Voto electrónico: La posibilidad de aumentar la participación ciudadana
Sin embargo, la edad no es el único factor donde la digitalización puede marcar la diferencia. Personas que viven lejos de sus centros de votación o que, por razones de salud, no tienen la posibilidad de trasladarse a las urnas, también se verían favorecidas al ejercer su derecho a voto de manera remota.
Un ejemplo de cómo la transformación virtual puede eliminar barreras logísticas es el del sufragio de los chilenos en el extranjero. Actualmente, el proceso de escrutinio para estos ciudadanos se realiza de manera consular, lo que implica un complejo y costoso sistema logístico.
Los votos impresos deben ser enviados desde Chile a todos los consulados en el mundo, lo cual implica que al menos dos personas deben viajar desde el país a cada consulado para entregar estos votos.
En las juntas de accionistas, los representantes de personas naturales o jurídicas a menudo necesitan ir a varias reuniones en un corto período de tiempo. Con sistemas que permiten la participación remota, se eliminan los tiempos de traslado, facilitando su asistencia a múltiples procesos en un mismo día. Hoy, a pesar de que las empresas ya no están forzadas a realizar sus procesos de manera distante, la computarización les permite facilitar la intervención en una junta de accionistas.
Uno de los casos de éxito es Estonia, que cuenta con comicios por internet desde 2005. Su experiencia refleja cómo la generación de confianza ayudó a que pasaran de que un 3% votará online, a un 41% en las elecciones del Parlamento Europeo de 2024.
En el último plebiscito general en México, se implementó esta clase de voto para los residentes en el extranjero, donde dos de cada tres electores eligieron escrutar electrónicamente.
Hay una gran oportunidad para virtualizar lo que tiene que ver con los sufragios y participación en distintos niveles, eliminando la barrera del traslado al punto de votación, lo que en organizaciones que cuentan con personas ubicadas en diferentes partes, tanto dentro y fuera de Chile, resulta imprescindible.
Así como este, hay múltiples componentes tecnológicos que facilitan el proceso, como la oportunidad de participar desde cualquier dispositivo móvil y que la plataforma sea accesible para todas las personas.