Se calcula que cerca de un tercio de los microplásticos que contaminan el océano podría venir de las microfibras de la ropa al lavarla en máquina. Los microplásticos no solamente son un problema para los ecosistemas y la fauna marina sino para la salud de las personas.

Ante este problema, distintas empresas están comenzando a ofrecer filtros para lavadoras que capturan el microplástico para que no vaya a parar a los cursos de agua. Se trata de soluciones aún difíciles de adquirir en Latinoamérica, pero que son una realidad cada vez más cercana y que se aplica en otros países.

Para Norteamérica y Europa, ya son varios los emprendimientos que ofrecen estos filtros de microplásticos para la lavadora. Algunos se pueden instalar de forma manual y otros requieren una instalación profesional. Es necesario limpiarlos cada cierta cantidad de lavados y sus precios oscilan entre los US$ 60 y los US$ 150.

A estas iniciativas, se les sumó en junio de este año uno de los grandes de la industria: Samsung lanzó en junio un filtro de microplástico con un diseño que funciona para todas las marcas y modelos de lavadoras. El producto empezó a comercializarse en Corea del Sur y Europa, con la perspectiva de estar disponible pronto en otros países.

Cambio en la industria

A inicios de este año, ONGs internacionales y grupos académicos enviaron un informe a la Comisión Europea, donde sostienen que los filtros para lavadora son la única solución factible a corto plazo para reducir el flujo de microfibras que llega al océano.

Según el documento, debería ser obligatorio incluir filtros en los modelos que se diseñen de ahora en más. En algunos lugares como Australia o el estado de California, se está discutiendo normativas para obligar de forma gradual que las máquinas que se fabriquen incluyan estos filtros.

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