Tajantemente en contra del proyecto de ley de Sala Cuna Universal

Tajantemente en contra del proyecto de ley de Sala Cuna Universal

Por: Javiera Calderón Muñoz | 29.01.2024
El actual proyecto no considera (ni siquiera menciona) los derechos de los niños/as/es, a quienes expone a ser “cuidados” por servicios que no requieren de profesionales especialistas ni supervisión. Esto refleja un enfoque adultocentrista y un nulo compromiso del Estado con la garantía de una Educación Parvularia de calidad.

Tras la Revolución Industrial las mujeres madres han incrementado exponencialmente su presencia en el campo laboral (causa que es parte de nuestra lucha como agrupación feminista). Sin embargo, en el año 2022 las estadísticas arrojaron que la tasa de participación laboral de la mujer en Chile estaba alcanzando apenas un 50,8%, versus un 70,2% de tasa de participación masculina.

Esto es reflejo de un sistema patriarcal que, agudizado durante la pandemia, entre otras repercusiones, aún ha dejado el peso de la crianza en hombros de las mujeres, quienes manifiestan ésta como principal motivo para la deserción laboral.

Frente a la problemática del cuidado de niños/as menores de dos años durante las jornadas laborales, el ex Presidente Sebastián Piñera, presentó un proyecto de ley de Sala Cuna Universal, actualmente impulsado por el Presidente Gabriel Boric. El cual, lejos de fortalecer la Educación Parvularia (como se podría deducir por su nombre), funcionará de manera paralela, pensando netamente en suplir la ausencia de tutoras/es legales, para ser asistidos por un sistema de cuidadores/as privados. O en su defecto, salas cuna privadas sin el requisito de tener reconocimiento oficial del Ministerio de Educación, el cual, cabe destacar, ha estado ausente de la formulación del proyecto. Lo que ha validado la priorización de derechos, dejando la pedagogía en último plano (e incluso, ignorándola por completo).

El actual proyecto no considera (ni siquiera menciona) los derechos de los niños/as/es, a quienes expone a ser “cuidados” por servicios que no requieren de profesionales especialistas ni supervisión. Esto refleja un enfoque adultocentrista y un nulo compromiso del Estado con la garantía de una Educación Parvularia de calidad. Siendo que las primeras edades son las más importantes en cuanto a las potencialidades del desarrollo humano integral, y que las problemáticas históricas de este nivel educativo son encabezadas por la falta de cobertura y de calidad, la aprobación de la mal llamada “Sala Cuna Universal”, significaría un retroceso.

Esta modificación del Código del Trabajo intenta resguardar únicamente el problema de las mujeres madres que podrían optar a un trabajo formal, no así, independientes informales (como oficios sin contrato) ni estudiantes. A lo cual se le suma la cuestionable fuente de los recursos para este sistema de voucher para un fondo solidario: 1% de los fondos previsionales de la ciudadanía.

De este modo el Estado no se está haciendo cargo directamente de su responsabilidad por garantizar los derechos de todas las personas que nacieron hace menos de dos años y las que nacerán. A la vez, exime de responsabilidad a los empleadores/as, siendo de conveniencia especialmente para las empresas más grandes (cuyo gasto en esta área bajará considerablemente).

La falta de respaldo científico, el unánime desacuerdo por parte de quienes trabajamos en Educación Parvularia, la invisibilización de los niños/as/es en su primera infancia como sujetos de derecho y el levantamiento de la propuesta fuera del contexto educativo, lleva a concluir que es una medida interesada en impulsar un desarrollo económico, que no sopesa los riesgos y consecuencias en el desarrollo humano integral en el corto y largo plazo.

Se debe buscar otra solución para el problema de fondo e invertir en el fortalecimiento de la Educación Parvularia, en vez de crear sistemas paralelos que la debiliten.