Gaza: El trauma del personal sanitario por dejar pacientes atrás y no poder salvar vidas
Tras más de seis meses de conflictos intensos, los profesionales de la salud en Gaza enfrentan retos monumentales en su labor diaria.
La guerra ha dejado huellas indelebles no solo en las infraestructuras, sino en el bienestar mental y emocional de quienes se dedican a salvar vidas en condiciones extremas.
Los trabajadores de salud en la Franja de Gaza han expresado su angustia y temor continuo, mientras atienden a un número alarmante de víctimas.
Las secuelas de explosiones y la necesidad de realizar amputaciones sin recursos adecuados son testimonios de la brutalidad del conflicto. La falta de suministros médicos esenciales, exacerbada por un asedio inicial, ha complicado aún más la situación.
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"Muchas veces, el personal médico tuvo que dejar a los pacientes atrás"
La Dra. Audrey McMahon de Médicos Sin Fronteras (MSF) destaca la carga psicológica que soporta el personal médico: “Muchas veces, por los bombardeos o por la inseguridad, el personal médico tuvo que dejar a los pacientes atrás. Muchos de ellos comparten un sentimiento de culpa por no poder hacer más”.
Dra. Ruba Suliman, trabajando en un hospital de campaña en Rafah, vive ahora en un refugio con su familia. "Estamos vivos, pero no estamos bien", afirma, reflejando la devastación emocional que sienten muchos.
Pérdida de hogares y seres queridos
Los profesionales de la salud, al igual que los 2.2 millones de habitantes de Gaza, han perdido hogares y seres queridos. El impacto de estas pérdidas se siente en cada aspecto de sus vidas, desde la pérdida de objetos personales hasta la alteración de su identidad y cotidianidad.
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MSF está trabajando intensamente para ofrecer apoyo psicológico al personal médico afectado. Las condiciones de estrés continuo han llevado a muchos a experimentar ansiedad, depresión y otros síntomas graves de estrés post-traumático.
Gisela Silva González y Davide Musardo, coordinadores de MSF, enfatizan la importancia de la intervención psicológica adaptada a las necesidades específicas del personal sanitario, ofreciendo un espacio para que puedan compartir y procesar sus experiencias.
La situación en Rafah, en particular, es motivo de gran preocupación. La psicóloga Amparo Villasmil relata encuentros con colegas profundamente afectados por el temor a una ofensiva inminente y la falta de un lugar seguro, incluso en sus mentes.
“Una vez encontré a un colega, un psicólogo, en las escaleras. Suele ser una persona muy enérgica y optimista, pero ese día tenía apoyada la cabeza sobre sus rodillas. Estaba al borde de las lágrimas y me contó lo agotado que estaba”, dice Villasmil, sobre su colega que acababa de enterarse de la confirmación de una ofensiva en Rafah.
“Me preguntó qué se suponía que debía hacer, adónde debía ir y cuándo terminaría esta guerra. No tenía respuestas que darle”, añadió.