Faride Zerán: "Los periodistas deben dejar de ser cajas de resonancia de sus patrones"
Por estos días Faride Zerán se encuentra trabajando en “Palestina: Anatomía de un Genocidio”, libro de Lom Ediciones sobre el genocidio en Palestina el cual está editando junto al Doctor en Filosofía e investigador del Centro de Estudios Árabes, Rodrigo Karmy, y el periodista y editor de Lom, Paulo Slachevsky.
La Premio Nacional de Periodismo 2007 mira con preocupación lo que está pasando con gobiernos populistas y autoritarios, -como por ejemplo los de Javier Milei en Argentina y Nayib Bukele en El Salvador-, y la amenaza que significa para la libertad de prensa y la defensa de los derechos fundamentales.
“Lo que está ocurriendo en Argentina con Milei y este afán de ver al Estado y todo lo estatal como un enemigo a liquidar y ensalzar lo privatizador es sumamente peligroso”, dice en conversación con El Desconcierto.
Según Zerán, detrás de esta “privatización a la chilena” que está llevando a cabo Milei en Argentina y que afecta directamente a los medios de comunicación, hay un tema de “persecución política” que atenta no solamente contra la libertad de expresión, sino que también contra la diversidad y la pluralidad de voces que deben expresarse.
“Los medios públicos significan un contrapeso, aquellas otras voces que vienen de otros sectores y enriquecen el debate público y que bajo ninguna circunstancia pasan a ser voceros del gobierno de turno”, explica.
Narrativa sin contrapesos
La académica de la Universidad de Chile advierte que lo que ocurre en Argentina es un fenómeno que se ve en distintas partes de la región y el mundo, con naciones que están experimentando un debilitamiento importante de sus democracias y una arremetida en contra de los medios independientes y públicos, además de un amedrentamiento a periodistas y a la libertad de expresión.
Un debilitamiento que viene aparejado con una narrativa negacionista por parte de un sector de la derecha y los grupos de poder.
“Eso lo hemos visto con mucha nitidez en los últimos meses. El año pasado en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, pudimos ver cómo los discursos negacionistas, discursos de odio, una narrativa que atentaba claramente en contra de la defensa de los derechos humanos, de la dignidad de las personas, se fue imponiendo con absoluta indiferencia, no solamente de los medios, sino que de los periodistas”, afirma.
[Te puede interesar] Matthei se suma a la estrategia de Trump y Bolsonaro de hablar de fraude previo a elecciones
Zerán cuestiona la postura que están teniendo medios de comunicación y periodistas, donde no hay contrapesos y que se ha podido apreciar en la narrativa durante y tras el estallido social de 2019, donde se criminaliza la protesta y no hay una pluralidad de miradas que nutran el debate, sino que hay una postura incuestionable donde no se concibe que la prensa y los periodistas interpelen al poder.
“Vimos con mucha nitidez en distintos medios, cómo circulaban sin ningún contrapeso, asumiendo al periodista con su micrófono sólo como un mero transmisor y no interpelando a su fuente en relación con discursos que claramente eran atentatorios en contra de la dignidad de las personas y en contra de los derechos humanos”, señala.
A diferencia de Argentina, en Chile -que los primeros días de mayo será sede de la trigésima primera Conferencia del Día Mundial de la Libertad de Prensa-, por décadas ha existido una concentración de medios con un discurso hegemónico que es difícil de contrarrestar.
[caption id="attachment_727867" align="alignnone" width="900"] Archivo[/caption]
En ese sentido, Zerán recuerda las recomendaciones de la Relatoría de Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que en reiteradas ocasiones ha advertido al Estado de Chile sobre la necesidad de promover una pluralidad de fuentes que permitan mejorar “uno de los sistemas mediáticos con mayores índices de concentración, tanto en propiedad como en líneas editoriales”.
Si bien Zerán destaca contadas excepciones en la prensa nacional, por ejemplo CIPER, que una de sus últimas investigaciones destapó el caso audios que involucra al abogado Luis Hermosilla, la académica cuestiona que hay periodistas que son muy cómodos y funcionales a los dueños de los medios.
