Investigadora chilena desarrolla innovador parche bioactivo antibacteriano y cicatrizante
Investigadoras e investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile han alcanzado un hito significativo en el cuidado de laceraciones con su último desarrollo científico, detallado en dos artículos publicados en la prestigiosa revista International Journal of Pharmaceutics y en Multidisciplinary Digital Publishing Institute (MDPI).
El trabajo pionero del equipo se centra en la creación de un material de apósito bioactivo utilizando fibras coaxiales electrohiladas de polímeros específicos.
La configuración coaxial incorpora una capa externa con nanopartículas de plata como agente antibacteriano, y un núcleo que contiene alantoína para promover la cicatrización de heridas. Las fibras, con diámetros que van de 0.72 a 1.7 micrómetros (µm), invisibles al ojo humano, exhibieron una liberación dual y sostenida de iones de plata y alantoína a lo largo de un periodo de 72 horas en pruebas de laboratorio.
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Las mallas demostraron una potente actividad antibacteriana contra la Pseudomonas aeruginosa y Bacillus subtilis. El material no solo promovió significativamente la proliferación de células de fibroblastos, sino que también mostró una reducción en la adherencia a la herida.
Con ello, queda evidenciado su potencial como un material de apósito no adherente, con implicaciones prometedoras para la cicatrización de heridas. Este avance científico representa un gran paso para abordar los desafíos complejos asociados con el tratamiento de lesiones a nivel global.
La autora del estudio, Laura Tamayo, académica del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, así lo explica.
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“Buscamos obtener un producto que pueda resolver una problemática socio-científica en el ámbito de la biomedicina. En ese sentido, siempre me llamó la atención el tema de las heridas y el proceso de cicatrización, que es bastante lento. Muchas veces una herida no cicatriza, o sea, puede estar muchos años expuesta porque hay un tema con las enfermedades crónicas y en particular con la diabetes”, dice.
“El proceso de cicatrización requiere una etapa de inflamación y luego la proliferación celular y el crecimiento de nuevo tejido. Pero estas heridas están susceptibles a la contaminación con bacterias patógenas y a las infecciones. Y cuando un tejido se infecta, el cuerpo tiene como respuesta la inflamación. Entonces, esta etapa que debería ser más acotada de inflamación en la cicatrización producto de una infección, se extiende tanto que finalmente las siguientes etapas para culminar en una cicatriz limpia o en el cierre completao de una laceración, nunca ocurre, porque el cuerpo está constantemente luchando para poder enfrentar la invasión de estos patógenos y poder controlar la infección”, agrega la joven investigadora.