La invivible vida cultural en Chile: Promesas trabadas del gobierno
“Las plataformas hacen cada vez menos series, y si las hacen, hacen una serie al año, dos series al año, y las obras de teatro duran tres semanas en cartelera. Entonces ya es como invivible”. Estas durísimas palabras (muy elocuentes, por cierto) fueron emitidas por la premiada y reputada actriz chilena Amparo Noguera para Radio Futuro, convirtiéndose en, quizás, las declaraciones más acertadas para el contexto que vive hoy no solo la actuación nacional, sino que diferentes disciplinas artísticas y culturales en el territorio.
Y no solo eso: la intérprete del filme “El Pa(de)ciente” también aseveró que el gobierno del presidente Gabriel Boric, que en su campaña para arribar a La Moneda habló firmemente sobre implementar medidas de apoyo al sector artístico-cultural, “no cumplió nada”, agregando: “Si no florecía con Boric, no sé con quién iba a florecer. Y no floreció”. Situación paradojal en un país que vivió un 2023 extremadamente exitoso en cuanto a shows artísticos… pero mayormente de extranjeros.
¿Por qué estas crudas afirmaciones son tan relevantes hoy? Pues, reflejan una casi “inmejorable” situación de constante crisis que perjudica el decente trabajo artístico en Chile. Con dos ministras y un ex secretario de Estado a su haber, siendo actualmente la actriz Carolina Arredondo la jefa de la cartera, el Ministerio de las Culturas no ha podido brindar soluciones claras para los variopintos frentes que confrontan las gestiones gubernamentales con las necesidades, imperiosas en muchas ocasiones, del mundo cultural.
Boric y sus propuestas ministeriales han albergado más contratiempos que felicitaciones: huelgas en cruciales instituciones como Bafona; paro de funcionarios del propio ministerio; la inexcusable y bochornosa ausencia de Chile en la Feria del Libro de Frankfurt; la escasa posibilidad de concretar la promesa del 1% del PIB de la nación para la cultura, entre otras materias que son largamente analizadas y enjuiciadas ferozmente por quienes viven día a día la “invivible” vida de artista.
Si bien no todo es miel sobre hojuelas, el Ministerio de las Culturas, especialmente con Arredondo al mando, ha navegado las aguas de las negociaciones, concretando una benefactora gestión con algunas problemáticas, como paros, huelgas y la participación del país en instancias internacionales. Sin embargo, todo pareciera ser más una acción reactiva que propuestas en pro de salir del estancamiento.
Para ser justos, el gobierno no ha enfrentado un panorama en lo absoluto sencillo. Con graves conflictos en distintos frentes (seguridad, salud, isapres, sufragios, medioambiente, etc.) que han redireccionado casi en su totalidad la agenda que propuso Gabriel Boric y compañía desde el día 1 de su período presidencial. Y una de esas recalibraciones fue justamente la preponderancia que se le quiso brindar a la cultura y las artes. Parte del presupuesto de la nación desde 2022 (con altas deudas debido a la herencia del exmandatario Sebastián Piñera y la crisis de la pandemia por covid-19) se tuvo que destinar a otras urgencias a nivel nacional, lo cual dificulta, hasta hoy, que se cumplan las promesas en todas las áreas.
“A mí me carga decirlo, porque a mí me gusta mucho Boric, me encanta. (…) Hay un debe enorme, todo cuesta mucho, no, no ocurrió, no ocurrió. Realmente la cosa para los actores es súper dura”. Aquella frase engloba lo que, tal vez, piensan o pensaban distintos referentes del arte chileno. ¿Se podrá dar vuelta este casi unánime pensamiento? Solo los dos años de gobierno restantes lo dirán.