Winter por ley anti llamadas spam: “La recepción ha sido extremadamente positiva”
Parar con las llamadas de spam y frenar el comercio ilegal de bases de datos es lo que busca el proyecto No Me Llames, presentado por el diputado Gonzalo Winter (CS), y ampliamente respaldado por la ciudadanía.
La iniciativa, que cuenta con el apoyo de Maite Orsini (RD), Marcela Riquelme (ind-CS), Lorena Fries (CS), Javiera Morales (CS), Mercedes Bulnes (ind-CS), Alejandro Bernales (PL) y Boris Barrera (PC), también obligaría a las compañías a revelar de dónde obtuvieron los números telefónicos.
Además, hasta 91 millones de pesos arriesgan las empresas que incumplan la ley, explica Winter a El Desconcierto. En esa línea el parlamentario ha sido claro en señalar que el incesante telefoneo de empresas a las ciudadanía es un “robo del tiempo” de las personas, en desmedro de su calidad de vida.
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-¿En qué consiste el proyecto de ley 'No Me Llames' que están impulsando?
Primero hay que hacer una cuestión conceptual. Cuando una empresa me llama una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, diez veces en un día, el tiempo que ocupa, mi tiempo, la interrupción de mi jornada laboral, familiar o lo que sea, ¿de quién es ese tiempo? ¿De quién es esa jornada laboral? Yo creo que es tiempo de uno.
Luego de eso hay que hacerse la pregunta: ¿de quién es la necesidad que está siendo saciada cuando la empresa llama? Yo entiendo que el que necesita vender su producto es la empresa, no soy yo quien lo está buscando. Por lo tanto, y aquí quiero hacer un punto que es súper relevante, para mí, cuando una empresa me llama diez veces al día y ocupa tiempo de mi jornada laboral, de mi jornada productiva o de mi jornada familiar, me está robando mi tiempo.
La segunda pregunta que hay que hacerse es: ¿quién tiene derecho a utilizar mi número telefónico? Que es una pregunta no menor. ¿Es el número telefónico algo privado o algo público? Yo entiendo que es algo privado. Yo entiendo que yo no tengo derecho a saber el teléfono de cualquier persona o a publicar el teléfono de cualquier persona y a ocuparlo para mis fines y para las necesidades de mi empresa.
-¿Y no ha habido solución?
El año pasado se hizo una ley en este Congreso Nacional muy mala. Yo hice mis puntos, lo terminé votando a favor porque era mejor que nada y porque no había mayorías para lo que yo creía que se debía hacer, pero esta ley hizo algo que es bien absurdo. Estableció que existiera una plataforma en el Servicio Nacional del Consumidor que es la Plataforma No Molestar, que le permite a las personas que no quieren recibir llamadas spam que se inscriban en esta plataforma para avisar que ellos no quieren recibir llamadas.
Yo eso lo encuentro conceptualmente errado porque como yo considero que la llamada telefónica es un robo de mi tiempo, no puede ser que quienes no queremos ser robados tengamos la obligación y la carga de tener que inscribirnos para avisar que no queremos que nos roben.
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Esto es como que hubiese una agrupación de lanzas afuera de un estadio y dijera que 'quienes no quieren recibir lanzazos tienen que ir a un servicio público a inscribirse para avisar que no quieren que yo haga un lanzazo'. No tiene sentido. Tú no tienes derecho a ocupar mi teléfono ni mi tiempo. Ahora bien, ¿cuál es el problema? Que la plataforma desde que existe se ha inscrito harta gente, la inmensa mayoría de los chilenos igual no sabe que esto existe, pero aún así han llegado a un montón de denuncias de gente que dice que, a pesar de haberse inscrito, han violado su derecho.
Y aquí se pone color de hormiga esta historia. ¿Quiénes han violado este derecho? ¿Qué empresas? Justamente de telefonía. Es decir, son las empresas que saben nuestros números telefónicos. Son Claro, son Movistar, son Entel, son Wom, son VTR. Entonces yo encuentro que además hay un tema peligroso porque podemos desconfiar del uso que estas empresas le están dando a nuestros números.
-¿Y el proyecto cómo va a resolver este problema?
El proyecto básicamente prohíbe las llamadas telefónicas de spam. Y cuando decimos spam son llamadas telefónicas entre dos personas que no tienen ningún vínculo, ni el receptor de la llamada ha manifestado de manera alguna su deseo de tener una relación laboral o comercial con quien lo está llamando. Puede aplicarse también para empresas de las cuales uno es cliente, pero cuando no tenga nada que ver con la relación de cliente. Por ejemplo, yo tengo una tarjeta CMR porque compro un chaleco en Falabella pero me empiezan a acosar para venderme una tarjeta de crédito del banco Falabella. Bueno, en ese caso se considera llamada spam igual.
