Respiración consciente para evitar el estrés
Hoy en día, la ciencia moderna está comenzando a arrojar luz sobre cómo nuestros patrones respiratorios están estrechamente vinculados a respuestas emocionales.
Cuando enfrentamos situaciones de estrés o ansiedad, por ejemplo, es común que nuestra respiración se vuelva más rápida y superficial. Este patrón puede ser una respuesta instintiva del cuerpo ante una posible amenaza.
Por otro lado, cuando nos sentimos relajados y en calma, nuestra respiración tiende a volverse más lenta y profunda.
El sistema nervioso autónomo regula funciones involuntarias del cuerpo, como la frecuencia cardíaca y la respiración, y se divide en dos ramas principales: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático.
El primero está asociado con la respuesta de "lucha o huida", mientras que el segundo promueve la relajación y la recuperación. La forma en que respiramos puede influir directamente en la activación de estas ramas del sistema nervioso autónomo y, por lo tanto, en nuestras respuestas emocionales.
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Las prácticas de respiración consciente, como la meditación y el yoga, han demostrado tener efectos positivos en la regulación emocional.
Al adoptar patrones respiratorios más profundos y rítmicos, podemos influir en el equilibrio de nuestro sistema nervioso autónomo, reduciendo la respuesta al estrés y fomentando la relajación.
Además, la respiración consciente puede servir como una herramienta poderosa para manejar emociones intensas, permitiéndonos observar y procesar sensaciones internas de manera más objetiva.
Esta vez voy a explicar la segunda parte del ejercicio que les compartí en una entrega anterior, el cual puedes ver AQUÍ.
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Fase 3: Igualar todos los elementos
Como dice el subtítulo, aquí hay que igualar todos los elementos. Es decir, inhalar en 4, retener en 4 con los pulmones llenos, exhalar en 4 y retener en 4 con pulmones vacíos = 4:4:4:4. Tomar 12 respiraciones o quedarse el mayor tiempo que cada cual pueda.
Fase 4: Retorno
Vuelva a la fase 2 y tome 6 respiraciones; es decir: inhalar en 4, retener en 2 con los pulmones llenos, exhalar en 4 y retener en 2 con los pulmones vacíos. Después, retornar a la fase 1 y tomar 6 respiraciones sin retenciones de aire: inhalar en 4, exhalar en 4. Luego, siga respirando profundo, pero deje de igualar la inhalación y la exhalación. Deje de respirar de manera profunda y quédese 1 a 3 minutos respirando de manera natural y espontánea, solo por la nariz. Finalmente, muévase como al despertar y abra los ojos de manera natural.
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El ejercicio completo debiese durar entre 5 y 15 minutos.
Para finalizar, acuéstese boca arriba por 5 minutos para soltar toda la tensión del cuerpo.
La relación entre los patrones respiratorios y las emociones es un campo de estudio en constante evolución que resalta la compleja interconexión entre el cuerpo y la mente. La respiración consciente no solo nos brinda la capacidad de influir en nuestras respuestas emocionales, también nos ofrece una vía para cultivar un mayor autoconocimiento y bienestar emocional. A medida que continuamos explorando esta fascinante relación, podemos aprovechar el poder de nuestra respiración para nutrir nuestras emociones y vivir una vida más equilibrada y plena.