Un domingo en la noche, en una oportunidad en la que Jorge Aldoney cayó en la placa de eliminación del reality de CHV, Gran Hermano, el animador del panel del show de telerrealidad, Julio César Rodríguez, se acercó con micrófono en mano a una de sus hermanas. Tres segundos bastaron para causar una reacción en cadena: la joven comenzó a llenarse de mensajes de Instagram, a los que tanto ella como su familia no le dieron importancia. Porque “estábamos en el programa”, comenta.

“Pero a la salida”, contaron en la interna de la familia Aldoney, “los empezó a leer y era un sinfín de puros garabatos, insultos, ninguna frase buena o positiva. Fue subiendo el tono hasta la mañana siguiente, donde ya le decían ‘cuídate, porque tenemos tu dirección, sabemos por dónde vives, por dónde trabajas”, señalaron con preocupación. 

El drama vivido por la familia de Jorge Aldoney, participante de uno de los shows del momento a casi dos meses y medio de su estreno, no es un hecho aislado. Tanto dentro del mismo panel, como en redes sociales, son varias las familias que han evidenciado ser víctimas constantes del odio masivo de los usuarios de redes sociales, lo que enfrentan como una inexplicable ramificación de la molestia de algunos telespectadores hacia los personajes dentro de la casa. 

Gran Hermano: ¿El ojo que todo lo ve?

El Gran Hermano que todo lo ve –en un paralelismo con la novela 1984– parece no darse cuenta, o al menos pasar por alto, las consecuencias que la fama trajo consigo a los que quedaron afuera. 

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“En el contrato sale estipulado que ellos no se hacen cargo de nada de lo que pueda suceder por culpa del reality”, señaló Belén Gutiérrez, hermana de Rubén, al ser consultada por la mediación de la producción del show de telerrealidad con las familias de los participantes. 

De hecho, ambas familias concuerdan en que, al intentar tomar contacto con los panelistas del programa, en búsqueda de visibilizar la situación, no han sido escuchados. “Es que obviamente no se van a referir desde el panel porque son ellos mismos quienes incentivan este tipo de comentarios”, cuestiona Gutiérrez. 

“Para lo único que tenemos contacto (con la producción) es cuando nos piden los nombres y los RUT para ir el domingo a apoyar”, corroboraron desde la familia Aldoney, sincerando que “lo que hemos podido hacer es difundirlo a través de redes sociales, se los mandamos a los animadores, los panelistas también, pero claramente sin respuesta, ni siquiera un ‘visto”. 

Denuncias en Fiscalía y PDI

Pero el acoso a la familia de Jorge no se detiene ahí. Carlos Nicolás Pérez, su amigo de infancia, también ha recibido una seguidilla de comentarios por redes sociales cuestionando su amistad con el ahora “chico reality”. 

“Me han llegado cosas como ‘no sé cómo podís ser amigo de un facho’”, entre otros insultos con todo tipo de groserías, según comentó Pérez, los cuales han ido escalando a medida que transcurren los días de encierro. 

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La situación escaló tanto que debieron concurrir a la PDI para realizar una denuncia por una amenaza de muerte recibida por una de las hermanas de Aldoney, la cual iba acompañada de la dirección de su vivienda y del lugar en el que trabajaba. 

“Decidimos hacer la denuncia en base a los pantallazos que tenían los mensajes respectivos de estas personas, y desde PDI se encuentran monitoreando todo el caso, porque las amenazas eran tanto a ella como para Jorge”, precisó su familia. 

[caption id="attachment_861185" align="aligncenter" width="600"] Jorge Aldoney junto a Nicolás Pérez. Foto de Nicolás Pérez.[/caption]

En el caso de las hermanas de Rubén la situación fue igual de alarmante, las que fueron víctimas de violencia digital de género, cuyo mensaje llegó el pasado domingo 20 de agosto, sólo minutos después de que en vivo, una de las jóvenes hiciese un llamado a terminar con el acoso vivido por las familias por parte del público del reality. 

“Nosotras estamos en proceso con una denuncia (...), llegó un mensaje de un tipo diciéndole muchas cosas a Rubén, acusándolo de cosas muy feas, incluso deseándonos que nos abusaran sexualmente en la calle”, detalló Belén Gutiérrez. 

“Nos sentimos súper mal, porque era tanto el odio, que había en ese mensajes que a nosotras nos generan inseguridad salir a la calle. Que te digan ‘ojalá que te violen’, obviamente va a causar un miedo a la persona”, agregó. 

Gutiérrez también explicó que, en el caso de Rubén, los mensajes de odio no sólo se centran en su paso por Carabineros; también acusan una fuerte gordofobia contra el participante, a los que se suman los mensajes de violencia de género hacia ellas, quienes manejan sus redes sociales. 

Mensajes enviados a hermana de Jorge Aldoney. Capturas cedidas por su familia.

Visibilizar y detener el odio

Pero, ¿qué pasa si se es víctima de acoso virtual? Muchas veces considerado como algo no tan “grave” por estar detrás de una pantalla, de acuerdo a Fernanda Rojas, psicóloga y directora de programas de Fundación Katy Summer –que lucha por combatir el ciberviolencia–, entre las consecuencias más graves de este tipo de violencia se encuentra el suicidio. 

Sin embargo, el ciberacoso sí puede ser considerado como un delito, porque “vulnera el derecho a la honra, a la integridad física y psíquica y esto debido a que las publicaciones referidas puntualmente a los participantes de GH contribuyen al odio de la opinión pública”, advierte la trabajadora social de la misma fundación, Constanza Bravo. 

Entre las herramientas legales a las que se puede acudir existen: denuncias a entidades policiales como la PDI o Carabineros, o instituciones legales como Fiscalía, las que deben ir acompañada con las pruebas correspondientes a las agresiones como pantallazos, audios, videos o cualquier otro tipo de material. 

Además, Bravo explicó que “una persona víctima de ciberacoso puede interponer una denuncia y solicitar un recurso de protección, con el objetivo de dar fin a todo acto arbitrario e ilegal que se suscite en su contra, ya sea en espacios presenciales o virtuales, esto con el fin de cautelar toda garantía que fuese perturbada, amenazada o vulnerada por los hechos de violencia denunciados”.

Así como también “realizar acciones legales desde el área penal, más aún, si se configuran delitos graves dentro de las agresiones online, como por ejemplo, amenazas de muerte”

¿Dónde acudir si se es víctima de acoso digital? 

Ciberacoso y suicidio: www.fsummer.org / @fsummercl 

Prevención de suicidio: Línea *4141 / www.quedate.cl

Denuncias de ciberacoso: WhatsApp Pdi Cibercrimen +569 3459 9762

Para casos de violencia de género en RR.SS.: 1455 

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