Guatemala: El retorno de la primavera democrática se encuentra amenazada
Nota preliminar: Esta columna de opinión es una reacción a la columna del profesor Fernando Reyes Matta, publicada en El Mostrador (ver aquí), como una forma de profundizar el análisis de la problemática por la cual atraviesa Guatemala.
En Centroamérica vivimos tiempos tempestuosos. Nicaragua vive una dictadura, y los golpes a la democracia y captura del Estado se han convertido en una funesta moda en la región. Costa Rica sigue siendo la excepción, un país pequeño que ha sabido gestionar sus recursos con eficiencia y efectividad, lo cual lo transforma en el sueño democrático digno de imitar. Pero, salvo esta honrosa excepción, todos los demás países de la región vivimos bajo amenaza.
Cursé mi post grado en el Chile pre pandemia y pre estallido social (2013 – 2015) y siempre observé con admiración la valentía de la ciudadanía chilena en presionar la agenda pública respecto de atender con urgencia las necesidades de la ciudadanía. Lo que llevó a los distintos gobiernos (incluso con signo político contrario) a trazar una ruta para atender las abiertas desigualdades existentes en la sociedad chilena.
Aún así, Chile no ha estado exento de problemas ligados a la corrupción. En efecto, el caso Penta/SQM develó una triste realidad chilena y latinoamericana: el financiamiento político perverso de las élites económicas qué cooptan a las élites políticas para su servicio y atrapan al Estado para seguir protegiendo sus intereses y privilegios. Esto demuestra que la amenaza a la democracia es más común y transversal de lo que se quisiera como ideal democrático.
Guatemala en 2015 se convirtió en una esperanza de luz cuando el Ministerio Público -con apoyo de la Naciones Unidas a través de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG)-, logra desnudar al igual que en el caso Penta/SQM, los mecanismos perversos que las élites políticas criminales ocupaban para cooptar el aparato de Estado. Estas acciones tuvieron resultados evidentes tales como la persecución penal y posterior sentencia condenatoria al ex presidente Otto Pérez Molina.
Sin embargo, el gobierno del presidente Jimmy Morales viabilizó la creación de una respuesta defensiva al régimen corrupto de Pérez Molina a través del “pacto de corruptos” qué tuvo como consecuencia la expulsión de CICIG del país y la reconfiguración de los mecanismos de corrupción que actualmente se encuentra operando en Guatemala. Este entramado de corrupción lejos de bajar en intensidad y efectos, se profundizó en el gobierno del presidente Alejandro Giammattei, quién ha llegado a establecerse como el presidente más poderoso de la reciente historia democrática guatemalteca.
Sin embargo, Giammattei a pesar de ser un presidente “poderoso”, ante una institucionalidad cooptada, frágil y sin capacidad de respuesta para resolver los problemas de la ciudadanía, fue la tormenta perfecta para el ascenso de Bernardo Arévalo que, como fenómeno político, ganó la elección presidencial contra todo pronóstico. No sin antes vencer los intentos por presionar del Tribunal Supremo Electoral para que se alineara con el poder y producir un recuento de los votos de primera vuelta y la cancelación del movimiento Semilla como partido político legalmente inscrito. A pesar del intento de amaño electoral, el tribunal corrigió la plana y el pacto de corruptos le declaró la guerra.
A Bernardo Arévalo y Karin Herrera no los vieron venir, ni tampoco a los 23 diputados y diputadas del Movimiento Semilla qué ganaron sus escaños legítima y democráticamente, de tal manera que nos convertimos en la tercera fuerza política más importante del país. Un partido incipiente cuya estrategia más valiosa fue hacer una campaña orgánica y cercana a la gente, sin publicidad, ni arreglos clientelares, ni gastos superfluos, ni grandes financistas. Fuimos a la calle a inspirar a una ciudadanía cansada de la corrupción y de siempre lo mismo, pero además supimos aprovechar mejor los espacios digitales ofrecidos por las redes sociales.
Inspiramos a una nación casi vencida por el pacto de corruptos, y durante marzo a agosto de 2023 movilizamos un mensaje de esperanza arraigado en la memoria de la sociedad guatemalteca sobre el sueño de la primavera democrática inspirada por el padre de Bernardo, el Presidente Juan José Arévalo Bermejo quién fuera el primer presidente electo democráticamente en 1944 y que ha sido recordado en la historia guatemalteca como fundador de la primavera democrática y el mejor presidente qué hemos tenido.
El proyecto político del Movimiento Semilla qué lo tenía todo en contra y que su único recurso fue usar la democracia y convencer a la ciudadanía de que confiara en nosotros y con ello dar un mensaje contundente en las urnas, se ve comprometido y en riesgo latente por cuanto un grupo de mañosos inescrupulosos intenta alterar los resultados democráticos para conservar sus privilegios y lo peor de todo es que no les importa llevarse consigo la democracia, el Estado de Derecho y el orden constitucional con el único propósito de convertir a Guatemala en una dictadura como la de Nicaragua. Pero van camino al despeñadero.
A finales del siglo pasado, los golpes de estado se planificaban en cuarteles militares, hoy en Guatemala se planifican en las oficinas del organismo ejecutivo, legislativo y tribunales. Y así lo han hecho los gobiernos de Jimmy Morales y Alejandro Giammattei – los representantes más puros de la restauración mafiosa -, por cuanto no quieren ceder poder ni perder sus privilegios. Sin embargo, democráticamente ya perdieron y aunque tienen a la fiscal Consuelo Porras operando para ellos en complicidad con políticos, magistrados y jueces corruptos para continuar por la senda autoritaria y dar un golpe de Estado usando los tribunales de justicia, la democracia vencerá.
Estamos bajo amenaza, pero siempre la democracia lo ha estado.
A pesar de ello y contra todo pronóstico llegaremos el 14 de Enero a la toma de posesión de la primera magistratura y la investidura de los nuevos parlamentarios, e iniciará un nuevo capítulo en la historia de Guatemala a pesar de los intentos golpistas y a pesar de los defensores del régimen de corrupción e impunidad.
La primavera está por brotar, la democracia será el abono para que las flores vuelvan a brillar en los campos y las ciudades de nuestra amada Guatemala. La democracia vencerá.