Lo más relevante de esto es que la empresa que sea denunciada por estar realizando llamadas spam tiene una multa de hasta 1.500 Unidades Tributarias Mensuales, es decir, son 91 millones de pesos, pero además tiene la obligación judicial de decir de dónde sacó el número. Que a mí me parece lo más importante porque además este proyecto de ley no solamente quiere frenar la llamada de spam sino que también quiere frenar el comercio ilegal de bases de datos.
-¿De qué forma diría, en sus palabras, que impactaría en la calidad de vida de las personas?
La gente nos está comunicando que de repente reciben 15 llamadas al día, 20 llamadas al día. Hace poco una persona nos escribió diciendo que un día recibió, no sé, 10 llamados y decidió que no iba a contestar más el teléfono porque no podía concentrarse en lo que estaba haciendo y la habían llamado de vuelta de una postulación de un trabajo que tenía. Y perdió el trabajo por culpa de esta compañía.
Yo tengo un caso que es muy personal y que llega a ser como una ironía de la vida porque antiguamente, para el nivel de Internet que necesitaba, no requería tener Wi-Fi en mi casa porque con el del celular me alcanzaba.
El problema es que cada vez que me llegaban las llamadas de spam se me caía el Internet. Tuve que contratar Wi-Fi solamente por las llamadas de spam. Los que me llamaban siempre eran Movistar y cuando contraté Internet me dijeron que en el edificio en donde yo vivo solo se podía poner Movistar. O sea, Movistar me generó el problema y después me vendió la solución.
Queremos parar con las llamadas de spam, parar con esta ridiculez de que todos tenemos nuestro tiempo y nuestro celular al servicio de las compañías telefónicas y además frenar el comercio ilegal de bases de datos.
-¿Qué recepción han obtenido desde la ciudadanía hasta ahora? ¿Ha sido positiva?
De parte de la ciudadanía, extremadamente positiva. Transversalmente, personas de distintas ideologías, todos están de acuerdo. No he encontrado ni una sola persona que me diga que esto no es necesario o esto es exagerado, sino que más bien la gente me manda a mi correo electrónico los pantallazos de las llamadas que ha recibido el día. Y son realmente impresionantes.
De donde no he recibido mucho apoyo es de parte de mis colegas diputados, y de la Comisión de Economía, que no han puesto en tabla el proyecto hace ya ocho meses. Ahí habría que preguntarles por qué no lo han puesto en tabla.
-¿No hay otros parlamentarios que estén sumándose a esta iniciativa?
Hay varios parlamentarios que son autores, pero lo relevante acá es que el presidente de la Comisión de Economía o la Comisión de Economía lo ponga en tabla, y ahí hay que llamar y preguntarle a los parlamentarios que son parte de esa comisión, sobre todo a su presidente. También hay que preguntarle al gobierno por qué no le ha puesto urgencia.
-Claro, porque en diciembre presentaron este proyecto que iba a entrar a la Comisión de Economía pero ya ha pasado casi un año...
Yo me pregunto lo mismo. ¿Por qué no se ha puesto en tabla y por qué el gobierno no lo ha puesto en urgencia?
-Habla que la plataforma No Molestar del Sernac no sirve. ¿Sería un problema de ese programa en particular, del proyecto de ley?
El Sernac ha hecho un buen esfuerzo por regular esta cuestión y de hecho el Sernac ha abierto una mesa de diálogo con las empresas que yo creo que es correcto. Yo ahí rescato que el Sernac ha tenido un buen comportamiento. El problema es que el Sernac debe ejecutar la ley, y aquí el problema es la ley, porque la ley permite estos llamados.
El Sernac ha hecho el mejor esfuerzo posible dentro del margen que le deja a la mala ley que es una ley extremadamente generosa con las llamadas de spam.
-¿Será necesario también pensar en fortalecer el Servicio Nacional de Consumidores?
Sí, claro. El martes se inició la tramitación de la nueva ley Sernac presentada por el ministro Nicolás Grau, que es una ley extraordinaria, yo invito a todos los chilenos a conocerla porque realmente permite que el Sernac tenga dientes y pueda proteger a los chilenos. Recordemos que la Presidenta Bachelet había presentado un proyecto de ley que lamentablemente el Tribunal Constitucional lo desechó porque afectaba ciertos valores que algunas personas ven, que permiten que las empresas puedan abusar de los consumidores. Pero yo veo con muy buen ojo este proyecto y creo que van a ser perfectamente complementarios.