¿El En contra ratificó la Constitución del 80?: Expertos aseguran que no
¿Cómo interpretar el rechazo a la propuesta constitucional de las derechas? Esa ha sido la pregunta que se ha instalado en el debate a propósito de los múltiples análisis que han planteado los actores políticos tras el plebiscito.
Según la oposición —y algunos medios de comunicación— el triunfo del En contra “consolidó” la Constitución de 1980. Para sectores progresistas, es un rechazo a toda la clase política. Y para otros, es el fracaso de la capacidad de la política de ponerse de acuerdo.
Ante las distintas visiones, El Desconcierto consultó a dos analistas políticos quienes entregan su apreciación al respecto.
Tesis de la derecha
“Se ratifica por segunda vez la Constitución vigente, es una decisión de la democracia (...) Vamos a impedir que la izquierda persista en el ánimo de refundar Chile”.
Con esas palabras el senador y presidente de la UDI, Javier Macaya, reconoció la derrota de la propuesta que impulsó su sector y dejó entrever la tesis de la derecha para el futuro del debate constitucional: la Carta Magna vigente fue “ratificada” por la ciudadana.
Para Rodolfo Disi, cientista político del Departamento de Estudios Políticos de la Universidad de Santiago, la interpretación planteada por la derecha es errada.
“No es una ratificación de la Constitución vigente, es un rechazo a la propuesta que se presentó”, dice respecto del significado del triunfo del En contra, asegurando que la interpretación de la derecha es un intento de “dar vuelta la derrota del domingo”.
En esa línea, Disi asegura que el resultado del plebiscito de entrada de 2020, y las conclusiones de diferentes encuestas que indican que la ciudadanía aún mantiene el anhelo de una nueva Constitución, echan por tierra el argumento de la oposición.
“Lo que ha pasado es que los dos procesos han estado alejados de la ciudadanía”, agrega.
Dicho análisis es compartido por Marcelo Santos, académico de la Universidad Diego Portales (UDP) e investigador adjunto del Núcleo Milenio MEPOP, quien señala que la interpretación de la oposición responde a un “oportunismo” y es un “argumento vacío”.
“Las razones de este segundo rechazo (son) más la ratificación de que la clase política no ha logrado dar paso a una Constitución moderna. Es un fracaso de la institucionalidad chilena respecto a dar respuesta a una demanda de la ciudadana”, sostiene sobre el significado de este segundo revés constitucional.
Además, dice, este magro resultado acrecienta la desconfianza de la ciudadanía hacia la política tradicional, lo que abre la posibilidad de que se establezcan proyectos populistas. “El rechazo doble es una circunstancia muy preocupante para la política y para la democracia. Y eso es algo que debería preocuparles a los actores políticos”, enfatiza el académico de la UDP.
Apuesta por la polarización
La oposición, además, ha dejado ver un endurecimiento en sus posiciones respecto a las propuestas del gobierno. De hecho, desde la UDI ya adelantaron que no darán los votos para legislar la reforma de pensiones ni el pacto fiscal.
“La oposición no está siendo estratégica. La fórmula del obstruccionismo no es algo que conecte con la ciudadanía. Las peleas solo les interesan a los segmentos políticos. Al ciudadano promedio, que no se identifica con un partido, le interesa ver que se trabaje en soluciones en vez de que los políticos estén constantemente enfrentados en una dinámica casi de boxeo”, sostiene Santos.
Disi, por su parte, manifiesta su preocupación por este escenario al considerar que la “inmovilidad” política permite que figuras de corte autoritario o populista lleguen al poder.
“Cuando pasa eso no pierde la derecha ni la izquierda, pierden todos. Y cuando el sistema de partidos es barrido, ese proceso podría terminar erosionando la democracia”, concluye el académico de la Usach.