Una de las formas de arte rupestre más antiguas de Sudamérica se puede encontrar en la Patagonia chilena y Argentina. Es el caso de las pinturas de manos, guanacos y ñandúes encontradas en la cueva del Río Pedregoso cerca de Chile Chico en Aysén.

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Fue en esta cueva, ubicada dentro del Parque Nacional Patagonia, que guardaparques de Conaf encontraron rayados con pintura hechos recientemente sobre las paredes de piedra y las pinturas ancestrales.

Desde la institución presentaron una denuncia ante Carabineros por el daño arqueológico, que según explicaron se penaliza bajo la ley de Monumentos Nacionales. La fiscalía local se encuentra investigando el caso.

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El texto asigna a quien cause daños o afecte de cualquier modo la integridad de un monumento nacional, penas de presidio menor en sus grados medio a máximo, y una multa de hasta 200 UTM, que equivalen a $12 millones.

Turismo irresponsable

No es la primera vez que esa misma cueva es intervenida por un turista: ya en 2021 ocurrió un caso similar en que turistas desconocidos pintaron con carbón una mano encima de las pinturas rupestres, por lo cual hay una investigación en curso.

El daño al patrimonio natural y cultural del país es un tema del que cada vez hay mayor conciencia y denuncias, y la ley de monumentos ha dejado penas ejemplificadoras.

Es el caso de tres turistas belga chilenos que fueron condenados en 2019 a tres años de cárcel y multas de $6 millones, luego de transitar en vehículo sobre el gigante de Tarapacá.

Aunque puede deberse a una mayor conciencia, según datos de Conaf en los últimos años han aumentado exponencialmente los casos registrados de daños causados por visitantes dentro de áreas protegidas. Mientras en 2012 hubo tres casos, en 2017 fueron 83.

Chilenos también han incurrido en delitos similares en el extranjero, como es el caso del turista Fabián Vera que en 2020 fue expulsado de Perú y dejado en la frontera con Bolivia tras causar daños dentro de un templo con acceso restringido en Machu Picchu.

El chileno, que arriesgaba años de cárcel, finalmente fue condenado a la expulsión del país, al que no podrá retornar por 15 años, según dicta la Ley de Migraciones peruana para quienes atenten contra el patrimonio cultural de dicha nación.

Autoridades chilenas han llamado a la población a valorar el patrimonio natural y cultural del país y denunciar cuando sea testigo de malas prácticas o daños.