Inflamación estomacal o malestar: Celebra Halloween y evita problemas de salud con tips de expertos
Los dulces de Halloween pueden ser muy atractivos, pero su alto contenido de azúcar y aditivos puede alterar el equilibrio de las bacterias en el intestino, provocando inflamación y malestar digestivo tanto en niños como en adultos.
Durante la noche del 31 de octubre, los participantes se visten con sus mejores disfraces y recorren las calles pidiendo "dulce o truco", siendo las golosinas el centro de atención de niños y niñas.
Definitivamente Halloween es una de las festividades donde más golosinas como caramelos, gomitas, chocolates y malvaviscos se consumen en el año.
Sin embargo, comer en exceso estos productos azucarados puede generar un impacto negativo en la salud intestinal, especialmente en niñas y niños.
Patricia Medvesck, nutricionista de Wellness Technologies, así lo explica, pero hace hincapié en otros componentes que potencialmente podrían aumentar los riesgos de sufrir enfermedades intestinales.
“Además, estos dulces no vienen solamente con azúcar, tienen colorantes y saborizantes, que son hiperdañinos. Entonces es una bomba para el intestino que produce bastante inflamación y malestar”, explica la experta.
Así mismo, "los dulces no solo aportan azúcar, sino también aditivos químicos perjudiciales, como la tartrazina, que puede provocar reacciones alérgicas, y edulcorantes como el sorbitol y manitol, que pueden causar malestar gastrointestinal", explica Medvesck.
En ese sentido, algunas consecuencias del consumo excesivo de azúcar son “reducir la diversidad de bacterias beneficiosas en el intestino, aumentar el crecimiento de bacterias patógenas oportunistas que se alimentan de azúcar y reducir la protección de ácidos grasos de cadena corta”, indica Medvesck.
En casos extremos y prolongados, puede incrementar el riesgo de prediabetes, diabetes y síndrome metabólico, añade Matías Cortés, médico general y director médico de Mediko Chile.
Recomendaciones para este Halloween
Lo primero siempre será consumir estos dulces con moderación, evitarlos cuando sea posible u optar por opciones menos artificiales, destaca Cortés.
En concreto, "el consumo de azúcar no debe exceder los 25 gramos diarios (equivalente a aproximadamente 6 cubos de azúcar)", indica.
Si bien es complejo seguir esta práctica, el experto sugiere contabilizar el azúcar de los dulces, así como el de refrescos, jugos y otros productos procesados.
Así mismo, para elecciones más saludables es fundamental enseñar a los niños y niñas a identificar y calcular el azúcar en las etiquetas nutricionales, destaca.
Luego de la ingesta excesiva de estos productos se recomienda beber mucha agua con el objetivo de diluir el azúcar y facilitar su procesamiento en el organismo.
Por su parte, la nutricionista Medvesck recomienda el consumo de verduras alcalinizantes, crudas o cocidas, y productos lácteos sin azúcar para ayudar a reparar el daño intestinal de a poco.
El consumo de probióticos antes y después de la ingesta de dulces es una buena opción para proteger el estómago ya que ayuda a fortalecer la flora intestinal.
“Los dulces son inflamatorios, producen disbiosis (alteración de la microbiota), también exceso de gases, hasta diarrea. Pueden producir una carga osmótica muy alta, que es la concentración de azúcar; por lo tanto, los probióticos van a ir a reparar el daño que se ha producido".