De Biden a Harris y el retorno de Trump: Lecciones para Chile y el mundo
En las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2024, el triunfo de Donald Trump sorprendió a pocos, ya que el proceso había estado marcado por una creciente debilidad del Partido Demócrata, particularmente por la candidatura de Joe Biden, cuyo desempeño durante un debate clave con Trump, el 27 de junio de 2024, fue criticado a nivel mundial.
Durante los 90 minutos del debate, Biden fue percibido como desorientado, con pocos argumentos claros frente a temas cruciales para la sociedad estadounidense, lo que puso en duda su capacidad para un segundo mandato. La BBC señaló que Biden estuvo "contra las cuerdas", mientras que su edad y la posible presencia de problemas cognitivos fueron temas de discusión. Estos factores sembraron incertidumbre sobre su candidatura y abrieron un espacio para que figuras dentro de su propio partido presionaran por su renuncia.
En respuesta, Kamala Harris, la vicepresidenta, fue impulsada como la nueva carta del Partido Demócrata. Tras el respaldo público de figuras de su sector como el excongresista Tim Ryan, quien apoyó a Harris como una opción más viable que Biden, el mandatario renunció a la reelección, lo que permitió a Harris posicionarse como la única candidata del partido.
Kamala Harris representaba la continuidad del proyecto gubernamental de Biden, aunque su elección también fue vista como una respuesta a la falta de visibilidad creciente de Biden en la política estadounidense.
La Convención Demócrata proclamó oficialmente a Harris como su candidata, y su candidatura fue recibida con entusiasmo no solo en el ámbito político, sino también en el mundo del entretenimiento, con celebridades como George Clooney, Taylor Swift y Beyoncé que mostraron su apoyo. Además, Harris representaba una posibilidad histórica: convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos.
A lo largo de su campaña, Harris se mostró decidida y enfrentó con firmeza los ataques de Trump, quien recurrió a insultos personales, incluyendo comentarios sobre su género y raza, y acusó a la demócrata de ser "marxista". Sin embargo, aunque Harris logró mantenerse estoica, sus respuestas en temas clave como la economía y la migración fueron percibidas como menos contundentes, lo que la situó en una posición difícil frente a un Trump que ha consolidado su discurso en estas líneas programáticas y que hacen pleno sentido en los votantes conservadores.
El electorado estadounidense, tradicionalmente centrado en temas económicos, se inclinó decisivamente por Trump. La percepción de que el gobierno de Biden y Harris había contribuido al deterioro económico de Estados Unidos jugó a favor de Trump, quien representaba a un sector conservador y nacionalista que rechazaba las políticas progresistas del gobierno saliente.
Aunque Harris obtuvo apoyo considerable en sectores claves de la sociedad americana, Trump consiguió un respaldo significativo de la población blanca, las comunidades comerciales, y una porción creciente de la comunidad latina. De hecho, según el analista Álvaro J. Corral, Trump logró convencer a cuatro de cada cinco votantes que consideraban la economía como su principal preocupación.
Finalmente, Trump ganó las elecciones con una victoria numérica rotunda, pero su figura seguía siendo objeto de controversia debido a los múltiples escándalos y problemas legales que lo rodeaban. Al día siguiente de la victoria de Trump, la revista Vanity Fair publicó una serie de antecedentes sobre su carrera política y empresarial, revelando que enfrentaba 34 cargos por falsificación de registros comerciales, así como juicios pendientes por interferencia electoral y abuso de poder.
Además, la llegada de Trump al poder fue vista como un reflejo de la crisis institucional que vivía Estados Unidos, en la que las normas democráticas y los principios de justicia eran puestos en duda.
El impacto de la victoria trascendió las fronteras de Estados Unidos y sus implicancias fueron analizadas en todo el mundo. En Chile, el resultado electoral generó diversas interpretaciones en los medios, con opiniones a favor y en contra. En particular, algunos sectores de la derecha se sintieron victoriosos, interpretando el triunfo de Trump como un triunfo de las ideas conservadoras a nivel mundial.
El avance de la ultraderecha a nivel internacional, la erosión de las reglas democráticas, el retroceso en los derechos de las mujeres y el fortalecimiento de regímenes autoritarios fueron aspectos que generaron preocupación a partir de los resultados de la elección.
En este contexto, resulta importante reflexionar sobre el impacto que el ascenso de figuras como Trump puede tener en otros países, incluido Chile, que se encuentra a un año de sus próximas elecciones presidenciales. El análisis debe transitar en cómo las ultraderechas, en sus múltiples formas, pueden afectar los procesos políticos y sociales en el ámbito global, realizar un zoom al proceso y ver el contraste e genera con las necesidades de la población chilena.
En un mundo cada vez más polarizado, el triunfo de Trump pone de manifiesto las profundas divisiones en la sociedad estadounidense y, por extensión, en la comunidad internacional.