En el sur de Chile la papa es uno de los principales alimentos en la dieta y Magallanes no es la excepción. Pero la producción local de papa no alcanza a cubrir la demanda, lo que se hizo sentir en 2020 con la pandemia y en 2021 con el bloqueo de rutas de comercio internacionales.

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Para fomentar la seguridad y soberanía alimentaria, un semillero instalado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) ha logrado revivir la producción local de papa, abasteciendo de semillas certificadas a 360 pequeños y medianos agricultores por año.

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El programa ha logrado que la producción local abastezca a 5% de la demanda regional, que antes era cubierta solo en 1,3% por papa cosechada en la región. Además lleva años de producción de material genético certificado para mejorar la calidad de las semillas.

En 2020 el programa también comenzó a entregar 15 mil kilos de papa por año para el consumo de las familias más vulnerables de la región, apuntando a mejorar la seguridad alimentaria.

La iniciativa responde a los lineamientos del Plan de seguridad alimentaria de la CELAC ratificado por Chile y otros países de la región a fines de 2023. La estrategia busca abastecer la demanda interna con producción nutritiva, local, a pequeña escala y con sistemas agroecológicos adaptados a los embates del cambio climático.

Que la región abastezca a su propia población con los principales alimentos que consumen es una forma de adaptarse a la crisis climática ya que los eventos extremos están afectando cada vez más el comercio internacional de alimentos así como la producción.