Súmate a nuestro canal en: WhatsApp
¿Por qué votamos las feministas?
Agencia Uno

¿Por qué votamos las feministas?

Por: Hillary Hiner y Daniela López | 24.06.2025
Desde el feminismo votamos porque no da lo mismo quién gobierna, ni cómo se gobierna. Porque seguimos creyendo que otra forma de hacer política no solo es posible, sino también urgente. Y porque esta vez, como tantas otras, elegimos con claridad de propósito: sostener con convicción las banderas que levantamos hace décadas y empujar con fuerza los cambios que aún están pendientes.

Las feministas no votamos por nombres, votamos por proyectos. Y es desde esa mirada que este 29 de junio participaremos en las primarias de la centroizquierda, apoyando una opción que ha mostrado disposición real a poner nuestras luchas en el centro, no como complemento, sino como parte estructural de su forma de hacer política.

Quienes venimos del feminismo sabemos que los avances no ocurren por inercia. Requieren decisión, trabajo sostenido y una comprensión profunda de las desigualdades que nos atraviesan. Por eso es tan relevante identificar a quienes han demostrado coherencia entre el discurso y la acción, no solo en campaña, sino también en el ejercicio cotidiano del poder.

[Te puede interesar] Desde los 383 extravíos de armas hasta fusiles vendidos a $2 millones: el historial de delitos dentro del Ejército

En los últimos años, hemos visto a ciertos sectores de la política incorporar discursos de igualdad, mientras al interior de sus estructuras persisten lógicas conservadoras, machistas o simplemente indolentes frente a nuestras demandas. El feminismo no puede reducirse a una consigna o a una imagen de campaña. Se expresa en decisiones concretas: en cómo se legisla, con quiénes se dialoga, a quiénes se prioriza y se elige para liderar.

Nos importa, por ejemplo, quién ha estado disponible para impulsar proyectos de ley sobre aborto legal, corresponsabilidad en los cuidados o acceso público a tratamientos de fertilidad. Quién ha trabajado por fortalecer políticas para las disidencias sexo-genéricas, o ha promovido viviendas, barrios y espacios públicos pensados desde las necesidades de las mujeres, las infancias y quienes cuidan. Quién entiende que los cuidados no son un tema accesorio, sino una dimensión clave para redistribuir el poder, el tiempo y el bienestar.

También observamos con atención cómo se construyen los partidos y candidaturas. Las estructuras paritarias, la participación efectiva de mujeres y disidencias en los espacios de decisión, y el rechazo explícito a las alianzas con sectores que relativizan nuestros derechos no son detalles menores. Son señales políticas claras sobre el camino que se elige tomar.

[Te puede interesar] Exsubsecretario de Defensa, Gabriel Gaspar (PS): "Cuando entra la variable Dios en un conflicto, es muy difícil manejarlo"

Por eso votamos por Gonzalo Winter. No porque creamos que un solo liderazgo resolverá todo, sino porque sabemos que cada decisión política puede abrir -o cerrar- caminos para nuestras luchas. Y porque en un escenario donde la derecha avanza con fuerza, necesitamos claridad, coherencia y valentía para enfrentar los retrocesos.

Como en su momento lo hizo el presidente Gabriel Boric, Winter ha mostrado con hechos -y no solo con palabras- que está del lado de las luchas feministas más actuales y urgentes. No se ha restado del apoyo a causas internacionales como el respaldo a las mujeres palestinas frente al genocidio, ni de las luchas por el aborto legal, promoviendo el proyecto de ley que establece la interrupción voluntaria del embarazo hasta las 14 semanas, según recomendaciones de la OMS.

Desde el feminismo votamos porque no da lo mismo quién gobierna, ni cómo se gobierna. Porque seguimos creyendo que otra forma de hacer política no solo es posible, sino también urgente. Y porque esta vez, como tantas otras, elegimos con claridad de propósito: sostener con convicción las banderas que levantamos hace décadas y empujar con fuerza los cambios que aún están pendientes.

[Te puede interesar] Biólogos marinos a choque contra discurso de Dominga: “La incompatibilidad no se resuelve con tecnología y medidas de mitigación”