Entregándolo absolutamente todo, pero sin poder doblegar a su rival muy superior en todo sentido, Yasmani Campos le regaló la segunda medalla a Chile en los Juegos Olímpicos París 2024 al colgarse la medalla de plata en lucha grecorromana.

En la gran final de la categoría 120 kilos se enfrentó al multicampeón cubano Mijaín López, quien no sólo era el mejor y más histórico exponente de esta disciplina, sino que una de las personas más importantes en la vida de Yasmani.

La historia de Acosta con Chile no se entiende sin Mijaín López, pues no sólo fue su mejor amigo y mentor en este deporte, sino que lo alentó a desertar de Cuba e instalarse en nuestro país, donde tras un difícil comienzo, sorteó todo problema para convertirse en uno de los orgullos nacionales del deporte.

La misión no era para nada fácil. El cubano llegaba con cuatro medallas olímpicas de oro y con la quinta quería retirarse en gloria y majestad. Es por eso que López se mostró muy ofensivo desde el comienzo, lo que lo sintió el chileno.

Fue un lapidario 6-0 que no hace bajar los ánimos a un Yasmani Acosta que cumplió su sueño, que enfrentó a la adversidad y permitió a Chile seguir en lo más alto en estos Juegos Olímpicos.

Mijaín López por su parte, sacándose las zapatillas y con lágrimas en los ojos dejándolas en el centro del tatami, anunció al mundo su retiro, pero en lo más alto, con su quinta medalla de oro.