Andrés Longton defiende política migratoria piñerista: "A este gobierno le falta convicción"
El pasado fin de semana el diputado Andrés Longton (RN) —junto a los otros integrantes de la Comisión de Seguridad de la Cámara— visitó el complejo fronterizo de Colchane para constatar la situación migratoria de la zona.
Tras reunirse con diferentes autoridades policiales y locales de la zona, los diputados lograron constatar una preocupante situación: no hay forma de reconducir a los migrantes venezolanos debido a la falta de normativa.
“Entrar a Chile hoy día es muy fácil y, salir, es muy difícil”, resume Longton sobre la actual situación de control migratorio del país.
En ese sentido, el diputado sostiene que el actual gobierno (de Gabriel Boric) adolece de “convicción política” para enfrentar la crisis migratoria y defiende la gestión en la materia del expresidente Sebastián Piñera: “La convicción del expresidente Piñera y sus ministros no era normalizar la irregularidad. Era precisamente lo contrario. Podría haber resultado con mayor o menor éxito, pero había una convicción para enfrentar la crisis migratoria”.
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—¿Qué logró constatar en el viaje que realizó la Comisión de Seguridad al paso fronterizo de Colchane?
Lo que se pudo constatar es que claramente no hay ningún desincentivo para no ingresar ilegalmente y quedarse de manera permanente en Chile. Si bien el Ejército y las policías hacen un gran esfuerzo, nada impide el ingreso ilegal de migrantes, porque no se les reconduce y tampoco existe sanción. Además, hoy a las personas que ingresan de forma irregular se les traslada a la ciudad para efectos de que puedan realizar su vida como cualquier persona. A eso se le suma la situación de los pasos no habilitados que están regularizados, como lo es el caso de los pasos para pueblos ancestrales, donde entran personas de los pueblos contiguos, incluso más allá, sin ningún tipo de control, lo que se presta también para el contrabando o para entrar y quedarse de manera permanente en Chile.
Entrar hoy a Chile es muy fácil y, salir, es muy difícil.
—¿No ha ayudado a controlar la situación el despliegue de las fuerzas militares?
El despliegue de las fuerzas militares, al igual que la tecnología, son aspectos importantes. Los militares están haciendo un esfuerzo descomunal, pero como nuestro país dictó una resolución para no reconducir a Bolivia ciudadanos no bolivianos, y más del 80% de esas personas son venezolanos, ese trabajo que está haciendo el Ejército a veces es infructuoso. Porque una vez que ingresa la persona, se le toman los datos, se pone a disposición de la PDI, le toman los antecedentes, queda en un albergue provisorio que es administrado por ACNUR, y después la delegación los traslada a la ciudad.
Por lo tanto, el Ejército hace una labor de control, de presencia, pero no puede evitar que la gente no ingrese. Porque precisamente no está dentro de sus facultades y en Chile ingresar ilegalmente no es delito.
—¿Entonces es un problema normativo?
Absolutamente, yo creo que hay un problema normativo y también político en cuanto a la crisis migratoria. Porque si tienes problemas con Bolivia, lo primero que hace es intensificar las relaciones, y en el caso de no obtener resultados, hay que ‘ponerse pesados’ con Bolivia respecto a las reconducciones. Y si no, tienes que reconducir de igual manera y dejar en la frontera a quienes ingresan ilegalmente sabiendo que no los pueden reconducir, porque Bolivia también es cómplice de esta situación. De lo contrario, lo que se hace es incentivar a ciudadanos venezolanos para ingresar a Chile en Bolivia.
— ¿Y esa falencia es del gobierno?
Claramente. ¿Quién dicta una resolución para evitar reconducir a ciudadanos no bolivianos a Bolivia? La dicta el señor Thayer, director de Migraciones. En vez de eso, lo que debería haber hecho es no haber dictado ninguna resolución y haber intensificado las gestiones para poder reconducir con Bolivia, bajo las condiciones necesarias para que eso se realice o al menos intentarlo. Pero ni siquiera hubo intención.
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—¿No existe una autocrítica desde su sector comprendiendo que en el periodo del pasado gobierno comenzó el alza de ingresos de migrantes de forma irregular?
Es una tendencia que empezó en ese periodo, pero también es verdad que en el gobierno anterior se aprobó una ley de inmigración en extranjería y quienes hoy día nos gobiernan fueron los principales opositores de las expulsiones. Entonces acá hay dos cosas: una es la gestión y otra es convicción política. Y la convicción política de este gobierno no la tiene del todo zanjada.
