Tocopilla: Ciudad del Niño Maravilla respira libre de termoeléctricas tras años de contaminación
Mientras muchos fanáticos del fútbol conocen Tocopilla como la ciudad de origen de Alexis Sánchez, quienes se interesan por el medio ambiente la conocen como una zona de sacrificio ambiental con la mayor tasa de mortalidad por contaminación de todo el país.
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Este martes se cumplió un hito histórico para el proceso de descontaminación de la ciudad: dejaron de operar las últimas dos termoeléctricas a carbón que quedaban en Tocopilla. Se trata de Norgener 1 y 2 de la empresa Aes Andes (antes AES Gener), y el hecho se envuelve en una polémica con comunidades y organizaciones ambientalistas.
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Por un lado, para acelerar el cierre de las plantas la empresa solicitó quemar 94 mil toneladas de carbón que le restaban de forma acelerada durante sus últimos días de operación. El pedido fue autorizado por el Coordinador Eléctrico Nacional (CNE).
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La autorización generó alerta entre vecinos que presentaron un recurso de protección que se tramita actualmente en la justicia, y también entre especialistas del Colegio Médico y de la Sociedad Chilena de Pediatría, que se pronunciaron por el impacto que puede tener en la salud esta actividad acelerada.
Mientras que desde la empresa aseguran que las emisiones se mantuvieron dentro de los límites autorizados durante la quema acelerada, el ministro de Energía, Diego Pardow, pidió antecedentes al CNE para conocer los fundamentos técnicos y operativos que sustentan la decisión.
¿Y los pasivos ambientales?
Desde la organización Chile Sustentable, que promueve la transición justa hacia energías renovables, oficiaron a las autoridades ambientales a fiscalizar el proceso de cierre de las centrales Norgener 1 y 2, ya que acusan que la empresa no está cumpliendo con un plan de cierre.
Según argumentan, el permiso ambiental que habilitó la operación de las plantas (RCA), exige a la empresa presentar un plan de cierre que debe ser evaluado para poder cesar las operaciones de las plantas, lo cual no estaría ocurriendo.
Se trata de una situación recurrente en el proceso de descarbonización de la matriz energética, ya que de las 9 termoeléctricas que cesaron sus operaciones en el país, solo Bocamina II en Coronel tuvo un plan de cierre.
En relación a esto, desde la ONG FIMA también han levantado la alerta sobre la cantidad de proyectos contaminantes en el país que no fueron evaluados porque se aprobaron antes de que existiera la institucionalidad ambiental, por lo que no contemplan planes de cierre y no hay claridad de qué va a pasar con los pasivos ambientales dejados por dichas plantas.
“Para que una transición sea justa, las empresas en proceso de cierre o reconversión deben reparar los impactos ambientales que han provocado, y hacerse cargo de los pasivos ambientales que dejen detrás”, aclara Felipe Pino, coordinador de proyectos de la ONG FIMA.
Salud deteriorada
Un estudio de la Universidad Católica encontró ya en 2019 que quienes habitan en la comuna de Tocopilla son los que tienen más riesgo de mortalidad por efectos de la contaminación, de todo el país.
Además, tienen 172% más probabilidad de sufrir tumores malignos de tráquea, bronquios y pulmón, que la media del país.