El viernes 16 de agosto, un robo de características cinematográficas afectó a una sucursal de Brinks en Rancagua, donde a plena luz del día, un despliegue de envergadura, que consideró la quema de una decena de vehículos para dificultar la acción policial, terminó con una cantidad todavía no especificada de dinero sustraído, aunque las estimaciones apuntan a al menos $25 mil millones.

De hecho, se habla de una operación catalogada como el “nuevo robo del siglo”, ilícito que de momento ya suma 18 detenidos, dos de los cuales se ha identificado como trabajadores de la empresa de valores.

Y mientras las diligencias para aclarar el caso se intensifican, del dinero robado no hay rastro.

Cómo operan estas bandas y cómo se explica que todavía no existan pistas sobre el paradero del botín, es lo que conversamos con Eduardo Labarca Lucero, prefecto (R) de la PDI y asesor en seguridad, quien entrega algunos antecedentes para entender la interna de las agrupaciones delictuales que cometen este tipo de ilícitos.

“Las banda criminales de este tipo de envergadura, hacen una planificación previa de meses y meses de espera. Muchas veces ven la ocasión, ¿qué significa esto? Alguien levanta una idea”, en la línea de advertir sobre alguna persona que puede ayudar en la comisión de estos delitos, asegura.

“‘Yo conozco a un guardia’, conozco - en este caso -, a una tesorera, a una cajera del Brinks que nos puede dar información…”, es el tipo de intervenciones que pueden propiciarse en la génesis de estos robos, ilustra Labarca.

“No siempre se llega a la totalidad del botín”

Entonces, comenta, “desde ahí, desde una planificación reconstructiva” se puede materializar robo. “Porque tienen una información clasificada de algún tipo de entidad financiera... comienza la planificación entre dos o tres delincuentes avezados, ‘delincuentes viejos que han cumplido condenas, que conocen bien y tienen un círculo delincuencial conocido”, complementa.

“En algunos otros delitos que se han cometido", en la línea "del ‘robo el siglo’, se tienen detenidos, pero no siempre se detiene o llega a la totalidad del botín que fue robado”, dice al ser consultado respecto de la causa por la que todavía no existen rastros del dinero sustraído.

Eso es recalca, “porque este tipo de organizaciones trabaja en forma de compartimentaje, qué significa esto, que solamente una o dos personas sabe dónde va a quedar guardada la plata, quién la va a guardar…”.

Respecto de quienes hasta el momento están privados de libertad en el contexto de la indagatoria para establecer su vinculación con el millonario robo, Labarca aclara que, entre “estos 18 detenidos, hay personas que solamente su labor fue quemar un auto, otra persona, su labor fue entregar una información, como el guardia o la cajera, otra persona su labor fue ser chofer, manejar”, recalca.

Por tal motivo, asevera, “se trabaja con inteligencia compartimentando la información”.

“Este tipo de bandas distribuye roles”

“Entonces, cuando le preguntan a alguien, efectivamente (puede decir): ‘yo no sé dónde está la plata, a mí me llamó Juan Pérez y me ofreció $400 mil por quemar un auto en tal parte’, así van compartimentando la información”, ilustra Labarca.

El experto comenta además que, “este tipo de bandas, lo que hace es que distribuye roles, por eso no todos están en la planificación. Son roles claros para las personas, ¿qué significa esto, que hay una persona que va a quemar los autos, otra va a robar el auto, otra persona va a lanzar los miguelitos, otro va a ser aquel que va a manejar los autos para la huida, y cada uno de ellos tiene un rol especial”.

“Y un pago especial”, recalca.

En este sentido, comenta, “el que quema el auto, no va a recibir el mismo pago de quien estaba con el AK-47, y así cada uno tiene su rol y, obviamente, tiene pago especial”.

Respecto del desconocido paradero del botín, Labarca asegura que “es comprensible que no se sepa dónde está el dinero, porque este grupo criminal trabaja con compartimentaje de la información”.

Información parcelada

Por tal motivo, complementa, "son muy pocas las personas que saben dónde se va a guardar, en qué casa de seguridad va a estar escondido, porque la idea fundamental es que la banda en sí, sepa lo que debe saber solamente”.

“Y (que) un grupo muy pequeño tenga esa información clasificada”, agrega.

De hecho, Labarca recuerda que “cuando se tiene la experiencia que hemos tenido en robos del siglo anteriores, se recupera muchas veces el 10 o el 15% del dinero”.

“Muchas veces lo gastan de inmediato, muchas veces lo llevan al extranjero, cada vez hay un trabajo más sofisticado, muchas veces lo hibernan como dicen ellos, lo entierran”.

Este despliegue, asegura, a la espera de que baje la conmoción y el impacto del ilícito, “para poder gastar o invertir este dinero”.

Pero claramente, concluye, “este tipo de grupo criminal” tiene que ver con “delincuentes avezados, con una trayectoria”, delincuentes que previamente ya han tenido “algún tipo de cumplimiento de condena, y empiezan a rodearse y a buscar a seducir personas que puedan, entre comillas, ayudarles a cometer este (delito) y a revisar este botín”.