Campos que adoptan la ganadería regenerativa mejoran sus ingresos, revela estudio chileno
Cada vez más productores y campesinos del país se han atrevido a cambiar sus sistemas productivos tradicionales por prácticas de agricultura regenerativa más sustentables, que se basan en recuperar la salud del suelo durante un período de adaptación y luego producir usando muchos menos insumos.
Pero muchos otros no optan por estas prácticas porque no saben si son económicamente viables. Ahora, un primer estudio en Chile que analiza la experiencia de varios campos del país que adoptaron la ganadería regenerativa, descubrió que todos los predios estudiados aumentaron sus ingresos netos.
El estudio, liderado por el investigador del centro CAPES y de la Universidad Católica, Rafael Larraín, estudió el funcionamiento de 17 predios ganaderos de Chile que han adoptado la ganadería regenerativa en la Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y Aysén.
Los predios se ahorraron en promedio $370.000 por hectárea, por la reducción en el uso de fertilizantes químicos y la baja en siembra de praderas y conservación de forraje para alimentar a sus animales.
¿Ganadería regenerativa?
La ganadería regenerativa propone una forma de manejar los campos que no necesita de agroquímicos, ni arado, ni maquinaria. Se trata de un método para manejar ganado que emula el comportamiento de las manadas salvajes.
Así, el pastoreo se hace de forma densa y en movimiento, lo que ayuda a respetar los tiempos de recuperación de los pastos en cada sector del predio. Al mejorar la salud del suelo, este necesita cada vez menos insumos para producir alimento.
Según Larraín, el principal obstáculo para que productores adopten esta práctica es que “la mayoría de ellos fue educado en un modelo donde la clave del éxito son las intervenciones con maquinaria y químicos”, y el “permanente bombardeo de información indicando que mientras más se use tal producto más rentable será la producción”.
Para esto, la respuesta es aumentar las oportunidades de capacitación y los centros demostrativos, cosa que está sucediendo en Chile donde tanto universidades, como iniciativas independientes y gubernamentales están enseñando este tipo de producción.
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