Crisis climática impacta a megaestrellas: Taylor Swift suspende concierto por ola de calor
Se está investigando la falta de protocolos de seguridad en el concierto de Taylor Swift en Río de Janeiro donde, en medio de una intensa ola de calor, una fanática de 23 años falleció luego de que un shock de calor le provocara un paro cardiorespiratorio.
La cantante, a quien también se la pudo ver notoriamente afectada por el calor durante su show, lamentó el hecho y suspendió su siguiente concierto debido al clima extremo. Brasil atraviesa una intensa ola de calor donde se han registrado temperaturas de 40 grados y sensación térmica de hasta 60.
Ana Benevides, la joven fallecida, fue solo una de la numerosa cantidad de personas que tuvieron que recibir asistencia médica del estadio durante el concierto por el calor.
A los asistentes al concierto se les quitaron abanicos y botellas de agua antes de ingresar al evento, y no existía un punto de hidratación por lo que la única opción era comprar vasos de agua. Una asistente comenta que gastó cerca de 20.000 pesos chilenos en vasos de agua por el calor intenso.
Ante las denuncias, el Gobierno brasileño inició una investigación, dado que el permiso para ingresar con agua a los conciertos sería una de las medidas de seguridad que se exigen para grandes eventos en Río de Janeiro.
Falta de protocolos
“Las olas de calor son eventos previsibles y hay muchos protocolos de seguridad y medidas de diseño que pueden tomarse para prevenir sus efectos”, señala la académica de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile, Bárbara Rodriguez.
Menciona medidas como la incorporar infraestructura verde, áreas verdes y cuerpos de agua dentro de los centros de eventos, por su capacidad para regular la temperatura local, mantener superficies claras que refracten el calor en vez de acumularlo, instalar dispositivos de sombreamiento móviles para las áreas expuestas a radiación solar, y generar zonas de seguridad a las que se pueda acceder rápidamente para ventilarse o hidratarse.
Esto se suma a las denominadas “herramientas activas”, que requieren de una fuente de energía, como los ventiladores, la proyección de agua u otros sistemas para generar movimiento de aire, que reduce mucho la sensación térmica.
“En Chile hay proyectos que han avanzado en esta línea pero todavía no hay una política pública que exija una regulación y un protocolo ante el calor extremo, y es algo urgente ya que se trata de un fenómeno que será cada vez más recurrente y que está ocurriendo más rápido de lo que se pensaba por lo que no tenemos dos años para legislar sobre este tema”, reflexiona Rodríguez.