Presupuesto 2025: Herramienta fundamental para lograr un Chile más justo
Cada año la discusión sobre presupuesto nos invita a reflexionar sobre cuáles son las prioridades, cuáles son las metas, qué necesitan, quieren, y demandan quienes habitamos Chile.
En ese sentido, el Presupuesto 2025 debe ser una herramienta para enfrentar las urgencias sociales, económicas y ambientales que afectan a nuestro país y, al mismo tiempo, debe proponer medidas concretas para combatir el desempleo, reducir la desigualdad, mejorar la salud y educación públicas y proteger nuestros recursos naturales, todo esto nos encamina hacia una sociedad más justa e inclusiva.
Nuestra visión para este presupuesto es clara: creemos que se debe aumentar la inversión pública, dirigiendo recursos a sectores que promuevan el empleo, la reactivación económica, la protección social y que el bienestar se refleje en la vida cotidiana de todos y todas.
La inversión en salud, educación, vivienda es urgente y no puede postergarse. Por otro lado, las regiones no pueden quedar desprotegidas ante crisis como la del transporte o la sequía.
Hemos logrado en el debate de las leyes respectivas que los ingresos del Royalty y del Litio financien estas áreas críticas de manera sostenida, con el fin de asegurar una red de seguridad social y de desarrollo a largo plazo para las comunidades.
Para asegurar que las soluciones lleguen efectivamente a los territorios, es fundamental fortalecer a los gobiernos regionales y democratizar el uso de los fondos públicos. Debemos brindar a las autoridades regionales las herramientas que necesitan para enfrentar sus respectivos desafíos.
No es sorpresa para nadie que ya existan obstrucciones en la Comisión Mixta de Presupuestos. La derecha nuevamente, al igual que años anteriores, ha decidido quitar financiamiento a áreas como derechos humanos, transporte, agricultura y, además, forzaron a que se redujera el presupuesto en US$612 millones, ajustando el crecimiento del gasto público de 2,7% a 2%, es decir, la derecha insiste en limitar los recursos y en dificultar cualquier avance que se quiera hacer.
He aquí un punto que no debemos soslayar, debemos denunciar, una vez más, la hipocresía de la derecha que por un lado habla de crecimiento y seguridad y, por otro, hace todo lo posible para reducir el gasto social que garantice mejor calidad de vida a las chilenas y chilenos. Su “patriotismo” sólo es tal cuando se trata de engordar sus propias billeteras.
Nosotras y nosotros no nos perdemos: es esencial abordar con seriedad temas como educación y salud, poniendo énfasis en la atención primaria, la reducción de las listas de espera y la salud mental. Nuestra ciudadanía merece un sistema de calidad que realmente responda a sus necesidades. No hacemos ningún favor a nadie, es nuestro deber como representantes de elección popular.
Bien lo sabemos, hoy la seguridad es una prioridad y queremos ser enfáticos en que la consideramos desde una perspectiva amplia y social. Frente a la delincuencia y el crimen organizado, insistimos que debemos tener un enfoque que incluya tanto equipamiento, como prevención y reinserción social.
Esta visión integral la derecha no solo no la tiene, sino que no la entiende, evidenciando así su lejanía con la realidad de la gran mayoría de las chilenas y chilenos. En lugar de prevenir pretende desviar los recursos a un aumento de la fuerza sin atacar las causas de la inseguridad que, sabido es, tienen su origen en una profunda desigualdad y en una grotesca injusticia social.
Hoy, cuando Chile necesita más que nunca un Estado y un presupuesto que respalde a sus habitantes, necesitamos del apoyo de todos y todas. Nosotras y nosotros seguiremos en la lucha por un presupuesto más justo y transformador, más allá de las obstrucciones y dificultades a las que nos enfrentemos.