Rodolfo Parada, integrante histórico de Quilapayún: “Chile es nuestra neurosis”
Entre los discos chilenos de la temporada que termina hay una grabación que se destaca por su carácter de recuperada. Apareció hace años con otro título, firmada por un conjunto de otro nombre y en otro momento histórico. En su versión original fue “Absolutamente Quilapayún”, publicada en 2012, un año antes de la conmemoración de los cuarenta años del golpe de Estado. Esta vez el disco volvió a circular, reeditado en 2023, retitulado “Aquí estamos! A 50 años del Golpe” y rubricado con un nombre nuevo: Estravagarios.
No por ser nuevo el nombre son inexpertos los integrantes. Estravagarios son los mismos seis músicos que firmaron este disco como Quilapayún hace once años: Rodolfo Parada, Patricio Wang, Patricio Castillo, Mario Contreras, Álvaro Pinto y Rodrigo González. Imposibilitados de usar el nombre por los últimos fallos judiciales en el largo litigio entre las dos alineaciones en disputa por la marca Quilapayún, el conjunto que dirigen Parada y Wang se ha presentado desde este año como Estravagarios en vivo y el disco. “Ese grupo Quilapayún es el mismo que está aquí en Estravagarios”, dice Parada. “No nos hemos movido. Es el mismo con el que hemos venido en gira innumerables veces a Chile”.
Aquí estamos, presentes
Formado en 1965 y comprometido con el gobierno de la Unidad Popular encabezado por el presidente Salvador Allende, Quilapayún permaneció activo en el exilio durante la dictadura desde el mismo 1973 con sede en Francia, país donde hasta hoy vive Rodolfo Parada. Cincuenta años después, el relanzado álbum de Estravagarios apareció en las plataformas digitales en julio de 2023, publicado en Chile por el sello Alerce.
–Este disco contiene un componente de memoria muy grande –presenta Parada–. De hecho tiene una parte que se llama “Homenaje a Salvador Allende”, con lo cual muestra que ya en la época en que sacamos el disco teníamos en la cabeza recuperar este lazo con la identidad nuestra, de Chile, de Allende, del grupo combativo y diverso al mismo tiempo que busca nuevas cosas, que propone cuestiones originales, arreglos nuevos.
Además de tomas actuales para canciones previas de Quilapayún (entre ellos los títulos históricos de esa trilogía dedicada a Allende como “Canto a la pampa” y “La batea”), el disco contiene las composiciones nuevas “Aquí estamos” y “Chilando” (de Rodolfo Parada), “Siete por ocho” y “La indiferencia” (de Parada y Patricio Wang), “Ramona Parra” (de Parada, Wang y Mario Contreras), “Rosa de los vientos” (de Patricio Castillo y Álvaro Pinto) y una versión del poema “Con la primavera”, de Pablo Neruda, con música de Patricio Wang. De este contingente hay desde 2012 videos en YouTube de las canciones “Ramona Parra” y “Aquí estamos”.
–Ponemos de relieve “Aquí estamos”, que es una canción alegre, de pelea –define Parada–, pero al mismo tiempo hace un punto sobre nuestra situación: aquí estamos, presentes, y nada más apropiado que estar presentes en los cincuenta años del golpe. Eso le da todo el sentido y resignifica este disco que salió en otro momento, después de muchos años de no haber hecho un disco de estudio.
Nueve años transcurrieron desde que este conjunto había grabado por última vez. El álbum de Quilapayún anterior a la división fue “… Al horizonte” (1999), y luego de eso el grupo de Parada y Wang presentó “A Palau” (2003), registro en vivo previo al disco de 2012 reeditado ahora. En el comunicado que acompaña esa reedición, Estravagarios delinean para su trabajo los puntos cardinales de chilenidad, sensibilidad social, exigencia artística y renovación constante.
Las heridas van cerrando pero el alma nunca olvida
“La canción que más identifica estos cuatro puntos cardinales yo diría que es el trabajo hecho con Violeta (Parra) sobre ‘Según el favor del viento’”, comenta Rodolfo Parada acerca de la primera pista de “Aquí estamos!”. Otra de las canciones destacadas, “Chilando”, es una llamativa composición del propio Parada sobre un ritmo de huayno y con arreglo de Patricio Wang.
