Una constitución es un documento fundamental que establece las bases de una nación. La redacción y aprobación de una nueva constitución es un proceso crucial para la vida de un país, y los impactos que genera son de gran alcance. Sin embargo, cuando se decide elaborar una constitución a contrapelo de las diversidades que habitan un país, y con frases como “este documento es para los verdaderos chilenos”, dicha recientemente por Beatriz Hevia, militante del Partido Republicano y actual presidenta del ahora disuelto Consejo Constitucional, se abren las puertas a una serie de consecuencias negativas que deben ser consideradas con sumo cuidado.

El término "conservador" puede variar según la perspectiva de cada individuo, pero en general, se asocia con la idea de mantener las tradiciones y estructuras sociales existentes. Al redactar una constitución con una orientación conservadora, como la entregada el día de ayer para su votación en un próximo plebiscito, se corre el riesgo de perpetuar desigualdades y discriminar a grupos subalternos, que han sido históricamente marginados. Una frase como "este documento es para los verdaderos chilenos" no solo excluye a quienes no se ajustan a una definición específica de "verdadero chileno," sino que también fomenta la polarización y la división en la sociedad.

La inclusión es un principio fundamental en cualquier proceso constitucional. Una constitución debe ser un reflejo de la diversidad de una nación y garantizar los derechos y libertades de todos sus ciudadanos, sin importar su origen étnico, género, religión o cualquier otra característica. Una constitución conservadora que excluye a ciertos grupos socava estos principios fundamentales y perpetúa la discriminación.

Además, una constitución conservadora está destinada a obstaculizar el avance y la adaptación a los cambios en la sociedad. El mundo evoluciona constantemente, y una constitución que busca mantener las estructuras del pasado, obsoletas y que ponen en última instancia el cuidado de la vida y los bienes comunes, dificultará la capacidad del país para abordar los desafíos que actualmente tenemos. Al enmarcar la constitución en términos conservadores, se limita la flexibilidad necesaria para enfrentar los problemas emergentes y garantizar un futuro mejor para todos y todas.

La frase "este documento es para los verdaderos chilenos" refleja una mentalidad exclusivista y divisoria, con una raíz tremendamente colonial, que tiene un impacto profundamente negativo en la cohesión social. En lugar de construir un sentido de unidad y pertenencia a un proyecto común de nación, esta frase fomenta la idea de que algunos son "más chilenos" que otros (obviamente enunciado en masculino), lo cual solo puede aumentar las tensiones y conflictos internos.

Es esencial que cualquier proceso constitucional sea inclusivo, transparente y representativo de toda la población. La diversidad de perspectivas y experiencias enriquece el debate y permite la construcción de una sociedad más justa y equitativa. En lugar de buscar una constitución conservadora que excluya a ciertos grupos, es importante que se promueva un enfoque más amplio y participativo que garantice que todos los y las ciudadanas se sientan representados en el documento fundamental de la nación.

En resumen, con las palabras emanadas de la republicana, Beatriz Hevia, ya no cabe duda del espíritu que impregna el texto que prontamente deberá ser votado; un texto que se sostiene en la valoración de ciertas personas por sobre otras, donde las personas valoradas son las que históricamente se han visto provistas de los privilegios de un sistema que se encarga de anular, esconder y eliminar la diferencia.

La elaboración de una constitución conservadora con frases como "este documento es para los verdaderos chilenos" puede tener impactos negativos significativos. Excluye a grupos minoritarios, socava la inclusión, y fomenta la división en la sociedad. En lugar de perpetuar viejas estructuras y divisiones, es crucial que Chile busque una constitución que abrace la diversidad y promueva la justicia social para todos y todas sus habitantes. La construcción de una sociedad más inclusiva y equitativa es esencial para un futuro mejor y más próspero para el país.