En Chile las energías renovables están instalándose de forma acelerada en el país, y ese ritmo sigue creciendo: en 2024 la inversión en energía renovable alcanzó un récord en el país, aumentando 230% con respecto al año anterior, según el último informe de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (ACERA).

Esta transición hacia energías limpias ha sido liderada por grandes empresas y proyectos de gran envergadura, centralizados en lugares como el desierto de Atacama.

Un rubro que destaca en la adopción de energías limpias es la minería, que según datos de Cochilco ya opera en 70% en base a energías renovables. Este rubro es también el que más consume energía en el país, representando 33% del consumo eléctrico total.

A pesar de su avance, el sector minero sigue imponiéndose metas para abastecerse cada vez más de energías limpias, lo que implica un esfuerzo acelerado dado que se proyecta que el consumo de energía eléctrica en la minería del cobre crecerá 31% al 2034.

Obstáculos de la transición

El ingreso acelerado de energías renovables a Chile enfrenta algunos obstáculos, ya que no ha sido acompañado de infraestructura de almacenamiento ni transmisión, por lo que existe hoy en día un cuello de botella en el norte de Chile, con vertimientos de energía solar que se pierden al no tener líneas para transmitirse ni baterías para guardarse.

Una de las mega líneas de transmisión que trasladan esta energía hacia los lugares donde hay más consumo, en el centro del país, es la línea Cardones Polpaico, donde se originó la falla que dejó a gran parte del país sin luz durante varias horas el 25 de febrero. La línea entró en funcionamiento en 2019 y se saturó pocos meses después.

En plena evaluación ambiental se encuentra el proyecto para construir otra línea de similar envergadura: el proyecto Kimal Lo Aguirre, que ha despertado polémicas y conflictos ambientales a lo largo del país por la necesidad de talar bosque nativo. El proyecto ha recibido miles de observaciones de la ciudadanía y de instituciones públicas, que deberá subsanar o responder en su evaluación.

Mientras algunos apuntan a la necesidad de mega infraestructura de transmisión eléctrica, como la línea Kimal Lo Aguirre, otros llaman también a descentralizar el sistema eléctrico instalando sistemas de generación de energía a pequeña escala para consumo local, que no dependan de unas pocas grandes líneas de transmisión.