¿Piñera fue realmente un demócrata?
Hace pocos días murió Sebastián Piñera, quien fue presidente de Chile dos veces.
El deceso ha conllevado bastante polémica, existiendo quienes critican al mandatario y otros quienes lo alaban. Hay que decir que, por parte del mundo político, la gran mayoría envió su pésame y lo resaltó como un demócrata. Existen críticos del presidente, pero son menos dentro del mundo político, especialmente ahora.
Sin embargo, debemos separar ciertas cosas, una cosa es la muerte de una persona, si la pena es debida o no, si la muerte es lamentable en cierto modo. Otra cosa es realzar la figura de Piñera, y decir si era un demócrata o no es una problemática más complicada.
Creo que lo primero es algo personal, ¿qué muerte es lamentable para quién? ¿Quién tiene derecho a decirle al Otro si debe tener pena o no debe tener pena? Nadie. Ahora, lo segundo es más analizable, obviamente con sus complejidades.
Son muchos los análisis que se pueden dar de Piñera, dos gobiernos son 8 años enteros, varios libros se han escrito y probablemente se escribirán sobre 8 años de historia de Chile, en la cual el presidente claramente tiene un protagonismo particular. Por el favor del análisis nos enfocaremos en tres ejes generales, buenos/malos gobiernos, demócrata/no demócrata, vocación pública/privada.
Partamos por decir que sus gobiernos, como todos, tienen sus luces y sombras. El primero se puede decir que no fue un gobierno mal evaluado en general, donde el país sufrió el terremoto del 27 de febrero, situación en la que el gobierno tuvo un rol de reconstrucción innegable. También económicamente no le fue mal, aumentó el número de empleos y el país continuó creciendo, al menos en el panorama macroeconómico general.
Sí tuvo conflictos en lo social, donde las movilizaciones estudiantiles fueron un quebradero de cabeza a ratos, especialmente el 2011.
En cambio, durante su segundo periodo existieron grandes críticas. No pudiendo mantener la gobernabilidad del país, explotando una olla de presión, la cual si bien venía forjándose hace tiempo, finalmente igual fue su gobierno a quien le explotó, justamente debido a diversas medidas que implementó que profundizaban el modelo capitalista y su desigualdad.
La pandemia fue incluso un salvavidas para Piñera, quien, si bien partió manejándola de forma un poco desorganizada con Mañalich, la terminó organizando y manejando mejor con Paris, observándose de forma especial en la entrega de vacunas a la población, logrando recuperar algo de gobernabilidad y confianza.
Sin embargo, también se le criticó la excesiva liquidez con la que paleó la pandemia y la crisis posterior, peligrando la economía para el futuro. Igualmente, esto no lo salvó, durante este periodo tuvo una gran crisis de aprobación, manteniéndose a niveles bajísimos durante la mayor parte de su gobierno.
Creo que, para dar un análisis justo, su primer gobierno profundizó el modelo pero tuvo una mejor gobernabilidad que el segundo, el cual tuvo una mucho mayor crisis y se vio bastante criticado por ello, incluso desde su propio sector.
Podríamos afirmar que depende de la mirada ideológica si es que uno lo considera un buen o mal gobierno. En sus periodos definitivamente consolidó menos reformas sociales de las que a alguien de izquierda le gustaría, pero para alguien de derecha mantuvo intocable el sistema que tanto valoran y (especialmente en el primer periodo), mantuvo estable la economía, por lo que podría ser un buen gobierno para ellos.
Por lo mismo, puedo entender que existan personas que evalúan positivamente su gobierno, hay quienes valoran algunas cosas sobre otras, siempre será así. Nuevamente, yo no puedo obligar a nadie que le gusten las mismas políticas públicas que a mí, cada uno valorará lo que busca para su país y eso es muy válido.
Pero la verdadera pregunta es ¿Es esto suficiente para ser un demócrata?