–En lo musical metemos guitarra eléctrica y todo, y el texto también es una búsqueda poética distinta –describe el compositor al respecto–. Me costó mucho el huayno, me puse a estudiar el ritmo y esa canción va cambiando de compás, que es lo típico del huayno. Y eso se nota poco cuando escuchas la canción, es decir que está bien logrado.
La canción “Aquí estamos” cerraba el disco original y ahora es la segunda en la lista. “Está bien porque lo que Alerce apreció fue el video”, comenta Parada, “y encuentro que el video traduce muy bien esta mezcla entre alegría y combatividad, además de decir cosas que tienen mucho sentido para nosotros”.
–Por ejemplo –continúa–, la segunda parte dice “Tanto tiempo que ha pasado / tanto ardor, tanto latido / Mil amores que perdimos / o que han desaparecido”. Estamos hablando de un tema pesado, con una cierta fluidez. “Las heridas van cerrando / pero el alma nunca olvida / si es por años o por siempre / lo que es duro es la partida”: el exilio o la muerte. “Cada humano hace un tramado / con lo de hoy y lo que fue / y olvidar no se decreta / ni por fuerza ni por ley”. Entonces es una canción folk pop si tú quieres, pero tiene también sentido profundo.
Palabra de Neruda
La connotación nerudiana del nombre del grupo salta al oído a partir de la referencia al libro “Estravagario”, publicado en 1958 por el premio Nobel chileno.
–Y me queda sonando la palabra, porque es un bonito sonido –considera Rodolfo Parada sobre el nombre de Estravagarios–. Está hermanado con “Stradivarius”, por ejemplo, tiene una curva sonora que nos gustó. Y lo que más me llamó la atención fue que algunas críticas hablan de que este libro es como una bisagra, un puente, entre la poesía más clásica y política de Neruda y una poesía más moderna que lo hermanaba con Huidobro e incluso Nicanor Parra. Me sorprendió, y al mismo tiempo nos identifica porque el proyecto nuestro de Quilapayún es hacer la síntesis entre la tradición y la modernidad también. Estamos a caballo entre el folclor y las búsquedas más modernas con instrumentos y tipos de música.
“Además es Neruda”, continúa Parada. “Es decir, nosotros hicimos la campaña presidencial de Neruda (en 1969). Como éramos comunistas y él fue el primer candidato del Partido Comunista antes de apoyar a Allende, anduvimos con Neruda en dos o tres partes cantando por él; lo admirábamos mucho, lo vimos en Europa cuando era embajador. Había muchos lazos de identidad. Y por eso le pusimos Estravagarios. Estravagarios ya nos identifica de una manera distinta si quieren preguntarnos qué opinamos de la política; tenemos una opinión”.
Proposición y esperanza
Esa opinión política aflora desde luego en relación con los cincuenta años del golpe de Estado cumplidos en 2023, y en la mirada que tiene Rodolfo Parada sobre la conmemoración.
–Cuando salimos de Chile el 16 de agosto del ’73 lo del golpe era más o menos ya conversación frecuente en las altas esferas políticas, pero para los que éramos de la masa no era muy evidente ni creíble –recuerda–. Estaba Prats (Carlos Prats, general leal a Allende), había otros generales. Éramos comunistas: salimos y seguimos como célula comunista en general como grupo hasta el año ’79, ’80 (…). En el grupo de hoy somos todos pro comunistas, entonces te doy una opinión desde esa perspectiva. Yo sigo la cuestión chilena: Chile es nuestra neurosis, siempre lo digo. La mía por lo menos, informándome, por el Twitter, el Facebook, los amigos, los correos, whatsapp, etcétera. Ha habido que desplegar enormes fuerzas, porque hay que hacer frente al ataque de parte de la derecha, de los pro pinochetistas que son bastante numerosos según parece, y tratar de superar este discurso de odio y negacionista.
Llamar al disco de Estravagarios “Aquí estamos! A 50 años del Golpe” es en parte una respuesta a esa situación, concluye el músico. “Podría contribuir, tiene una proposición también. En el texto de ‘La indiferencia’ decimos ‘Tu indiferencia es bárbara’. Ahí tenemos, si no hay respuesta, por lo menos un llamado de atención. Y la última estrofa del ‘Aquí estamos’ es de esperanza. ‘Los claveles y las rosas que empuñamos cada día / yo no sé si se secaron o si esperan todavía / siempre hay flores en la orilla de un camino por andar / y acompañan nuestros sueños de la cordillera al mar’. Nunca está todo perdido”.