
Nuevos impuestos por contaminar en Chile recaudaron $22 mil millones para la acción climática
Nuevos impuestos en Chile están obligando a pagar a quienes degradan el medio ambiente de distintas maneras. El dinero recaudado se destinará a medidas para que el país se adapte a los embates del cambio climático, como la sequía o el calor extremo.
Es el caso del Sistema de Compensación de Emisiones del Impuesto Verde, que durante el 2024 logró recaudar $22 mil millones: lo mismo que costó el trabajo de la Convención Constitucional. El instrumento logró reducir 4,4 millones de toneladas de CO2, a través de aquellas empresas que reducen sus emisiones para evitar el pago de impuestos.
El Sistema de Compensación de Emisiones funciona desde 2023 y genera un cobro para aquellas empresas que son grandes contaminantes, y que superan un umbral fijo de emisiones máximas de dióxido de carbono (CO2).
Plantas de celulosa, refinerías, mineras y termoeléctricas han estado afectas a pagar este impuesto para compensar la gran cantidad de contaminantes que emiten a la atmósfera. Para 2025, son 87 los establecimientos que entran dentro de esta categoría y deberán pagar.
Empresarios que han debido pagar esta compensación o reducir sus emisiones declaran como motivación el posicionamiento que les da de cara a sus clientes y sobre todo de los europeos, que se interesan por la huella ambiental y la trazabilidad de los productos.
Autos nuevos
Otro impuesto verde que involucra directamente a la ciudadanía, es el que se le impone a la compra de autos nuevos, para incentivar la elección de vehículos que emitan menos contaminantes.
Este impuesto considera el precio del auto, los niveles de rendimiento urbano que tiene, y las emisiones de óxido de nitrógeno que genera. Los autos eléctricos no pagan este impuesto.
Cambio de uso de suelo
Otro impuesto que, según develó el Diario Financiero, el Servicio de Impuestos Internos se prepara para aplicar, es el que cobra un 10% de la ganancia que se obtenga por un terreno que cambió su uso de suelo de agrícola a urbano, y que por ello aumentó de valor.
Así, se buscaría desincentivar el cambio de uso de suelo y la ampliación del límite urbano para fines especulativos. Esta práctica de cambiar el uso de suelo ha generado un problema en el país por la degradación y fragmentación de bosques nativos y por la pérdida de suelos cultivables que podrían aportar a la soberanía alimentaria.