Otra línea eléctrica en jaque: Autoridad recomienda rechazar proyecto que cruza de Maule a Biobío
Conectar más energía renovable al sistema eléctrico y mejorar la calidad del suministro son algunos de los objetivos de la línea de transmisión Itahue – Hualqui, que atraviesa 406 kilómetros y 21 comunas de las regiones del Maule, Ñuble y Biobío, considerando una inversión de US$ 324 millones y la instalación de 1380 torres de alta tensión.
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Pero el proyecto, que atraviesa su evaluación ambiental, está en duda luego de que desde el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) se emitiera un informe recomendando rechazarlo, ya que según el organismo no se entregó información clave para evaluar ni mitigar los impactos que tendrá en ecosistemas.
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Uno de los principales puntos alegados en el informe es que el proyecto contempla talar 51 hectáreas de bosque nativo, incluyendo especies de queule; un árbol protegido que solo existe en zonas de la cordillera de la costa en el Maule y de la cordillera de Nahuelbuta en Biobío.
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Además, el informe sostiene que el proyecto presenta información insuficiente que no permite descartar impactos en la salud de las personas ni el patrimonio cultural, o evaluar si las medidas de mitigación presentadas realmente disminuyen el impacto en la vegetación.
La posición del SEA generó preocupación en el gremio de energías renovables y fue celebrado por organizaciones ambientalistas y por los alcaldes de decenas de comunas que se oponen al proyecto, por el impacto que tendría en el Parque Nacional Nonguén, en los valles de valor turístico de las tres regiones y en la desembocadura del río Itata.
Otra línea rechazada
La línea de transmisión es considerada el segundo proyecto de carretera eléctrica más grande en evaluación en el país, siendo el primero la línea Kimal – Lo Aguirre, que conecta desde Antofagasta a Santiago con 2.500 torres.
Este proyecto también ha tenido reveses en su evaluación ambiental y levantado conflictos socioambientales en distintos puntos por los que pasa su trazado. Lo mismo ocurrió con el proyecto de carretera eléctrica Cardones Polpaico que aún se encuentra judicializado aunque funciona desde 2019.
Proyectos de líneas de transmisión en Chiloé y en la región de Valparaíso también han despertado conflictos y recibido evaluaciones negativas por parte de autoridades, por su impacto ambiental.
Se trata de una de las paradojas de la transición hacia energías renovables, en que el hecho de construir grandes parques eólicos y solares concentrados en ciertas partes del país, obliga a construir grandes carreteras para trasladar toda esa energía hacia los centros de consumo, generando un impacto territorial importante.