Asesinato, formalización y política pública: Abordando los problemas de seguridad
La agenda de seguridad se ha tomado la agenda política en el último tiempo, especialmente desde el triple asesinato de carabineros en Cañete, momento desde el cual empezó una presión desmedida por mayor mano dura contra los delincuentes junto a la presentación de una serie de proyectos que van en esa línea.
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A pesar de la importancia de este hecho, debemos recordar que no todo problema de seguridad se soluciona con mano dura.
Pensemos que esta misma semana se ha realizado la formalización de los carabineros acusados de cohecho, falsificación de instrumentos públicos, apremios ilegítimos, y otros delitos. Esto nos recuerda que la seguridad no es solo más atribuciones a carabineros o más penas de cárcel para aquellos que cometen delitos comunes, tiene ejes como la corrupción de las fuerzas de orden, constituyendo un problema multidimensional, con diversos frentes que se deben reforzar.
Obviamente no todos piensan igual, existen políticos y expertos que saben la importancia de analizar esta problemática desde diferentes ejes; por lo mismo la semana pasada se llegó a un consenso con el congreso para despachar más de 30 proyectos de ley relacionados a seguridad.
Sin embargo, existen otros que aprovechan las coyunturas de seguridad para promover políticas conservadoras, afín a intereses específicos de sectores específicos, o al menos para promover proyectos de ley que muestren la importancia que le dan a los hechos, pero en realidad no promueven políticas que realmente sirvan.
Ejemplos sobran, pena de muerte, estado de sitio y muchas otras políticas que han sido exigidas desde la muerte de los carabineros, sabiendo que el clima político está tenso y propenso a movilizar esfuerzos hacia la “seguridad”. Pero, ¿realmente son estas medidas las que van a mejorar nuestra seguridad? Ciertamente muchas de estas propuestas resultan más populistas que útiles, y sus implicancias podrían ser incluso contrarias a lo que uno espera.
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Pensemos en la justicia militar, ¿vieron lo que pasó en Putre? ¿Realmente es necesario que ellos juzguen lo que ellos hicieron allá?
Analicemos también la propuesta de estado de sitio para La Araucanía, una de sus facultades es entregar poderes al presidente para detener a personas en sus domicilios bajo su propio criterio; imagen lo autoritario que podría convertirse un gobierno con estas facultades. ¿Se sentirían seguros con esto? Tal vez con algunos presidentes sí, con otros no, lo cual lo convierte en un peligro según el gobierno de turno.
Lo observado en el debate ha puesto de manifiesto que muchos buscan soluciones parches, medidas que hagan ver bien a ciertos sectores y que parezca que se está haciendo algo. Debemos comprender que estos son problemas estructurales profundos, no se debe actuar por la pasión del momento, especialmente en legislación de seguridad. Se debe actuar, pero con seriedad y conocimiento del problema, especialmente pensando en que es un problema multifactorial, no de un solo eje.
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Avanzar por aparentar puede comprometer la lucha contra la criminalidad, socavando los cimientos mismos de la gobernanza democrática y de un Estado de derecho efectivo.
Pensemos y ahí avancemos, pensando realmente en la seguridad de las personas y no en una frase para figurar.