A 50 años se reúnen los 93 jóvenes campesinos varados en la URSS tras del golpe
Era el atardecer del 4 de septiembre de 1973, cuando tres buses de la Empresa de Transportes Públicos de Colectivos del Estado (ETCE) se dirigían al aeropuerto de Pudahuel con 93 jóvenes chilenos de origen campesino a bordo. Sus edades rondaban desde los 15 hasta los 22 años. Muchos de ellos y ellas nunca habían estado lejos de sus familias, menos se habían subido a un avión y habían viajado lejos de Chile.
Pero la Unidad Popular les dio la oportunidad de capacitarse. Su destino: La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Sangre joven que iba a prepararse como mecánicos tractoristas en el pueblo de Akhtyrsky, en medio de la estepa rusa, para volver a Chile a poner su conocimiento en pos de mejorar la producción, en el contexto de la Reforma Agraria.
Sin saberlo, una semana después de iniciado el viaje, se perpetró el golpe de Estado contra el gobierno de Salvador Allende. Quedaron en tierra de nadie, sin poder volver al país donde habían nacido y ahora los declaraba enemigos de la patria.
Frente a esto, algunos siguieron su vida en la diáspora dentro de algunas Repúblicas Socialistas, Europa o Cuba. Otros volvieron a Chile, para luchar por la democracia, y hoy se encuentran dispersos por distintas regiones.
Una historia que se hizo pública el 2018, gracias a la investigación del historiador Cristián Pérez, que se convirtió en el libro “Viaje a las estepas” (Editorial Catalonia).
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Reencuentro
A 50 años de esos hechos, este 9 de septiembre, en la sede de la Confederación Nacional Sindical Campesina, del Agro y Pueblos Originarios, en el pueblo de Ranquil, se juntaron parte de ese grupo de jóvenes, conocidos como los 93 de Akhtyrsky. Una instancia que sirvió también de homenaje póstumo a los 17 miembros del grupo que ya han fallecido.
Estos jóvenes viajaron lejos de su país para capacitarse ante la inminente llegada de 9 mil tractores. “Había que preparar, en este nuestro país con un alto analfabetismo, de inmediato 9.000 chóferes, operadores. Pero, ¿Qué pasaba si había un problema mecánico? Entonces uno va interpretando esto, espero no estar equivocado. Era una necesidad urgente, para darle continuidad a un proyecto de transformación y cambio que estaba andando con mucha fuerza” señaló en el reencuentro, Confederación Nacional Sindical Campesina, del Agro y Pueblos Originarios, Osvaldo Zúñiga, a Radio Nuevo Mundo.
Además, de pedirle disculpas, en nombre de la Confederación, a esos antiguos jóvenes por cambiarles la vida de forma tan repentina, a pesar de que la historia haya cambiado con el fuego de las armas.
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"Nos tocó madurar de un día para el otro"
Verónica Córtes, una de las cuatro mujeres del grupo, afirmó que “nos tocó madurar de un día para otro, los lazos con la patria se cortaron definitivamente, porque no había ninguna relación diplomática o de ningún tipo, tuvimos que crecer. Pero, gracias a ese apoyo de familia que nos dio el pueblo soviético, pudimos salir adelante".
"Gracias a la Unión Soviética, yo siendo hija de campesino logré llegar a la universidad, cosa que en Chile jamás hubiese sido posible, por eso le doy gracias por todos los logros que tuvimos todos nosotros”, agregó.
A la instancia también asistieron el primer secretario de la embajada de Rusia, Boris Ershler, la representante de la Casa de Rusia, Ekaterina Gutkina y el músico, Enrico Paganelli. Además, del historiador Cristian Pérez quien recibió un reconocimiento por dar a conocer esta historia.