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Cientos de miles de argentinos en las calles ponen un límite a la intolerancia y la homofobia de Javier Milei
Fotografía: Iván Gajardo

Cientos de miles de argentinos en las calles ponen un límite a la intolerancia y la homofobia de Javier Milei

Por: Iván Gajardo | 03.02.2025
Una marea de cientos de miles de personas rechazaron en las calles de las principales ciudades argentinas la hoja de ruta ultraconservadora expresada por el presidente Javier Milei en su  discurso del Foro Económico Mundial, donde centró sus ataques en la denominada “cultura woke”, vinculó la homosexualidad a la pedofilia y cargó en duros términos contra los  feminismos y la perspectiva de género.

La Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista en repudio al discurso oficial fue convocada por la comunidad LGBT+ durante una asamblea urgente realizada en el emblemático Parque Lezama de la capital, poco después del polémico discurso.

El discurso, que para muchos observadores políticos resultó ser “un balazo en el pie” desató una potente reacción ciudadana que fue creciendo durante toda la semana y terminó en el aluvión multicolor y diverso que inundó las calles céntricas para neutralizar “el oscurantismo” de las palabras del presidente, señalaron algunos de los convocantes, 

En un fragmento de su controvertido discurso Javier Milei señaló que “en sus versiones más extremas la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil. Son pedófilos, por lo tanto quiero saber quién avala esos comportamientos”, clamó, tras mencionar el caso de dos homosexuales estadounidenses que “enarbolando la bandera de la diversidad sexual, fueron condenados a cien años de prisión por abusar y filmar a sus hijos adoptivos durante más de dos años”.

Apenas horas después y ante la reacción desatada en medios y redes, el equipo de comunicación presidencial buscó desesperadamente resignificar la narrativa del mandatario, pero ni los anuncios altisonantes, que incluyeron la baja de impuestos al sector agropecuario y la expulsión el legislador Ramiro Marra, un personaje que contaba con un pedigree importante en las filas libertarias, atenuaron el descontento que estalló tras el discurso en el foro económico en la ciudad homónima suiza.

Paralelamente, la granja de trolls digitada desde la Casa Rosa intentó también correr el eje del debate, al asegurar que Milei “no había dicho” lo que dijo y asegurar que había sido “sacado de contexto” y “editado”. La intentona también fracasó.

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Todos los colores

En la capital federal, la veintena de cuadras que separan la Plaza del Congreso y la Plaza de Mayo, así como las arterias aledañas se mostraron repletas de colores, tanto en el sentido cromático como ideológico, ya que –con la obvia excepción de los libertarios- el llamado de los colectivos LGTBQ+ fue escuchado buena parte del arco político que buscó poner un freno a la escalada de violencia verbal lanzada desde las más altas esferas de poder.

Esta violencia mediática había tenido el pasado miércoles un siniestro correlato en la realidad, cuando un hombre incendió la vivienda de dos mujeres en la localidad de Cañuelas (a unos 60 kilómetros de la Capital Federal) a las que acosaba por su condición de lesbianas.

Miles de carteles rechazaron las expresiones del mandatario y señalaron su repudio a la intentona de eliminar derechos, como los “cupos trans” (Ley N° 27.636), que establece que al menos el 1% de los cargos en el Estado Nacional deben ser ocupados por personas travestis, transexuales y transgénero. También amenazó con eliminar el DNI no binario y la figura del Femicidio del Código Penal.

“Al closet nunca más”, Fascismo nunca más” y “Nuestro amor no mata, tu odio si” rezaba la interminable columna de carteles, la mayoría escritos a mano, que salieron a desafiar la “batalla cultural” emprendida por los libertarios que los colectivos calificaron de “oscurantista” y que cosechaban aplausos de los asistentes.

“No entiendo como los argentinos votaron esta basura”, comentó Camila, una estudiante chilena que lleva 3 años en Argentina y observa perpleja como “un país tan diverso y tolerante va haciendo mierda derechos que les costó tanto conseguir”.

A pocas cuadras de allí, Vadim, un inmigrante ruso que llegó al país huyendo de la persecución a las minorías sexuales en el país euroasiático mostraba un cartel en el que contaba su experiencia y calificaba a Argentina como “su nueva casa”, que le devolvió la “esperanza”. En un confuso español, el joven también expresó a este cronista su desazón por los retrocesos que el país puede experimentar “si los argentinos no salen a responder esta locura”.

La marcha tuvo también expresiones de gran magnitud en las ciudades de Córdoba, Rosario, Mendoza y Bariloche, entre otras.

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Silencio oficial

Si bien durante todo el sábado la Casa Rosada optó por el silencio y prefirió no confrontar, la respuesta a la convocatoria fue transferida a las tropas en redes que dirige Daniel Parisini, alias El "GordoDan”, que multiplicaron en la X (antes Twitter) el hashtag #MileiTeníaRazón y compartieron imágenes de la movilización en las que se ve gente con máscaras, arneses y parte de su cuerpo desnudo.

La estrategia de desprestigiar la marcha fue complementada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, quien tuiteó que los participantes "profanan a nuestros próceres", escandalizada por la imagen de  ver a una persona sin ropa bajo del monumento a Manuel Belgrano, una figura clave en la historia de Argentina y uno de los principales líderes de la Revolución de Mayo.

Paralelamente, el canal de stream libertario, "Carajo", posteó una imagen en su perfil de Instagram con la frase: "Miren esas caras, lo peor de la Argentina", acompañada de figuras del kirchnerismo como la propia CFK, o el Gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof.

¿Un punto de inflexión?

Se trata de la segunda gran marcha que los argentinos realizan en contra del Gobierno de Milei, tras la ocurrida en abril en defensa de la Educación Pública, que por su extraordinaria convocatoria  marcó el primer golpe fuerte al Gobierno y para muchos fue la movilización política más importante desde el regreso de la Democracia en 1983.

La de hoy sin embargo, de magnitud también indiscutible aunque los números finales son como siempre motivo de disputa (100 mil para los medios afines al gobierno, 800 mil para los organizadores) tiene un plus que no debería soslayarse.

Se trató de una marcha “antifascista y antirracista”, lo que constituye una grave interpelación al Ejecutivo libertario que buscó correrse de ese mote e incluso buscó sin suerte devolver la pelota a los organizadores, tratándolos también de “fascistas”

Si bien la Ciencia Política podría impugnar que el gobierno libertario pueda ser tildado correctamente en esos términos (fascista y racista), al  no ajustarse a las características totalitarias, antidemocráticas y ultranacionalistas de este tipo de regímenes, lo cierto es que es un porcentaje no desdeñable de los argentinos a estas alturas ya se representan así a su actual gobierno, y los colectivos convocantes lograron establecer el eje fascismo-antifascismo como la antinomia que podría pesar fuerte en la agenda de cara a las elecciones legislativas de octubre.

Se trató sin duda de una zancadilla auto-infligida por un Gobierno que entusiasmado por la popularidad que registran la mayoría de las encuestas  evaluó (erróneamente) que tenía la pista despejada para iniciar otras batallas sin riesgo de daños colaterales.

De cara al vacío de los partidos políticos opositores, hasta ahora sin capacidad de reacción ante el avasallador estilo libertario, la sociedad civil parece ir enhebrado las redes necesarias para hacerle frente a un Gobierno que apoyado en las variables económicas macro sostiene un relato de éxito que el resto del arco político no logra neutralizar ni discutir con la fuerza necesaria. Si se trata o no de un punto de inflexión en la experiencia libertaria, solo la historia nos lo dirá.