Colonos (2024) de Manuel Lagos Mieres: Desgranando el choclo de la colonización del sur
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Colonos (2024) de Manuel Lagos Mieres: Desgranando el choclo de la colonización del sur

Por: Gonzalo Schwenke | 26.11.2024
En más de diez capítulos el autor transita por las ciudades de Valdivia, Osorno, La Unión, Río Bueno, Frutillar, Llanquihue, Melipulli, Panguipulli, Loncoche, Riñinahue, Lago Ranco, Rupanco, Villarrica y Pucón, Malleco y Cautín, sin dejar de lado el asentamiento de los colonos Vascos.

Durante más de doce años, Manuel Lagos Mieres ha desempeñado un trabajo en el campo historiográfico referente a la cultura anarquista y el movimiento obrero en Chile. En tanto antecedentes de los ejes trazados, ha publicado Feminismo obrero en Chile. Orígenes, experiencias y dificultades, 1890-1930 (Autoedición, 2019), un importante volumen de más casi cuatrocientas páginas en las que describe, analiza y contextualiza a las mujeres chilenas durante los siglos XIX y XX.

Colonos. A sangre y fuego (CEIBO, 2024) es un estudio sólido donde se desgrana el choclo sobre las consecuencias de la colonización alemana impulsada por el gobierno de Manuel Bulnes y radicada desde el Río Toltén hasta el seno de Reloncaví. A partir de la reinterpretación de las fuentes impresas escritas por los inmigrantes, busca desmitificar el relato heroico y civilizatorio, y recuperar la memoria de aquellos marginados de esta historia, dado que en ella se evidencia un atropello y despojos que no están contenidos en el relato heroico y civilizatorio en el discurso oficial.

En más de diez capítulos el autor transita por las ciudades de Valdivia, Osorno, La Unión, Río Bueno, Frutillar, Llanquihue, Melipulli, Panguipulli, Loncoche, Riñinahue, Lago Ranco, Rupanco, Villarrica y Pucón, Malleco y Cautín, sin dejar de lado el asentamiento de los colonos Vascos, dando cuenta de las familias que se asentaron en la zona y aumentaron su poder político, económico y social con el apoyo estatal en desmedro de los chilenos y mapuche.

Tal como la carta abierta Yo acuso (1898) de Émile Zolá, donde defiende al capitán Dreyfus de una serie de mentiras y traiciones del gobierno para fortalecer la idea de patriotismo del presidente francés, Lagos Mieres realiza un gesto provocativo y audaz al instalar en la portada del libro los apellidos de las familias alemanas vinculadas al despojo territorial

La premisa histórica de la obra da cuenta de colonizadores que están lejos del relato épico de la Historia Oficial; aquella que contaba que los alemanes se abrieron paso en la tupida selva del sur profundo y, en base al esfuerzo, progresaron. Lagos Mieres plantea que la colonización alemana fue un proceso que se benefició para sí mismos y sus familias, no para el conjunto de la sociedad chilena, tampoco se cumplieron las expectativas modernizadoras que pretendía el Estado al traerlos.

No hay que olvidar que los intelectuales de la época, la llamada generación de 1842, donde están Domingo Faustino Sarmiento, pasando por Andrés Bello, Ignacio Domeyko, Rudolph Philippi, Diego Barros Arana a Benjamín Vicuña Mackenna, señalaban que Europa representaba la civilización, en cambio, América estaba sumida en la barbarie. Este modo de pensar perduró por mucho tiempo, con su momento de mayor esplendor en la Belle Époque, hasta las I y II guerra mundiales donde las sociedades del primer mundo se destruyen.

La sociedad alemana se constituyó paralelamente a la chilena dado el carácter de superioridad y racismo imperante. Constituyeron instituciones privadas en espacios sociales para asegurar su modelo de vida junto a una robusta endogamia, lo que significa el escaso intercambio cultural con los demás estamentos sociales.

Este proceso produjo que se desconozcan los Títulos de Merced, documentos que reconocían las tierras indígenas. Ante la ausencia de la ley, se llevó a cabo el “Viejo Oeste” donde la violencia, las usurpaciones fueron el común denominador de aquellos que tenían mayor influencia en múltiples niveles de la sociedad. Así, este colono heroico/grandioso emergió como una figura miserable que se apropió de terrenos ajenos, empleó armas y asumió comportamientos de los terratenientes del siglo XIX y XX, lo que evidentemente contrasta con el rol civilizatorio que los grandes pensadores del siglo promovieron.

En la narrativa de ficción contemporánea encontramos Cherrufe: la bola de fuego (2008) de Fuentealba Millaguir, Campo de Tiro (2012) de Leonardo Videla, Desde el fogón de una casa de putas williche (2010) de Graciela Huinao. Novelas publicadas que vienen desarrollando estas representaciones y que se sitúan desde la reescritura histórica ante la ausencia crítica de la trama autorizada.

Uno que se crió en las tierras del sur, puedo dar cuenta sobre la retórica que alcanza ribetes lambiscones sobre la colonización alemana sin contrapeso. Es por eso, que el concluyente estudio Colonos. A sangre y fuego (CEIBO, 2024) analiza, descubre y desata las dinámicas de poder de un sector, a costa de la invisibilización de otras experiencias menos convenientes. Estas han sido suprimidas de las narrativas históricas tradicionales, pero que sus consecuencias es una herida legada en la sociedad contemporánea.

Colonos. A sangre y fuego (2024) de Manuel Lagos Mieres. CEIBO ediciones, 340 páginas.