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"Lo que pasa en la calle": Una mirada a la poesía de Antonio Machado
Dedicado a Antonio Machado (26 de julio 1875 - 22 de febrero de 1939)
La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.
Agamenón.- Conforme.
El porquero.- No me convence.
Don Juan de Mairena, en su clase de retórica y poética
Mientras mi mente divagaba entre los posibles temas a tratar en esta columna, mi mujer empecinadamente aprieta la bombona del insecticida para eliminar las moscas que revolotean por la casa. Deja a las moscas tranquilas, le digo, ¿no recuerdas la canción de Serrat sobre las moscas? Esta escena me decidió.
En el poema de Antonio Machado, musicalizado por Serrat, estas “inevitables golosas” hacen de testigos de las sucesivas etapas de su vida, desde el juguete encantado hasta los párpados yertos de la muerte.
El 22 de febrero de 1939, un miércoles de ceniza, moría en Colliure (Francia) don Antonio Machado Ruiz, poeta, filósofo y demócrata. Tres días más tarde lo hacía su madre preguntando por su hijo. Ambos habían llegado pocos días atrás escapando del asalto franquista a la democracia española.
Antonio, nacido en julio de 1875, fue el segundo hijo de Antonio Machado Álvarez y Ana Ruiz Hernández. Su padre fue filósofo, folclorista y abogado. Eran ocho los hermanos, pero tres fallecieron a temprana edad.
El mayor de ellos, Manuel, también fue un poeta reconocido en España, muy cercano a don Antonio durante toda su vida, hasta que la guerra civil los separó. Su abuelo, Antonio Machado Núñez se dedicó a múltiples oficios y profesiones, fue médico, antropólogo, zoólogo, geólogo y quien sabe que otras cosas más.
Con este abuelo pasaron los Machado Ruiz gran parte de su infancia y adolescencia, especialmente después de la muerte temprana del padre. Quizás este revoltijo de profesiones humanistas (filosofía, antropología y la medicina en esos tiempos), hayan calado en Antonio, motivando una poesía centrada en el devenir de las personas.
La poesía de Antonio Machado toca diversos temas, muchos de los cuales muestran su manera particular de mirar al ser humano. Entre estos, el primero que abre el tomo llamado Campos de Castilla, Retrato, en el que nos entrega una visión de sí mismo y de lo que espera de su vida:
Converso con el hombre que siempre va conmigo,
-quien habla solo espera hablar a Dios un día-…
Y cuando llegue el día del último viaje,…
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
La poesía, nos dice Machado a través del apócrifo Juan de Mairena, es el diálogo del hombre, del hombre con su tiempo. Como en los poemas citados, nos recuerda, según Juan Godoy, que el “hombre es un ser que está instalado en el tiempo y que como tal se halla en permanente camino hacia la muerte”.
Recurrentemente escribe sobre la poesía misma. De hecho, publicó un pequeño librito con “Notas sobre la poesía”, que escribió entre 1912 y 1924. En ellas discute sobre el abuso de la metáfora innecesaria y aboga por el uso de ésta cuando no hay una palabra para significar lo que se desea.
Por otro lado, en el “Cancionero apócrifo de Juan de Mairena”, en la sección “Arte poética”, nos manifiesta la importancia que tiene en la poesía la temporalidad. El entregar una “intensa y profunda impresión del tiempo”, y para ejemplificarlo, compara la rica lírica de Jorge Manrique, con un poema de Calderón de la Barca, concluyendo que más que un canto, el de este último es un razonamiento bien ejecutado.
El amor y la pérdida también son centrales en sus escritos. Su esposa Leonor murió de tuberculosis tan solo dos años después de su matrimonio. Su dolor lo manifiesta en el poema A un olmo seco, escrito poco antes de su muerte, y en algunos de los poemas del libro Campos de castilla, en que nos describe su huida de Soria (donde falleció Leonor) y nos cuenta sobre un “caballero de luto que ve pasar el polvo mientras la tarde cae en la sombra”.
Pero nada mejor para resumir la poética de Machado que la pequeña historia que cuenta de Juan de Mairena en una clase de retórica:
“- Señor Pérez, salga usted a la pizarra y escriba: “Los eventos consuetudinarios que acontecen en la vía”.
El alumno escribe lo que se le dicta.
Vaya usted poniendo eso en lenguaje poético.
El alumno, después de meditar, escribe. “Lo que pasa en la calle”.
Mairena: No está mal”.
Antonio Machado murió hace 86 años, escapando del régimen que se empecinó con los poetas. “Profeta ni mártir quiso Antonio ser. Y un poco de todo lo fue sin querer”.
Antes que él, Federico García Lorca fue fusilado a los 38 años, el 18 de agosto de 1936 y luego, en 1942, Miguel Hernández muere a los 31 años mientras permanecía prisionero.