Yo opino que no. Sin embargo, la razón de que Piñera no sea un demócrata no es tan simple. Partamos, un demócrata es alguien que actúa de forma democrática, algunos atributos clásicos son; ser electo por votación popular; no exceder los límites de su mandato; no exceder los límites de sus atribuciones, entre otros. ¿Bien no?
Esto fue así en su primer período, cumpliendo todas las características mencionadas, sin embargo, en el segundo mandato hubo algunas diferencias. Claramente su mandato cumplió los tiempos y volvió a ser electo por votación popular de forma libre y limpia, entonces ¿qué podría haber afectado su imagen democrática durante este periodo?
Es durante el estallido social cuando se cometen diversas violaciones a los derechos humanos, los cuales constituyen daños al ejercicio democrático del poder, al menos a mí parecer. Cabe señalar que otros dirán que era necesario debido a la inestabilidad presente en el país, algunos afirmarán que el país necesitaba mano dura frente a la violencia.
Yo personalmente creo que en todo país que se violen derechos humanos y la población salga en masas a pedir tu renuncia, lo más democrático es justamente renunciar y llamar a elecciones. Sin embargo, por el valor del argumento, sostengamos que Piñera realmente no tuvo opción y que sus acciones durante el estallido social fueron legítimas y democráticas.
Incluso así, creo que el estallido social constituye sólo la punta del iceberg del Piñera antidemocrático que busco que ustedes puedan visualizar. Esto se relaciona al tercer eje, la vocación pública-privada.
Aquí es donde realmente se cae. Aquel que realmente sea un demócrata lo más que busca es ayudar al pueblo, buscando que la sociedad en general sea mejor. Por lo tanto, buscaría favorecer una vocación pública más que privada. Acá Piñera resulta enormemente traicionado por sus acciones pasadas, robos, evasión de impuestos, pero por sobre todo un favoritismo excesivo hacia las élites por sobre el común de la gente.
Esto no es algo imaginario, existen diversos hechos que lo comprueban. Primero está su prontuario antes de ser presidente. Fue prófugo de la justicia por el caso del Banco de Talca, donde fue declarado culpable de fraude al banco en 1982, pero siendo sobreseído, nada menos que por la entonces ministra de justicia de Pinochet.
Otro momento que muestra sus tendencias más corruptas resulta del “kiotazo”, donde en la televisión en vivo se mostró una grabación de una radiocasetera de marca kioto, en la cual se escucha cómo Piñera buscaba influir y perjudicar en debates presidenciales.
También ejemplos sobran cuando ya era presidente. Como lo ocurrido durante el litigio internacional de Perú contra Chile, por el límite marino entre ambos países, el cual se dio de 2008 a 2014, y Piñera habría comprado parte de la propiedad peruana Exalmar en 2011, contando claramente con información privilegiada.
Otro ejemplo le valió una acusación constitucional, la promoción de la minera Dominga durante su mandato, minera de la cual su familia fue la principal accionista en sus comienzos y que inscribieron en Panamá para evadir impuestos. Acá al promoverla claramente existe un conflicto de interés.
Para mí, este excesivo favorecimiento a lo privado resulta lo más lejano a una figura democrática para realzar. Lo cual, combinado a que está acusado por violar derechos humanos, lo convierten en un personaje bastante alejado de lo que deberíamos apuntar como sociedad. Pero no me crean solo a mí, existen diversos autores, organizaciones, trabajos académicos, libros, entre otras entidades que afirman que la democracia se ve afectada por la corrupción.
Y todo lo que acabamos de analizar, son casos evidentes de corrupción, casos de aprovechamiento económico y político. Piñera no es un héroe de la historia política chilena, no es una figura a seguir, no es un demócrata.
Algunos podrán tener pena por su muerte, eso es muy válido, pero no nos pidan a todos que lo valoremos, al fin y al cabo, siempre protegió intereses particulares y profundizó la desigualdad del país.