Una abogada residente en Santiago, vivió una situación que, según su testimonio, afectó profundamente su vida personal y familiar tras la emisión de un reportaje televisivo.

Según se puede apreciar en el fallo judicial, en octubre de 2024, una periodista la contactó para hablar sobre un conflicto de arriendo, mencionando que investigaba casos de arrendatarios morosos.

Aunque la mujer dejó claro que no autorizaba el uso de su nombre, voz, ni imágenes, días después vio su historia expuesta públicamente en un reportaje de Mega.

El reportaje, emitido el 14 de octubre, mostró su nombre completo, fotografías de su vivienda, su vehículo estacionado en un lugar privado e información sobre su profesión y trayectoria académica.

Además, incluyó grabaciones realizadas en áreas de uso exclusivo sin su permiso. Este contenido no solo fue difundido en televisión, sino que también se publicó en plataformas digitales como Instagram, TikTok y YouTube, amplificando la exposición.

Según la mujer, estas acciones no solo vulneraron su privacidad, sino que dañaron gravemente su reputación, afectando incluso a su madre, quien padece una enfermedad terminal.

La mujer decidió acudir a la justicia y presentó un recurso de protección en la Corte de Apelaciones de Santiago, argumentando que la exposición pública vulneró sus derechos fundamentales, como el respeto a su vida privada y su honra.

Sin embargo, la Corte rechazó el recurso, señalando que este no era el camino adecuado para resolver el caso.

La historia dio un giro cuando la mujer llevó su apelación a la Corte Suprema. El máximo tribunal evaluó el caso y concluyó que los hechos relatados sí podrían constituir una violación a sus derechos fundamentales.

Por ello, revocó la decisión de la Corte de Santiago y declaró admisible el recurso, ordenando que se le diera trámite.