A un mes del 18-O: Cómo la corrupción puede volver a despertar el malestar de la ciudadanía

A un mes del 18-O: Cómo la corrupción puede volver a despertar el malestar de la ciudadanía

Por: Natalia Riquelme | 17.09.2024
En poco más de un mes se conmemora un nuevo aniversario del estallido social, y los fantasmas del descontento de la ciudadanía pueden volver a amenazar la estabilidad del país en el marco de los diversos antecedentes que podrían indicar una corrupción extendida en las instituciones del Estado.

Para nadie es sorpresa que la confianza en las instituciones gubernamentales va a la baja desde hace varios años. Ya en 2019 las manifestaciones del denominado estallido social denunciaban la desigualdad y el clasismo de la justicia, y el poco alcance de las políticas públicas en lo que respecta a mejorar la calidad de vida de las personas.

La credibilidad de las autoridades en general, en particular de las policías, el poder legislativo, los partidos políticos e incluso la Constitución vigente fueron ampliamente cuestionadas, lo que finalmente decantó en la necesidad de modernizar las leyes para que estuviesen acorde a los tiempos modernos.

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De hecho, de acuerdo a una de las últimas ediciones de la encuesta Plaza Pública de Cadem, la confianza en el Poder Judicial cayó al 18% versus 82% que no confía en los tribunales, esto en el marco de los recientes casos de eventual corrupción en donde se vieron involucrados abogados, jueces y políticos.

Doble estándar

De acuerdo al expresidente del Consejo para la Transparencia, Francisco Leturia, estos no son buenos días para la clase política. "Hace muchísimo tiempo la gente piensa que hay reglas para tratar a los amigos y otras reglas para el resto de la gente", sostuvo el jurista.

"Un Chile donde para algunos da lo mismo su posición política, consiguen cosas fácilmente, tienen una buena posición social y mucho estatus y poder en un sentido amplio. Pero por la vía de las amistades, de las relaciones, no del esfuerzo, no del trabajo, y eso hoy se está viendo todos los días. En eso consiste el caso Hermosilla", agregó.

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Asimismo, comenta que "muchos de los reclamos del estallido social tuvieron que ver con esa rabia y con esa molestia, porque además de los saqueos y actos de violencia que fueron protagonizados por un grupo muy reducido de personas, también hubo una expresión muy fuerte de malestar general".

"Ya han pasado cinco años y nada ha cambiado en Chile. Los que dijeron que la (nueva) Constitución era un voladero de luces, parece que tenían razón porque todas las cosas siguen exactamente igual", critica.

Representantes no representan

En ese sentido, cuestiona el sistema político actual. "Yo creo que tenemos que preguntarnos qué tipo de democracia es esta, donde los 'representantes' -comillas-, los supuestos representantes del pueblo no nos representan. De hecho el Congreso, los partidos políticos, son las instituciones menos confiables para la ciudadanía", aseguró.

"Una democracia representativa donde la gente desconfía profundamente de su representante no puede funcionar bien y solo va a terminar generando problemas, sobre todo porque hoy tenemos una clase política, de políticos profesionales, gente que vive del Estado, que no saben hacer otra cosa", fustigó.

Costumbre del privilegio

De la misma forma, afirma que "se acostumbran al privilegio, y da lo mismo, puede estar a un lado a otro, puede ser gobierno, pueden ser oposición, pueden ser parlamentarios, pueden ser alcaldes... Se pueden dar todas las volteretas, lo que importa es estar en cargos, estar en primera fila y eso es lo que en muchas otras partes se ha llamado la casta".

"La casta genera molestias y deja el camino servido para un populista (...) Yo creo que ese riesgo está muy fuerte, muy latente y lo estamos generando activamente en Chile. Por otro lado, hay un problema muy agudo y que tiene que ver con la oposición y con la gente que fue gobierno hace un rato...", argumentó.

A su vez, Leturia duda respecto de "dejar a alguien como Hermosilla entrar a La Moneda, cuando bastaba con preguntar por aquí, por allá, dos o tres llamados, para saber quién era y para saber que no podía estar en ningún elenco de primera línea".

¿Competencia suficientes?

"Entonces uno se pregunta, ¿no hicieron ese trabajo? ¿No fueron responsables? ¿O lo dejaron entrar sabiendo perfectamente quién era? Aquí tenemos un problema, hay un grupo de personas (...) que no tienen las competencias suficientes para gobernar y eso es muy complicado", lanzó.

Además, complementó con que "cuando hay crisis en Chile se hacen muchas declaraciones, pero generalmente no pasa nada. Salvo en algunas poquísimas oportunidades en que crisis muy profundas generan algunos cambios, generan reemplazo de las élites políticas".

"Pasa muy ocasionalmente, pero si eso es lo que va a pasar en Chile, bienvenida a esta crisis. Nadie debe cantar victoria hasta no ver resultados, porque la regla general es que estas cosas pasen, la gente queda molesta, los políticos dicen que van a cambiar las cosas y no pasa nada...", concluyó.