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Crítica de libros|

Crítica de libros| "Viaje a través de los libros" de José del Pozo: Memorias de lectura y exilio

Por: Nicole Donoso | 16.09.2025
En esta crítica literaria, el editor y escritor Ernesto Guajardo analiza "Viaje a través de los libros" como un testimonio de formación intelectual y cultural que, más allá de la nostalgia, reconstruye las prácticas de lectura y el ecosistema editorial chileno del siglo XX. A través de la trayectoria personal del autor José del Pozo, el texto propone una historia íntima del libro en Chile y su proyección en el exilio, abriendo nuevas perspectivas sobre la circulación de saberes entre América Latina y Canadá.

Este libro nos permite acompañar al autor en un ejercicio de memoria que nos permitirá reconocer el desarrollo de las prácticas de lectura, los autores y títulos que circulaban en nuestro país hacia mediados del siglo XX, las maneras en que dichas lecturas se imbrican con el desarrollo intelectual en esos años.

En ese sentido, Viaje a través de los libros nos ofrece una suerte de historia íntima del libro y la lectura en Chile, en la segunda mitad del siglo XX. Dialoga, de este modo, con la obra señera de Bernardo Subercaseaux en donde se presenta la historia del libro en nuestro país, pero también con otros registros, como los diarios de Alfonso Calderón, en donde es posible encontrar, también, los indicios, las huellas, de cómo se fue constituyendo una nueva intelectualidad nacional.

El ejercicio realizado resulta muy relevante, ya que permite comprender no solo las modalidades de lectoría, sino también cómo se fueron configurando los canones que luego se expresarán de manera más o menos orgánica en diversos catálogos editoriales hacia la década de los años 60 e inicios de los 70. Del mismo modo, es posible apreciar el dinamismo, los vasos comunicantes y la situación de la industria y el mercado del libro de Chile en relación con el resto del continente y, particularmente con Europa.

No es, entonces, un mero ejercicio de nostalgia, sino más bien una manera de reconstruir la biografía intelectual de su autor y, a través de ello, proponer una interpretación general de las principales coordenadas de sentido que organizaban el campo cultural en dichas décadas.

Editoriales, librerías, autores y libros constituyen así un entramado, un tejido a través del cual un niño José del Pozo comienza a asomarse al misterio y al vértigo de la lectura, para luego desplegar en propiedad sus intereses en su época de estudiante universitario. En ese sentido, es la historia de como un individuo va siendo modificado por la práctica de la lectura, pero también de cómo el país va desarrollando una industria cultural que tendía cada vez más a la masividad, así como a la identidad nacional.

Como es sabido, este proceso quedará en suspenso, y la segunda parte del libro nos lleva al norte del continente, a Canadá, a Québec, para ser más precisos, y con esto a las transformaciones que el autor vivirá sobre su formación lectora y, claramente, sobre su conciencia como autor. Nuevos idiomas, nuevas geografías, otros autores y otros títulos comenzarán a ser presentados en estas páginas. La gran mayoría de ellos, desconocidos en nuestro idioma, no accesibles en nuestro país, pero no por ello, menos significativos ni menos sugerentes al momento de querer buscar más información sobre ellos.

Desde ese exilio, entonces, se reformulan algunas consideraciones elaboradas en un inicio, y el libro y la lectura adquieren significaciones nuevas, complementarias, que expanden los sentidos originales. Se llega así, entonces, a un momento de maduración en donde es posible afirmar que, del mismo modo que el libro no puede ser analizado como un objeto en sí mismo, el lector y el autor se encuentran profundamente determinados por los contextos, condiciones y estructuras que van moldeando sus quehaceres.

Esta segunda parte de la obra se torna así en una muy útil actualización para el lector nacional de la producción bibliográfica realizada por chilenos en Canadá, así como de aquellos títulos que directa o indirectamente se relacionan con nuestro país, y que han sido publicados en dichas latitudes. De este modo, es una actualización de dicha escena, que nos presenta una generación de recambio, algunos de cuyos integrantes ni siquiera han sido traducidos al español, y que abren nuevas perspectivas y posibilidades para el fortalecimiento de los vínculos culturales entre ambos países.