Senadores aprueban casi por unanimidad a 3 nuevos supremos con énfasis en reformar sistema
“No es posible eludir que la votación que se realiza en este Senado respecto al candidato al fiscal judicial y las dos candidatas a las corte Suprema se realiza en un contexto especialmente difícil y complejo para el Poder Judicial. La votación de hoy no es pura y simplemente la nominación de tres jueces de impecable trayectoria judicial, es también en algún sentido —en opinión del Ejecutivo— una señal del normal funcionamiento del sistema judicial. La crisis que afecta al sistema es una cuestión inevitable de enfrentar, pero una de las maneras de enfrentarla es dotar de normalidad al funcionamiento de las instituciones”.
Así inició el ministro de Justicia, Luis Cordero, su presentación ante el Senado para defender la nominación del gobierno a Jorge Pizarro, Jéssica González y Mireya López a la Corte Suprema. Todos en reemplazos de jueces supremos ya en retiro del poder judicial.
La ratificación de los tres nombres presentados por Ejecutivo a la Cámara Alta se dio en medio de la crisis que atraviesa el máximo tribunal del país que tiene a otros tres ministros del máximo tribunal del país acusados constitucionalmente y a una de ellas, Ángela Vivanco, con un proceso de remoción a cuestas.
Nominaciones cuestionadas
Todo, luego de que se destaparan las gestiones que hizo Luis Hermosilla, hoy en prisión preventiva, para favorecer el nombramiento de Vivanco y Jean Pierre Matus, también integrante de la Suprema.
Y si bien en la sesión los senadores transparentaron que los nombramientos históricamente han sido influidos por intereses políticos y externos al Poder Judicial, se aprobaron los tres nombres propuestos por prácticamente la unanimidad de los presentes en la sesión.
Asimismo, el consenso expresado por parte de los parlamentarios en la necesidad de reformar el sistema de nombramientos —pero con diagnósticos contrapuestos— y el sorpresivo descuelgue de los senadores PC del nombramiento de López marcaron la sesión.
Entretelones de una dura negociación
Hasta pocos minutos antes de que iniciara la sesión que estaba citada a las 15:00 horas de este miércoles el ministro Cordero junto al ministro de la Segpres, Álvaro Elizalde, seguían reunidos con el comité UDI.
La tarea de los ministros no era otra que convencer al comité gremialista de visar el nombre de Jéssica González, quien causaba reticencia por su “sensibilidad política”.
Según trascendió en la previa de la jornada, la UDI habría tratado de amarrar el nombramiento de González a cambio de que el gobierno presente a Dorothy Pérez como contralora.
La actual contralora subrogante ha causado división en el mismo oficialismo ya que se le reconoce como una persona de tendencia política conservadora y ha recibido cuestionamientos públicos del excontralor Jorge Bermúdez.
Con todo, Cordero negó dicho acuerdo asegurando que “cada institución debe ser evaluada en su mérito” refiriéndose a la nominación de Pérez y señaló que las “inquietudes” de los diversos sectores se enfocaron en el proyecto de reforma al sistema que ingresará el Ejecutivo.
“Es incorrecto compensar unas instituciones con otras porque distorsiona el sistema institucional. La situación de Contraloría se analiza en lo que implica un órgano autónomo de fiscalización de la administración pública (...) Hay cosas demasiado importantes en la Contraloría para creer en una simplificación tan básica como esa”, sostuvo Cordero en referencia al supuesto acuerdo con la oposición.
Factor Moreira
Otro de los momentos que marcó la jornada fue la intervención del senador UDI Iván Moreira quien transparentó que el nombramiento corresponde a “una cuestión política”.
En ese sentido, el controvertido parlamentario indicó que “todos, incluido el que está hablando, en más de una oportunidad a través de distintas personas hemos comprometido apoyos. No hay nada ilegal, pero si no ha sido inconveniente. Porque este sistema está politizado, es un acuerdo político, no nos engañemos. Y déjenme hasta ahí porque si sigo hablando… Lo puedo demostrar con hechos concretos. Y eso lo sabe el gobierno”.
La intervención del senador causó incomodidad en el resto de la sala donde se vio a otros senadores haciendo muecas de sorpresa y desagrado.
De todas maneras, fue el mismo Cordero quien abordó las palabras de Moreira señalando que a lo que se refería el parlamentario era a “la reivindicación de la política” como parte del sistema de nombramientos.