Fueron 69 especies de flores y 10 de aves las que se contabilizaron en un inventario realizado en el pulmón verde del campus Curauma de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. El catastro, parte del proyecto “Campaña de la Biodiversidad”, busca incentivar a la comunidad educativa a apreciar e informarse sobre las especies con las que comparte espacio.

A través de un levantamiento de especímenes de flora y avifauna en la plataforma iNaturalist, el proyecto, nacido de un vínculo entre el Instituto de Biología y la Unidad de Gestión Ambiental de la casa de estudios, brinda información detallada sobre los ejemplares identificados.

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Sobre la importancia de la iniciativa, la jefa de la Unidad de Gestión Ambiental, Francessca Bratti afirma que "se puede hablar de un pulmón verde porque dentro del proyecto, la Universidad se compromete a conservar espacios de cuidado de la biodiversidad".

Detalle de los hallazgos

En la lista de flores contabilizadas figuran 358 ejemplares de 69 especies, entre ellas el Quillay y el Peumo. 22% corresponde a especies endémicas, 33% nativas y 45% introducidas; en cuanto a estado de conservación, 1% se encuentra vulnerable, 23% significa menor preocupación y 3% se encuentra en peligro.

En cuanto a aves, las 10 especies identificadas se encuentra en estado de preocupación menor.

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Tótems para la comunidad

Con la información recabada, se instaló un total de cuatro tótems en distintos puntos de la universidad. En ellos, los estudiantes y funcionarios de la institución estatal podrán conocer las características de las flores y aves y también instrucciones para reconocerlas.

“Nosotros tomamos fotos de todas las formas de vida que encontramos, tanto vegetal como animal y las subimos a una plataforma en donde podemos ver con detalle las especies que habitan en el campus”, dice Alonso Sepúlveda, estudiante del Instituto de Biología.

“El primer paso para valorar nuestro patrimonio natural es conocerlo, y para tal efecto, esta propuesta ayuda para poder informarnos, en cuanto a los árboles y plantas, cuáles son nuestras especies propias, introducidas u ornamentales. Lo anterior es un avance en el conocimiento del patrimonio natural, ya que la gente de mayor edad conoce cada una de estas especies y para qué sirve, pero ese conocimiento a medida que pasa el tiempo se va perdiendo y la idea es poder rescatarlo”, agrega Cristian Atala, docente del Instituto de Biología de la PUCV.

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