierda, y hacerlo al mismo tiempo en contextos que son difíciles.
Las transformaciones sociales, productivas, económicas, son todas difíciles y requieren partidos políticos que tengan una mirada de largo plazo, una mirada programática que les permita empujar estas distintas agendas en escenarios diversos, a veces mejores, a veces peores.
Mi tarea hasta el 11 de marzo, o hasta que el presidente lo estime necesario, es trabajar como ministro de Hacienda. Tenemos tareas todavía muy demandantes, tenemos que sacar el proyecto Gratuidad para Chile, cambiar el sistema de financiamiento, para que además podamos hacer una condonación bien importante en materia de financiamiento estudiantil, cambiando el CAE.
Hay muchas cosas que todavía tenemos que hacer. El presidente nos ha dicho que se trabaja hasta el último día, con el mismo entusiasmo y responsabilidad con el país para lograr estos cambios que todavía están pendientes.
Reflexiones personales
-¿Cómo fue el desafío de pasar desde la cartera de Economía a una cartera tan importante como Hacienda a nivel personal?
Primero, me siento muy honrado de estar en estos dos ministerios. Cuando uno está en estos espacios, puede ver de manera mucho más nítida, mucho más concreta, el importante rol que juega el Estado en una sociedad, como las distintas políticas públicas que nosotros desarrollamos acá, acordamos con otros, trabajamos en ellas, permiten mejorar la calidad de vida de las personas.
Lo primero que pienso, en los dos cargos en los que he estado, es el honor de tener esta responsabilidad, y también la relevancia, la seriedad con la que hay que abordar esta responsabilidad que se tiene. Tuve la suerte de, tanto en el Ministerio de Economía como en el Ministerio de Hacienda, tener muy buenos equipos.
Llegué acá a un equipo totalmente consolidado, tanto la subsecretaria Heidi Berner, como la directora de Presupuestos, Javiera Martínez, y todos los equipos que hay acá, los equipos de coordinadores, los equipos de secretaría, los conductores, todo acá, y también esto ocurría en el Ministerio de Economía, funciona a la perfección.
Eso permite que uno se aboque a su tarea de conducción política, de conducción política y técnica del ministerio, y eso hace que estos tránsitos sean mucho más simples de lo que uno podría esperar.
-¿Qué le gustaría hacer después, cuando termine el gobierno, el próximo año?
Por de pronto no quiero dedicarme a pensar en eso, porque si uno empieza a desviar su mente en otros temas, no le pone el entusiasmo. La tarea que tenemos, y que tengo en particular en este ministerio, y en el gobierno en general, es tan importante y tan demandante que prefiero dedicar toda mi atención a ese objetivo.
-¿Alguna recomendación a la ciudadanía o a la próxima administración?
Estamos a final de año, y ojalá quienes nos están viendo puedan tener espacios para estar con sus seres queridos, para poder tener tiempo en familia, con los amigos. Estando en este cargo uno también aprende lo importante que es eso. Y parte de lo que nosotros hemos hecho en el gobierno, y esto lo enfatiza siempre el presidente Boric, es que esos espacios cotidianos tengan el tiempo que se merecen.
Recuerdo que cuando se aprobó el proyecto 40 horas, el presidente en su discurso dijo: pensemos todas las horas que van a existir durante este año y los años que vienen, en que los padres, las madres, van a poder leerle un cuento a su hijo que no le podrían haber leído sin esta ley.
Es el tipo de cosas que son las más importantes finalmente, que las personas puedan vivir bien, que tengan un buen sueldo, que tengan tiempo para su familia. Mi consejo es que eso siempre se aproveche, se le saque el máximo provecho.