Un nuevo gobierno de Trump
Pareciera inevitable un nuevo gobierno de Trump, tal cual él mismo lo aseguró hace 3 años. Al mal gobierno demócrata de Biden y su evidente deterioro de salud, que se hizo universalmente visible en el foro presidencial de junio, se suma el intento de asesinato del candidato republicano la hace unos días, que lo ha elevado a figura mítica y allana aún más su camino a la Casa Blanca.
Los contrastes se acentúan. Mientras los “donantes” demócratas desertan o presionan por un cambio en la estrategia presidencial, los que apoyan a los republicanos aumentan. Entre ellos, Elon Musk, el más rico y con mayor presencia mediática, ha declarado una entrega mensual de 49 millones de dólares a la candidatura de Trump para generar contenidos.
La percepción pública tampoco destiñe. Una encuesta de CBS News del 28-29 de junio, mostró que el 72% de estadounidenses cree que Biden no está mentalmente apto para la reelección. Antes del debate esta cifra era del 65%. Dentro del electorado identificado con los demócratas el 45% querría sustituir a Biden. Según una encuesta de la consultora Morning Consult publicada en el portal Axios, el 60% cree que Biden debería definitivamente o probablemente ser reemplazado como candidato demócrata.
Después del atentado y según el sitio de apuestas Predictlt, las probabilidades de un triunfo de Trump subieron de 61 a 67%. Otra agencia de análisis, Polymarket, sitúa en 71% la posibilidad de triunfo de Trump, contra un 17% de Biden.
Esta primera parte de la campaña ha llegado a su fin con la nominación oficial de Donald Trump como candidato presidencial por el Partido Republicano, el día 15 de julio en la convención desarrollada en la ciudad de Milwaukee. Pero la novedad estuvo centrada en la nominación de su candidato a la Vice presidencia, la que recayó en la figura de James David Vance, senador por el Estado de Ohio.
Vance nació en 1984, en una familia desestructurada, con un padre que les abandonó y su madre con dependencia de alcoholismo y drogadicción, por lo que fue criado esencialmente por sus abuelos. Creció en el llamado Cinturón del óxido de Ohio, viviendo directamente los efectos devastadores de la desindustrialización y desempleo de la clase trabajadora. Una vez graduado del instituto se alistó en el Cuerpo de Marines, sirviendo en Irak entre 2003 y 2007. A su vuelta estudió la carrera de ciencias políticas y filosofía y se doctoró en derecho en la Universidad de Yale en 2013. En el año 2022 comenzó su carrera política y salió elegido como senador por Ohio, su estado natal.
Entre sus posiciones declaradas públicamente resaltan la relativa a Ucrania: “Todo el mundo con un cerebro en la cabeza sabe que esto va a terminar con las negociaciones. La idea de que Ucrania empujará a Rusia a regresar a sus fronteras de 1991 es ridícula, nadie realmente la cree. Ucrania está funcionalmente destruida como país. La edad promedio de un oficial en el ejército ucraniano ahora mismo es de 43 años. Eso es trágico. Eso es más viejo que yo. Lo mejor para Estados Unidos es reconocer que Ucrania tendrá que ceder parte del territorio a los rusos y que debemos poner fin a esta guerra. Las autoridades estadounidenses deberían detener el derramamiento de sangre, no emitir más cheques en blanco para la guerra”.
Vance rechazó la financiación del gobierno de Zelensky, la confiscación de los activos rusos y consideró absurdo que Biden no negociara con Putin. Además apoyó un plan de paz en la región a cambio del reconocimiento de los territorios anexados por Rusia en el año 2022. Opina que los países de la OTAN deben aumentar su gasto militar dentro del bloque, haciendo especial énfasis en el caso de Alemania.
Para Vance el peligro fundamental es China y Estados Unidos debe prepararse para enfrentarlo, en vez de desgastarse contra Rusia, en los planos económico y militar. También es muy crítico con la inmigración desregulada y la política anti drogas, que considera débil y fracasada.
Vance es una síntesis extrema del actual Estados Unidos. Proviene de un hogar de raza blanca, pobre y sin estudios superiores, sufriente por la descomposición de la familia, marcada por las drogas y la violencia. En una región que sufre los efectos de la globalización económica, que acabó con los cinturones industriales clásicos de Estados Unidos. Su ascenso social se debe a la milicia (el cuerpo emblemático de los Marines) y el esfuerzo individual que le permite llegar a la universidad. A Yale, donde se forman los líderes históricos del país.
J. Vance pertenece a las nuevas estrellas emergentes de los llamados Conservadores Nacionales (Natcons), que han sido apoyados por figuras como Peter Thiel (dueño de firmas de capital de riesgo) y especialmente por el comunicador Tucker Carlson, que dirige el programa político de mayor audiencia de Estados Unidos. Este grupo de los Natcons son los que actualmente le están añadiendo peso intelectual al trumpismo, tratando de adaptar una doctrina intelectual que encaje con el populismo primario de Trump.
Hoy se estructura un grupo de poder al interior del republicanismo que aleja a la vieja guardia, dando paso a un partido más radicalizado y esencialmente contrario a las elites gobernantes y a las redes políticas del llamado estado profundo. La articulación de los Natcons, con el antiguo asesor Steve Bannon y la nueva estrella de los medios que es Carlson, ya dominan la orientación del partido. En esa dirección, la figura joven de Vance le da continuidad al proyecto.
Los pasos del republicanismo bajo la nueva guía de Donald Trump tienen alcances estratégicos, ya que aparentan romper con un modelo ultra liberal, para dar paso a una nueva configuración conservadora, que seguramente tensionará críticamente al país, sus elites, sus valores y su estructura política.
La cuestión está planteada. Ahora queda por ver las reacciones que provocará en los diversos actores políticos, tal interpelación definitoria.
Crédito de la foto: Agencia Uno