A comienzos de noviembre de 2024, la COP16 en Cali fue suspendida por falta de quórum. Ahora, los países vuelven a negociar en Roma con el fin de proteger la biodiversidad, el objetivo primordial de la conferencia.

En Colombia, el tema de cómo incrementar el financiamiento público y privado para garantizar la implementación de los objetivos de conservación de la naturaleza produjo tensión entre los países del norte, que son donantes, y los del sur, que poseen una biodiversidad abundante y con menos daños. 

Los objetivos

Los propósitos de la COP provienen del acuerdo de Kunming-Montreal, firmado en 2022, y son parte de un programa de 23 objetivos a cumplir hasta el término de la década.

El más representativo espera que en 2030 el 30% de la tierra y el mar sean zonas protegidas, en contraste al 17% y el 8% que existe actualmente, de acuerdo a la ONU.

Según el calendario oficial, los 196 países firmantes tenían que pactar en la COP16 de Cali el modo de financiar la hoja de ruta. Esta pronostica ampliar a 200.000 millones de dólares anuales hasta 2030 el gasto enfocado en el resguardo de la biodiversidad.

Lo anterior incluye 30.000 millones de dólares de ayuda de los países más desarrollados a los países con menos recursos.

Controversia presupuestaria

Surgió una controversia por la manera en que se debe recaudar y distribuir dicho dinero, y en la arquitectura institucional del mecanismo. Esto llevó a una extensión de las negociaciones en Roma durante tres días, siendo este jueves la última jornada prevista.

Luego de días de conversaciones en la sede romana de la FAO, los negociadores recibieron el miércoles un nuevo texto preparado por la presidencia colombiana.

Los países en desarrollo exigen la creación de un fondo específico para la protección de la naturaleza bajo la autoridad de la COP, tal como dispone el texto de la convención sobre biodiversidad de 1992.

Por otra parte, los países más industrializados, liderados por la UE, Japón y Canadá son hostiles, ya que temen que con la eventual creación de un nuevo fondo se divida la ayuda al desarrollo, que se ha visto opacada por dificultades presupuestarias y la postura de Donald Trump frente al cambio climático.

Texto propuesto

El compromiso de la presidencia colombiana, representada por la ministra Susana Muhamad, espera optimizar los rendimientos de los instrumentos ya presentes.

Comienza por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF por sus siglas en inglés), y el Fondo Marco Mundial para la Diversidad Biológica (GBFF). Una solución provisoria asumida en 2022 y que prevé una suma de 400 millones de dólares.

Prevé, incluso, luego de la COP18 sobre biodiversidad en 2028, decida si hace falta lanzar un nuevo fondo, o si estos instrumentos existentes pueden convertirse para atender las expectativas de los países en desarrollo.

Se espera una resolución para este jueves o el día viernes 28 de febrero.