Martes, 18 de septiembre de 1973. Héctor Herrera, un joven de 23 años, funcionario del registro civil, no se cansa de golpear la puerta de Joan Jara. Arriesga su vida por una noticia que la mujer no quiere escuchar, pero sospecha hace días. "Lamento decirle que Víctor ha muerto. Encontraron su cuerpo en la morgue (...) Le ruego que sea valiente y me acompañe para identificarlo". Valiente, quizás sea el mejor adjetivo para definir a la bailarina, activista de los derechos humanos y gestora cultural que falleció la tarde de este domingo 12 de noviembre a los 96 años.

Tras eso, 50 años de incansable búsqueda de justicia. Primero en su exilio en su natal Inglaterra donde fue la primera presidenta de la “Comisión por la Defensa de los Derechos Humanos en Chile”. Luego ya de vuelta al país, a mediados de los años 80, puso sus esfuerzos en la Fundación Víctor Jara y en luchar para que comparecieran ante los tribunales los autores materiales e intelectuales del asesinato del cantautor y director teatral.

Hasta que hace poco más de un mes, en octubre de este año, fue detenido en Estados Unidos, el exteniente de Ejército, Pedro Barrientos Núñez, quien fuera procesado en Chile el 2012 como autor del crimen de Víctor Jara, para ser extraditado y juzgado en el país.

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Infancia

Su infancia "marcada por la inminencia de la muerte" es un reflejo de su vida. Noches durmiendo en refugios antiaéreos en medio de los ataques nazis sobre Londres. En medio de ese horror, "La mesa verde", una obra de ballet moderno de la compañía Ballet Joss cambió la vida de Joan Turner y la hizo enamorarse de la danza. El arte como refugio frente a la angustia.

Chile

Luego llegaría a Chile en 1954, casada con el bailarín Patricio Bunster, y con un extenso bagaje como bailarina, que la llevó ser profesora en la Universidad de Chile, donde conocería a un joven Víctor Jara, que cursaba su segundo año de Teatro en la Universidad de Chile.

Con Bunster fueron seis años de relación que se fue enfriando poco a poco. Hasta que todo sucumbió cuando este se enamoró de una bailarina más joven. Fue por esas mismas fechas que se enteró que estaba embarazada.

Víctor

Era un invierno marcado por una soledad que la carcomía junto a su hija. Hasta que un día, un visitante inesperado golpe su puerta. "Preguntándome quién sería, abrí la puerta y me encontré ante una ancha sonrisa de dientes blancos que me saludaba desde el pasillo. Era Víctor Jara, uno de mis alumnos de la escuela de teatro, de pie, con un ramito de flores que sostenía ante sí como un escudo, una robusta figura de pelo negro y rizado", narra en el libro Víctor, un canto inconcluso, que publicó originalmente en inglés en 1983.

Poco a poco fueron tejiendo un lazo, aún dañada Joan por el resultado de su primer matrimonio. Ahí Víctor fue paciente y decido a la vez convencido que no era un amor pasajero, hasta que lograron convertirse en compañeros inseparables. “Social y políticamente teníamos una gran afinidad y, profesionalmente, cada cual siguió con sus actividades con el apoyo del otro y sin intromisiones”, detalla.

Paloma quiero contarte

En 1961, Víctor Jara hizo una gira como director del conjunto folclórico Cuncumén por Francia, Checoslovaquia, Polonia, Rumania Bulgaria, Países Bajos y la Unión Soviética. La primera separación larga de la pareja de la que nacería la canción "Paloma quiero contarte". "Que estoy solo que te quiero/Que la vida se me acaba/ Porque te tengo tan lejos/ Palomita, verte quiero”, canta a Joan Jara.

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