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Colegios “emblemáticos” de Santiago: Una realidad que ya no sorprende
Agencia Uno

Colegios “emblemáticos” de Santiago: Una realidad que ya no sorprende

Por: Benjamín Escobedo | 04.01.2025
Vivimos en una sociedad que poza ser “moderna”, emancipadora y libre, sin embargo, en ocasiones estas categorías han sido mal entendidas en la educación escolar, una realidad que mantiene por estos días a los llamados colegios “emblemáticos” de Santiago en una situación compleja, aunque esto ya no sorprenda mucho a la población nacional.

El 5 de diciembre finalizó el año escolar para los establecimientos educacionales de nuestro país, sin embargo, la fecha oficial se extendió para los llamados colegios “emblemáticosde la comuna de Santiago, esto debido a la considerable pérdida de clases, paros, tomas, evaluaciones pendientes e insuficiencia curricular que, dicho sea de paso, cada vez es más común en aquellos alumnos que no comprenden irónicamente ni lo que leen.

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Desgraciadamente la educación escolar parece no dar tregua, aquellos recintos educativos que posaban de prestigio y valor en tiempo pasado, en la actualidad no son más que “símbolo” de la degradación y relajo en los mecanismos de admisión y selección que hemos adoptado, por tanto, no es de extrañar que los llamados colegios “emblemáticos” de Santiago corran su calendario académico 2024 hasta mediados de enero del nuevo 2025.

La prolongación de clases y extensión de los plazos reflejan discontinuidad en el proceso, debilidad en el ejercicio y ausencia de disciplina en el calendario trazado. Según el diario El Mercurio, en Santiago están recuperando clases los siguientes establecimientos educacionales: Instituto Nacional, INBA, Liceo Darío Salas, Liceo de Aplicación y Liceo 1 respectivamente.

En la comuna de Providencia, encontramos al Tajamar y Liceo Lastarria completando 15 y 14 días de recuperación. Por otra parte, no olvidemos que el 6 de enero se conocerán los resultados de la PAES, prueba que arrastra bastantes conjeturas en cuanto a la posibilidad que todas y todos tengan las mismas condiciones y competencias académicas para responder dicha evaluación.

Los motivos se enraízan en un desnivel curricular que una parte de los estudiantes alberga considerablemente, por consecuencia, suena bastante disonante que los alumnos de esos colegios “emblemáticos” pierdan clases reiteradamente en tonterías, o espasmos de utopía.

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La plataforma web de Biobío nos muestra una cartografía de lo que fue este año 2024 para algunos de los llamados colegios “emblemáticos” a través de las siguientes líneas:

“En el INBA, el año escolar se vio interrumpido tras un grave incidente con bombas molotov que dejó 35 estudiantes heridos, algunos en riesgo vital, lo que obligó al cierre del recinto. Esto último con el fin de desarrollar labores investigativas y dar apoyo psicoemocional a la comunidad educativa.

En el caso del Liceo 1, una toma estudiantil en mayo paralizó las actividades, extendiéndose el año escolar hasta el 12 de enero. Sin embargo, las alumnas no asisten, lo que convierte esta extensión en una 'recuperación en el papel', con solo el cuerpo docente presente en el establecimiento”.

Cabe señalar que otros establecimientos educacionales también se encuentran recuperando clases producto de los paros y perdida de clases dentro del año 2024. Algunos que aparecen en este listado son: Liceo Miguel de Cervantes y Saavedra, Industrial Eliodoro García y el Instituto Superior de Comercio Eduardo Frei.

En tanto, en el Liceo Lastarria, durante el Día del Alumno, el director fue rociado con bencina. Tal vez, estamos en presencia de una situación (desorden y correr los límites) que ha ido en aumento al interior de una parte de los llamados colegios “emblemáticos” de Santiago. En síntesis, la discusión en estas materias debe comprender una lectura sobria, conciliadora, pero garante de cambios, no por mero cumplimiento, sino por la urgencia que esto necesita desde hace mucho tiempo en Chile.

Entonces, algunas preguntas que obligatoriamente saltan son las siguientes: ¿Es posible que un alumno pueda obtener buenos resultados en la educación universitaria si su base escolar conllevó vacíos curriculares producto de las marchas, paros y pérdidas de clases una y otra vez? ¿Qué rol juegan los municipios en estas agravantes?

¿Es factible modernizar la educación escolar en Chile en un sentido curricular de forma y fondo, donde el nuevo modelo tribute precisamente a ese alumnado que ve en la escuela o liceo un mero trámite poco motivador, con viejas metodologías que poco y nada aportan al mundo digital en que vivimos? ¿Quién será el que coloque el cascabel al gatito en cuanto a disciplina escolar, entendiendo por esta último la idea de cercenar los paros, pérdida de clases y desordenes que al final del día perjudican principalmente a los estudiantes de cada año escolar?

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Vivimos en una sociedad que poza ser “moderna”, emancipadora y libre, sin embargo, en ocasiones estas categorías han sido mal entendidas en la educación escolar, una realidad que mantiene por estos días a los llamados colegios “emblemáticos” de Santiago en una situación compleja, aunque esto ya no sorprenda mucho a la población nacional.