La académica pone como ejemplo lo ocurrido con Paulina de Allende-Salazar, quien en abril de 2023 fue despedida de Mega tras utilizar la expresión “paco” para referirse al fallecido suboficial mayor Daniel Palma.
“Ese hecho es muy grave. Ese hecho es atentatorio con la libertad de expresión. Atenta en contra de todos sus principios. No vi las voces que siempre vociferan y defienden la libertad de expresión y que ante cualquier cosa dicen que está amenazada esa libertad de expresión. Los vi muy callados apoyando las medidas patronales”, señala.
[Te puede interesar] Las Tesis y auge de la extrema derecha: "No viene de la nada. Es porque algo hemos hecho"
“Estoy hablando de los periodistas que están ejerciendo, que sean capaces de ser más autocríticos y que dejen de ser meras cajas de resonancia de sus propios patrones. La cultura profesional de nuestros periodistas está bastante delimitada y resulta muy cómodo para lo que significa la defensa de los grandes intereses de los grandes conglomerados de comunicación. Son muy funcionales a los intereses de los grandes medios de comunicación”, complementa.
Negacionismo y desmemoria
La académica, quien durante marzo de 2022 y marzo de 2023 fue presidenta del Consejo Nacional de Televisión (CNTV), pone como ejemplo de las consecuencias de ese intento de moldear la realidad y de negar lo evidente, la desconfianza que existe hacia los medios de comunicación y principalmente hacia la televisión por parte de la ciudadanía.
Según el Estudio de Confianza en la TV elaborado por el CNTV, sólo un 23% de la población confía en la televisión, pese a que más del 70% se informa a través de ella. “La gente no se traga tampoco todos los cuentos, pero evidentemente que va formando imagen que va formando opinión pese a eso”.
“El tema del negacionismo y del ocultamiento es un fenómeno que nos persigue en nuestra historia. Si tú asumes, a propósito del estallido, de alguna manera es como si en el país no hubiese existido el estallido social. Eso es muy grave porque aquí hubo cerca de dos millones de personas en las calles, todo el país a manifestarse porque estaba en contra de un sistema que no garantizaba derechos básicos. Esa gente salió y se manifestó masivamente. Los actos de violencia, que sin duda los hubo, fueron los menos, pero en la caja de resonancia quedó la delincuencia, como si hubiese sido un estallido delictual”, señala.
[caption id="attachment_721410" align="alignnone" width="900"] Agencia Uno[/caption]
Una metáfora para explicar este intento de ocultamiento de voces disidentes al poder hegemónico es lo que ocurrió con el tratamiento que le dieron algunos medios al proceso constituyente y particularmente a la figura de Elisa Loncon.
“Cuando se instala la primera Convención Constitucional se asomó una diversidad que no estaba en ninguna parte. De pronto vimos expresiones de un Chile real, era el Chile real que aparecía. Es tal el nivel de ocultamiento que la figura de Elisa Loncon, paradigmática en ese minuto, que representa la dignidad y la necesidad de que nuestros pueblos originarios tengan derechos, esa figura en la narrativa de los grandes medios se necesitaba demoler”, señala.
“Esa portada del Time debe haber molestado muchísimo a estos sectores, a estos grandes medios, que haya salido Elisa Loncon en la portada del Time. Ese intento de demoler la imagen, persiguiendo a una académica con una tremenda trayectoria, con doctorados afuera, que habla varios idiomas, que tiene libros publicados, ese intento de demolerla, que parte con el Mercurio indagando sobre sus antecedentes por un año sabático, me parece que es la mejor metáfora del intento de ocultamiento, de esconder lo que ocurrió en octubre con el estallido social y lo que ocurrió ese intento de democratizar el país con esa instalación de esa Convención Constitucional, creo que ahí está la metáfora, el intento para que no quede un vestigio de aquello”, cierra.