Para poder ejecutar de buena manera las expulsiones y poder avanzar en proyectos tan importantes como tipificar como delito el ingreso ilegal a Chile, no se puede tener mirada condescendiente respecto a la migración ilegal. Y nosotros, desde la oposición, hemos tenido una mirada que se condice con quitar incentivos para ingresar a Chile.
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—Usted habla de incentivos, ¿no fue un incentivo para que llegaran venezolanos el viaje del ex presidente Piñera a Cúcuta?
Pero el expresidente no invitó a nadie a ingresar irregularmente a Chile.
—Pero la ministra Pérez dijo iban a recibir venezolanos hasta que el país aguantara.
Pero de manera legal y con visa. Y ahí yo me pregunto, ¿Quiénes fueron los principales opositores de poner visa? ¿Quiénes dicen que la irregularidad no debería ser un delito y deberíamos acogerlos a todos?
A lo que voy es que en nuestro sector hay una convicción política para enfrentar este tema. La convicción del expresidente Piñera y sus ministros no era normalizar la irregularidad. Era precisamente lo contrario. Podría haber resultado con mayor o menor éxito, pero había una convicción para enfrentar la crisis migratoria. Este gobierno tiene una convicción contraria porque hicieron lo posible para que no se realizaran expulsiones y no quisieron avanzar en reformas a la normativa para endurecer los controles migratorios.
—¿No ha habido un cambio de posición en el gobierno?
Yo creo que ha habido un cambio de algunas autoridades, pero aún veo, repito, falta de convicción para poder avanzar en normativas que quiten los incentivos para ingresar de forma irregular nuestro país. Y me refiero específicamente al director de migraciones.
—¿A su juicio no ha existido una mejora en el tema de las expulsiones?
Es que las expulsiones no se hacen con la periodicidad necesaria. Lo que se precibe es que en el gobierno se ponen las pilas solo cuando hay una presión comunicacional y mediática importante, como lo que pasó con el asesinato del teniente Sánchez.
Durante el gobierno del expresidente Piñera salieron más de 10 aviones a Venezuela y más de 24 aviones en total. De hecho, el expresidente dejó 6 aviones de Sky listos que este gobierno no utilizó. Esta administración, además, tiene siete veces más presupuesto y una ley nueva aprobada en 2022 que permite agilizar las expulsiones. Y a pesar de estas modificaciones, las expulsiones no se han agilizado. Entonces, obviamente uno se pregunta si es que aquellas autoridades que están a cargo de expulsar son las personas más idóneas hoy día para hacerse cargo de esta tarea.
—¿Qué herramientas legislativas permitirían mejorar las capacidades del Estado en términos de política migratoria?
Primero la normativa de reconducción que se aprobó en el gobierno del expresidente Piñera y que el presidente Boric y parlamentarios de su sector político llevaron al Tribunal Constitucional para que la reconducción la eliminaran.
Dicho eso, no hay ninguna fórmula mágica para evitar que la gente siga ingresando de la manera que está ingresando hoy día, pero obviamente hay que generar cortapisas para eliminar incentivos.
—¿La regularización está fuera de la discusión?
Hay casos excepcionales como los refugiados o casos humanitarios. Pero no puede ser que el que quiere ingresar a nuestro país lo haga, porque o no le dan visa en su país o porque precisamente no tuvo otra alternativa que entrar ilegalmente. Eso Chile lo tiene que regularizar y si da señales contundentes en esa línea, obviamente con las excepciones correspondientes, el desincentivo se va a acabar y para eso hay que profundizar el tema de zanjas en la frontera, poner mayor cortapisas en la frontera para, alivianar el trabajo del Ejército, tipificar como delito el ingreso ilegal para efectos de poder detener a quienes ingresan de forma irregular y privilegiar la reconducción y la expulsión.
—¿Qué otras medidas ayudarían a controlar este fenómeno?
Es importante establecer el traslado de migrantes como tráfico. También es necesario especializar a la policía en temas fronterizos como se hace en Estados Unidos o Alemania.
—¿Una policía fronteriza independiente?
Habría que discutir cómo lo hacemos, pero tener una policía militar técnica especializada precisamente para labores de frontera creo que sería un avance importante.