Chilenos creen que faltan líderes positivos en los trabajos: Solo 13% considera que son suficientes
Este 24 de abril se celebra el Día del Liderazgo a nivel internacional, fecha que invita a reflexionar sobre cómo se construyen liderazgos efectivos en el contexto actual chileno. Según el estudio realizado por Ipsos Chile y la Fundación Camiseteados, apenas un 13% de las personas considera que hay suficientes líderes positivos en el país, mientras que un contundente 69% cree que existen pero son insuficientes.
Esta percepción revela un diagnóstico transversal: ocupar posiciones de poder ya no basta para ser reconocido como un verdadero líder. Al respecto, Bárbara Kübler, Chief Human Resources Officer de Talana, plantea que actualmente "liderar es tener la sensibilidad de entender lo que motiva a cada persona del equipo, entregarle las herramientas para desarrollar nuevas habilidades y crear un espacio de trabajo que funcione tanto para ellos, como para la organización".
¿Cuáles son las claves para un liderazgo efectivo en 2025?
Entre los factores determinantes, Kübler destaca la consistencia como elemento fundamental. No se trata de proyectar perfección, sino coherencia en las acciones. Según la especialista, cuando los equipos perciben que sus jefaturas actúan con transparencia y criterio, se genera un marco de confianza que facilita incluso las conversaciones más difíciles.
Por otra parte, la diversidad emerge como un desafío pendiente. De acuerdo con cifras de la Subsecretaría de Economía, apenas el 20% de las empresas en Chile cuentan con mujeres en cargos de alta dirección. Esta brecha no solo representa un problema de representatividad, sino que también afecta la calidad de las decisiones. "Los liderazgos homogéneos tienden a reforzar sus propios sesgos. En cambio, cuando se trabaja con personas de distintos géneros, edades y trayectorias, el pensamiento se expande y las soluciones se vuelven más creativas", explica la experta.
¿Cómo ha impactado la transformación digital en los estilos de liderazgo?
La transformación digital también ha redefinido las reglas del juego, permitiendo que muchas jefaturas mantengan mayor cercanía con sus equipos, incluso en entornos híbridos o remotos. Sin embargo, Kübler advierte que la tecnología no puede sustituir capacidades esencialmente humanas: "Hoy la gente necesita saber que puede hablar con su líder sin miedo. Que no va a ser juzgada por pedir ayuda. Y eso requiere humanidad, no solo eficiencia".
En este escenario, aprender a reconocer errores y pedir disculpas se ha convertido en una habilidad esencial. Las nuevas generaciones valoran a quienes reconocen sus límites y muestran disposición a mejorar continuamente. El liderazgo efectivo se construye, entonces, en las pequeñas decisiones cotidianas: escuchar atentamente, abordar conversaciones incómodas, reconocer el trabajo de otros y saber cuándo dar un paso al costado.
