Comprar con conciencia y reciclar como juego: Claves para la Navidad, en que se triplica la basura
Se estima que en Chile cada diciembre se generan 2 millones de toneladas de basura por sobre lo normal, asociadas a las celebraciones de Año Nuevo y sobre todo de Navidad, donde la ceremonia de abrir regalos cierra con una montaña de papeles y envases.
Lo bueno de esto es que la mayoría de los envases, embalajes y papeles para regalos navideños pueden ser reciclados, ya que se trata de envases secos y limpios, generalmente de plástico, papel o cartón.
Lo malo es que durante navidad la carga de tareas del hogar suele ser mayor que en otras épocas. Para enfrentar esta situación y dejar una menor huella en el ambiente, se recomienda generar juegos o actividades para reciclar en familia de forma entretenida una vez terminada la celebración.
Integrar el reciclaje en la dinámica familiar no solo puede ayudar con el orden de la casa, sino que genera un espacio de intercambio de conocimientos y educación ambiental, formando buenos hábitos para el futuro.
A raíz de la implementación de la Ley REP, que obliga a los productores a facilitar el reciclaje de sus productos, hay cada vez más comunas que cuentan con servicios gratuitos de camiones que retiran el reciclaje puerta a puerta. Para 2034 el 80% de los hogares del país deberían contar con este servicio según la ley.
Planificar las compras
Aunque el reciclaje es una acción clave para reducir el impacto ambiental de la sociedad de consumo, es aún más importante y menos común elegir las compras con criterios sustentables.
En el caso de la Navidad, esto puede significar elegir decoraciones duraderas y que se puedan reutilizar cada año, decorar plantas en vez de comprar un árbol de navidad artificial o natural, y elegir regalos que no deban ser trasladados desde países lejanos y que también hayan sido producidos con criterios de sustentabilidad y con pocos embalajes.
En cuanto a la comida, planificar las compras ayuda a que no haya sobras que después terminan en el basurero y a pensar de antemano formas de preparar, servir y guardar la comida para que los sobrantes puedan ser comidos más adelante.
También se recomiendan dinámicas como intercambiar adornos navideños con otras familias para variar cada año, y regalar aquellos juguetes en desuso que los niños de una familia ya no usan.